29.6.05

A LA FEDERAL SE LE CAEN LOS MUERTOS



INAGOTABLE FUENTE DE IMAGINACION

Dejando de lado cualquier contorno macabro o humorada negra, barata, máxime habiendo un menor de por medio, lo exhibido por la Policía Federal para tratar de justificar la muerte de Fernando Blanco (17), de la barrita de Defensores de Belgrano, que el sábado 25 de junio fue aporreado junto a sus correligionarios, al terminar a mediodía, en cancha de Huracán, el partido con Chacarita Juniors, marca un hito en materia de muertes por la violencia del fútbol: que el chico se cayó cuando era trasladado en el vehículo de llevar detenidos (sic) y con tanta mala suerte, que dio de nuca contra el asfalto.

A la ya clásica de los detenidos que se ahorcan hasta con un piolín, a la creatividad mostrada por la existencia de una balística especial para las canchas de fútbol, donde los proyectiles disparados con trayectoria descendiente después resultan ser balazos al aire y cualquier ser humano racional se queda boquiabierto, cavilando para dónde mierda estará el aire en la Argentina, ahora aparece esta otra, original y novedosa desde donde se la mire.

Con un agravante mucho más serio: que podría ser cierta y que de serlo, jamás tendrían que haberlo dicho porque en la Argentina actual nadie le cree a nadie, sobre todo si ejerce una autoridad de cualquier tipo, con o sin uniforme. Aparte de lo descabellado, la cantidad de testimonios, videos y machucones de todo tipo que exhibía el cuerpo del adolescente a simple vista, la mocha que se armó entre policías especialmente destacados y la tribuna del Defe, que por las disposiciones vigentes fue obligada a quedarse esperando media hora en su lugar, encima de haber perdido y descendido, así se desconcentraba la barra funebrera y los densos antecedentes que le pesan sobre los hombros, nadie tuvo a bien intentar por lo menos explicar a santo de qué se entraron a dar de esa forma y por qué en determinado momento los efectivos se desenfrenaron y fueron al frente a arrasar contra todo lo que estuviera vivo, en dos patas y sin uniforme.

Extraoficialmente, para variar, se deslizó que antes de la camorra, durante la camorra o no sé sabe en qué momento, a un efectivo lo habrían despojado de su arma reglamentaria, la que luego muy sugestivamente fue reencontrada en un baño de esa cabecera. Otra más para habérsele guardado porque si bien entra dentro de lo posible, vive en lo muy poco probable y en la ya mentada incredulidad que tiene la ciudadanía con todo lo que tenga que ver con la administración de justicia, sobre todo en un momento en que un procesado con prisión preventiva, acusado entre otras cosas de 193 homicidios simples y algunos otros delitos colaterales, goza lo más choto de la libertad bajo fianza con propiedades por valor de 150 mil dólares hasta el juicio oral, si es que llega vivo y el presupuesto oficial alcanza para pagarle un verdadero ejército de custodia porque los deudos se lo quieren comer crudo.

Sin estrépitos ni detalles fue anunciada la detención de dos policías no se sabe a santo de qué. La pelota fue pateada a la tribuna esperando el veredicto de la autopsia, otro terreno más que resbaladizo. Y se resuelva lo que se resuelva, las cuentas van a seguir sin cerrar. Así haya sido cierto el comienzo, porque siempre discutimos los finales, esto es, la sustracción temporaria de un arma reglamentaria de guerra, incluso hasta polizontes renombrados, han reconocido en voz alta que ir con semejante arsenal a esos lugares es caminar por la cornisa, la cuerda floja y el piso enjabonado. Algún general argentino supo decir que las armas están para usarlas. Este tipo de incidentes, que ahora tuvieron un final más que oscuro y objetable, amén de la muerte de OTRO MENOR, en un país en que últimamente a los chicos si no se los mata en accidentes de autos, se los mata cada vez más y de cualquier manera, es perfectamente factible que en otro incidente semejante, de los que los fines de semana hay a montones en todas las canchas, no sólo le manoteen el fierro a un cana, sino que lo usen, como ya lo hizo una vez La Guardia Imperial, hiriendo a un suboficial levemente en un brazo, y al día siguiente fusilaron a otro menor de la barra de Dock Sud, casualmente visitado por Defensores de Belgrano, que llegaron a balazo limpio desde los micros, y entonces ese día el desenfreno uniformado no puede ser a garrotazos sino descargando las Browings y después de tanto meritorio esfuerzo logran bajar el récord que hasta ahora mantiene República Cromañón.

A ciertos hechos, por lo reiterados, hay que tomarlos con cierta humildad y si bien está recontraprobado que Dios es argentino y futbolero, como también está bastante hinchado las pelotas con tanto forreo, se declara en huelga y no ejerce. [AR]




26.6.05

LA FATALIDAD, ¿PARA QUE CUADRO JUEGA?




APUNAMIENTO SOCIAL, FUTBOL & MUERTE


A la noche del sábado 25 de junio del 2005, luego de casi dos semanas de penosa agonía, falleció el adolescente Emiliano Molina, de 17 años, emancipado económicamente, que hasta el piñazo con su auto último modelo era arquero de la reserva del club Independiente, ya había debutado en primera y era el titular de la selección nacional Sub 17.

En medio del temporal último, cuando volvía con su novia y amigos del centro, en el Puente Pueyrredón se incrustó debajo de un semirremolque que llevaba su misma dirección. Trataron mediáticamente de inventar algo, pero el conductor tardó en salir de la comisaría lo que demoró su declaración. Los otros cuatro menores sufrieron heridas de cierta consideración, pero el joven ahora fallecido, de inmediato, se le daba por perdido un ojo, serias secuelas neurológicas si sobrevivía y fue sometido a una delicada operación para quitarle los pedazos de calota craneana que se le habían incrustado en la masa encefálica.

Del bollo en que quedó convertido el Volkswagen Gold que conducía, era fácilmente perceptible que en la última maniobra que intentó realizar lo hizo de tal modo que la trompa de su lado, la del conductor, fue la que recibió el mayor impacto.

El chico provenía de un hogar común de la zona, gente trabajadora, de costumbres normales hasta que la excepcionalidad del fútbol se hizo presente, le contrataron un manager (¿?) y el dinero a raudales, no tanto como las grandes figuras, pero en cantidades impensadas para ese sector social y esa criatura, hicieron de lo suyo. Mientras el autoexterminio argentino sigue manteniéndose al frente de todo el universo en materia de víctimas fatales a piñazo limpio, afectando sobre todo a la franja etaria a la que todavía pertenecía Emiliano, llevando producidas hasta aquí, en materia cuantitativa cinco veces la cantidad de muertos que dejó el Proceso y un costo social que supera con tranquilidad la deuda externa, restaría tratar de averiguar en el país donde nunca se averigua todo y se le echa tierra a todo alrededor, antes que a los finaditos, qué papel juega la violencia del fútbol en todo esto. En otras palabras, a qué, quién y quiénes atribuirles las causales y responsabilidades por la muerte de este menor.

Los alarmados por que ven menearse fantasmas alrededor de la quintita gracias a la cual perduran hablarán de la niebla, cuántos chicos manejan el auto de sus padres y la pasa lo mismo, basta con vaticinios agoreros. Pero el que acaba de morir es un menor de edad, jugador profesional de fútbol, a una edad en que no pueden ser profesionales ni disponer a destajo de sumas en medio de un país, para colmo, que se está cayendo a pedazos.

El impacto psicológico que debe haber sufrido Emiliano ya pasó y él no existe más. Ahora bien: quedan miles de Emilianos pateando y atajando, unos muy poquitos llegarán y se comprarán un 0 Km igual o mucho mejor y más ligero, puede que alguno la dichosa fatalidad argentina lo lleve a estrellarse contra algo e irse de este mundo bastante antes de lo que se considera normal, pero también ocurre que la mayoría de esas criaturas no llegan, se frustran y mueren en mayor cantidad por balas policiales o perforados los pulmones por el pegamento o arrumbados en boliches de mala muerte de cualquier arrabal de cualquiera de las ciudades del país.

Es muy pedantesco y al cuete preguntarse a qué carajo le llamamos fatalidad cuando en el resto del mundo hablan de causalidad y por todos los medios que cada sociedad tiene procura proteger lo máximo posible a sus seres más débiles y expuestos, esto es, los menores y los viejos, exactamente lo contrario de lo que hacemos nosotros. Al chico lo estaba velando con toda la pompa solemne e inútil, en la sede de los Diablos Rojos, después de haber suspendido más solemnemente en su homenaje el partido con Arsenal, ambos clubes feudo de Grondona Hnos., cuando en Liniers los del Fortín salieron campeones y en los vestuarios, a medio vestir, frente a cámaras clamaron que les pagaran ya el premio prometido, que incluso está firmado y que consiste en un BMW 0 Km. Entre los del plantel hay varios menores de edad. Más que seguro ninguno de ellos se masacrará como le pasó a Emiliano Molina; más todavía, ni siquiera le harán un raspón al famoso auto alemán, pero están tentando y caminan por la cuerda floja de las leyes de la probabilidad.

A la mañana, en el mismo noticiero, en el de mayor audiencia, se anunció un robo en La Plata. Una anciana de 85 años que vivía sola fue asaltada por un individuo que dijo estar armado pero que no mostró ni un escarbientes. Bastó con su sola imponente presencia física ante lo endeble de la víctima. Le llevó toda la jubilación recién cobrada, que no alcanzaba a 200 pesos, y de la heladera... ¡el pollo entero que tenía para alimentarse!

Casi al pasar, sin mayor derroche, también se consignó el deceso de Fernando Blanco, otro joven de 17 años, de la famosa barrita de Defensores de Belgrano, luego del partido que jugaran el sábado a mediodía, para la tevé, con Chacarita Juniors en cancha de Huracán, Parque de los Patricios, sí o sí por el descenso y se quedaron los funebreros. Las autoridades, con Javier Castrilli, (a) El Sheriff, a la cabeza, se empecinan en explicar que las heridas mortales fue al arrojarse del patrullero en movimiento donde lo llevaban detenido. La gente, otra vez, en la discrepancia total: la muerte fue consecuencia de la apaleadura recibida por parte de los uniformados en medio de la mocha que se armó al terminar el encuentro. Pero las muertes del fútbol ya forman parte de lo rutinario, igual que el agua contaminada, los baches o las inundaciones.
A la noche, en el mismo noticiero, dada la continuidad en la semana del enfrentamiento futbolero argentino/brasileño por el mundial juvenil, la Copa Confederaciones y las semifinales de la Copa América, el locutor oficial, el pétreo Santo Biasatti proclamó que por ese motivo en las próximas 72 horas los brasileños eran los Enemigos Públicos N° 1 de Argentina.

Esto es lo que técnicamente se llama estar desmadrados. Un chorrito le tiene que robar a una jubilada un pollo para comer, hay que enterrar a un chico de 17 años porque le dieron una máquina que puede andar a más de 150 kms por hora, los flamantes campeones reclaman un premio especial como un auto de varias decenas de miles de dólares y nuestro principal socion en el Mercosur es el Enemigo Público N°1. [AR]

MAILS GRATIS & ENCRIPTADOS

 
 
SEGURIDAD MILITAR PARA MIRADAS INDISCRETAS
 
Se acaba de implementar un sistema de conexión encriptada de 128 Bits para el correo electrónico gratuito.

Este sistema de encriptación, por su nivel de seguridad es equivalente a lo que se llama en informática, encriptación de tecnología militar.

De esta forma el usuario tendrá un correo con su nombre y usuario, con 10 MB de espacio. Asimismo, vía e-mail, la comunicación entre su maquina y el servidor serán secretas. Y si el receptor usa también un correo de Seprin.com, el mismo también será encriptado, y la comunicación imposible de decodificar e interceptar.

Además, todo el sitio de Seprin.com tendrá acceso encriptado. De esta forma, dicen los promotores, será imposible para los servicios de inteligencia saber de donde escribe o se conecta. "Esto complicará el espionaje", aseguran, como debe suceder, pero no lo elimina porque si no los dejarían actuar.

Como premio consuelo de Agente 007, cuando el usuario accede y se registra en Seprin.com le dan un certificado virtual, generado automáticamente por el sistema, que autentifica que el usuario está registrado.
 
Además usted podrá acceder también en forma de correo normal pop3, (host mail.lectoresdeseprin.com.ar con su cuenta@lectoresdeseprin.com.ar), claro alli la comunicación será normal , como un correo de yahoo o Hotmail etc…

Este nuevo servicio, entre sus bondades, asegura que no incluira publicidad, que será confidencial, secreto y encriptado. También que se trata de  uno de los tantos servicios que otorgarán para los usuarios de Seprin.com.
 
Como si fuera poco, todo es configurable desde el OutLook y la URL del server es
 
 
y ahí nomás se puede realizar el registro en un periquete.
 
Los que quieran dirigirse por mail, obviamente sin encriptación la ida y la respuesta, cliquen lo que sigue:
 
 
No es por prejuicios, pero los asesores de imagen le podrían haber puesto otro nombre al usuario emblemático, ¿no? Los que resulten agraciados con el servicio pasarán a tener la siguiente dirección electrónica:
 
 
Es sugestivo y es todo.

23.6.05

Y TODO POR UN PEDACITO DE ARENA

A la edad de 81 años, en su país natal, murió Jack Kilby, uno de los padres del microchip. Había nacido en el Medio Oeste y su carrera como estudiante no lo pintó como lo que sería como investigador. A tal punto que al terminar el bachillerato en Great Bend, Kansas, el puntaje que sacó en el examen de ingresos fue tan magro que le cerró las puertas del ingreso nada menos que al MIT, la Catedral Norteamericana de la Tecnología.
 
Trabajó con los laboratorios Bell y en 1958, tras el susto del Sputnik soviético en la carrera espacial entre las que entonces eran las dos superpotencias, trabajando para la Texas Instruments, abastecedora del Pentágono y de todo lo que fuera la industria bélica, a pesar de que ya había transistores de silicio, Kilby fue uno de los que dio el gran pasa concretando un circuito que sería el primer paso dentro de la microelectrónica y de ahí a la Revolución del Chip no habría más que esperar un poco de tiempo.
 
Las historias del capitalismo están plagadas de espionajes, sospechas, jabonadas de piso, investigaciones paralelas y carreras alocadas. Su consagración, a principios de los '60, tuvo que superar, Tribunales mediante, la controversia entre corporaciones por la patente de los circuitos integrados. Por fin, en 1962 a Kilby le reconocieron la paternidad.
 
Uno de los legítimos popes de la microelectrónica que posibilitó la revolución informática de mediatos de los '70 acaba de fallecer. Toda la memoria y el reconocimiento.
 
 
 

 

21.6.05

BARRAS & ESTRELLAS




EL TIO SAM SE TILDO CON UNA MINA ARGENTINA


DESDE ESQUEL

La bandera estadounidense parece tener una estrella más.

Es un estado nuevo, el estado más austral del mundo, situado sobre la mina de Esquel.

Para quienes no estén al tanto, se resume: existe una mina de oro y plata en Esquel que debe ser trabajada a cielo abierto. Hay una multinacional con sede en USA que está interesada en explotarla, prometiendo trabajo para 300 obreros. Un grupo de vecinos conscientes y preocupados por el ambiente, ya que el oro debe ser separado mediante cianuro y la plata mediante arsénico (venenos potentes si los hay), y temiendo por la infiltración de residuos a ríos y napas de agua, decidió agruparse en Asamblea para impedir la instalación de tal mina. Mediante protestas pacíficas lograron el plebiscito Mina sí/Mina no.

La citada multinacional ofreció asados, zapatillas y montones de regalos para convencer a la gente que votaran por el sí. Al mejor estilo de otras épocas. Los habitantes comieron los asados, aceptaron las zapatillas y otros regalos y fueron a votar. Votó el 75% del padrón municipal, cifra de presentismo no alcanzada en ninguna otra elección. El No a la mina obtuvo un 81% de los sufragios. Con lo cual no debió haberse hablado más del tema.

"Un pueblo que no se vende no puede ser comprado", dijo en el programa un habitante de Esquel, pero siempre hay un pero. Los dólares pesan y más cuando son muchos. Y hay para repartir entre políticos y sindicalistas corruptos. Resulta que ahora los dirigentes de la Asamblea Vecinal han empezado a recibir amenazas de muerte de parte de patoteros de la UOCRA recién llegados de Buenos Aires que portan armas. Entonces, los habitantes de Esquel se han comenzado a hacer preguntas acerca de qué intereses han tocado. Y de la investigación resulta que:

1. La empresa ha presentado un plan de trabajos que pretende extraer de la mina el equivalente en oro a 2.500.000.000 de dólares en 10 años (sí, dos mil quinientos millones de dólares) sin contar lo extraído en plata.

2. Sucede también que una ley sancionada por Carlos Menem y su corrupto Congreso Nacional dice que el Estado Nacional no puede explotar las riquezas del subsuelo sino por intermedio de empresas privadas a las que cobrará un único canon equivalente a un máximo del 3% del valor del metal extraído en boca de mina (el cual es más bajo que el precio internacional del metal).

3. Eso, tal como está, y haciendo números redondos, suponiendo que el valor del oro extraído en boca de mina fuera de 2000 millones en 10 años, le dejaría al Estado, o sea, a nosotros, 60 millones de dólares. Pero como la ley nacional dice que se cobrará un canon del 3% como máximo, la ley del Chubut estableció un máximo del 2%, o sea que en vez de 60 millones esto se reduce a 40 millones.

4. Pero hay otra ley nacional establecida por nuestros precarios y patrióticos representantes del pueblo. Esta ley dice que para favorecer las exportaciones realizadas desde puertos de la Patagonia, el Estado Nacional, o sea nosotros, retribuirá con un 5% del valor de tales exportaciones a las empresas que las realicen. Traducido, que la susodicha multinacional yankee exportará en diez años desde puertos patagónicos 2.500 millones de dólares (estos sí a precio internacional), con lo cual el Estado Nacional, o sea nosotros, deberemos retribuirles con 125 millones de dólares.

5. 125 millones que pagaremos de impuestos los maestros, los carpinteros, los comerciantes, los plomeros, los electricistas, los lustrabotas, etc. ARGENTINOS, menos 40 millones que recibirá la Provincia de Chubut.

SIGNIFICA QUE: VAMOS A PAGARLES 85 MILLONES DE DÓLARES PARA QUE ELLOS SE LLEVEN 2500 MILLONES DE DÓLARES EN ORO.

UN ARTÍCULO EN UN DIARIO NORTEAMERICANO TITULABA:

“LA RESISTENCIA DE UN PUEBLO IMPIDE EL DESARROLLO MINERO DE ARGENTINA”

POR FAVOR, DE VERDAD, POR FAVOR: LES PEDIMOS SI TODAVÍA QUIEREN COLGARSE UNA CINTA CELESTE Y BLANCA EN LA SOLAPA UN PAR DE VECES AL AÑO, ENTONCES HAGAN CIRCULAR ESTA CARTA.

COMISIÓN DE VECINOS DE ESQUEL
Ing. Agr. Darío S. Ceballos
Área Recursos Naturales EEA Delta del Paraná
INTA Tel: 03489- 460075
dceballos@correo.inta.gov.ar

20.6.05

SONRIA, CHE, SONRIA

TODOS DE INGENIEROS


Dos estudiantes de ingeniería se encuentran en el campus.

-¡Magnífica bicicleta! -alaba uno-. ¿Cuánto te costó?

-Bueno, en realidad estaba caminando por ahí ayer, pensando en mis trabajos, cuando una hermosa mujer apareció sobre esta bicicleta. La tiró al suelo, se sacó toda la ropa y me dijo: "Tomá lo que quieras".

-Buena elección, seguro que la ropa no era de tu talle.

*

Un arquitecto, un artista y un ingeniero estaban discutiendo acerca de si era mejor pasar el rato con la esposa o con la amante. El arquitecto dijo que disfrutaba pasar el tiempo con su mujer, construyendo una base sólida para una relación duradera. El artista dijo que disfrutaba pasar el tiempo con su amante, porque en ella encontraba pasión y misterio.

El ingeniero dijo:

-A mi me gustan las dos.

-¿Las dos?, le preguntaron.

-Sí. Si tenés una mujer y una amante, cada una de ellas asumirá que estás pasando el rato con la otra, y así podés ir a tu oficina y terminar el trabajo pendiente.

*

Para el optimista, el vaso está medio lleno. Para el pesimista, el vaso está medio vacío. Para el ingeniero, el vaso es el doble de grande de lo que debería ser.

*

Un ingeniero estaba cruzando una ruta un día, cuando un sapo lo llamó y le dijo:

-Si me besás, me volveré una hermosa princesa.

El ingeniero se inclinó, tomó el sapo y se lo metió en el bolsillo. El sapo volvió a hablar:

-Si me besás para que me vuelva una hermosa princesa, me quedaré contigo durante una semana.

El ingeniero sacó al sapo, le sonrió y lo volvió a meter en el bolsillo. Entonces el sapo gritó:

-¡Si me besás y me vuelvo una hermosa princesa, me quedaré contigo y haré cualquier cosa que quieras!.

Otra vez el ingeniero sacó al sapo, le sonrió y lo devolvió al bolsillo.

Finalmente el sapo preguntó:

-¿Qué pasa? Te dije que soy una hermosa princesa, que me quedaré contigo por una semana y haré lo que quieras. ¿Por qué no me besás?

Y el ingeniero dijo:

-Mirá, soy un ingeniero. No tengo tiempo para bobadas. Pero un sapo que habla, ¡eso sí que es interesante!

*

Un ingeniero está reunido con sus colegas tomando un café y les comenta:

-Anoche conocí a una rubia espectacular en un pub.

-¡Guaaaauuu! - aplauden los amigos

-¿Qué hiciste?

-La invité a tomar una copa en casa ¡y ella aceptó!

-¡Guaaaaaaauuuuuuu! -se entusiasman los colegas.

-Bebimos un par de tragos y comencé a besarla.

-¡Guaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuu!

-Ahí, por increíble que parezca, la rubia me dijo: "Sacate toda la ropa ya".

-¡Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

-Entonces me quite la ropa, la agarré y la desnudé completamente y la tiré sobre la mesa donde tenía mi nueva
notebook extrafinaportátil.

-¿Tenés un nueva notebook?¿Qué procesador tiene?¿De cuánto es el disco duro? ¿Cuánto tiene de memoria?¿Corre Linux ó Windows XP? ¿La pantalla es TFT ó LCD? Seguro que te costó un ojo de la cara, che, contá, no nos dejés así, con todas estas dudas, dale, viejo, eso no se hace...


[N. de la R.] El material fue gentilmente enviado por la licencia Corina L., mujer y académica del cine nacional si las hay. Le mandamos un beso y el pedido de no aflojés, Cori, seguí fogoneando, dale.

ELASTOMEROS MEDIATICOS PARA CONCENTRACIONES MASIVAS




¡A FRUNCIR! FAMILIA AMENAZADA POR RETAGUARDIA


Este sábado 18 de junio del 2005, las agencias internacionales ahora al segundo gracias a la microelectrónica, hicieron saber que la Iglesia española a la cabeza, del brazo con el PP de Aznar, inundaron Madrid con una impresionante manifestación de exactamente 1,5 millón de indignados ciudadanos -según los números de sus voceros oficiales- que están contra la boda entre homosexuales consagradas por una ley de la administración socialista de López Zapatero, encabezados por una gigantesca pancarta fondo celeste, letras rojas con la consigna

LA FAMILIA SÍ IMPORTA
mientras que los cuestionados daban oficialmente la cifra de 166 mil presentes. Reprocesemos: o los organizados decuplicaron para arriba las presencias o los oficialistas jibarizaron diez veces a los que fueron. Dejemos el tema trolex para después y vayamos al punto esencial de la Sociedad del Espectáculo denunciada a principios de los '60 por el sociólogo francés maldito Guy Debord. Acá lo único que importa son los símbolos y lo que se dice. Esto es lo que queda instaurado, no el suceso. Vivimos la época de los anuncios y los envases, no de los contenidos. Y en esto, no os enojéis, gallegos, van a la cola porque los argentinos hemos hecho punta.

El país podrá desaparecer, hasta se va a develar qué cuernos pasó en la reunión de Guayaquil o saber el número exacto de masacrados en el bombardeo genoicida del 16 de junio de 1955 o en la masacre del Puente 12 de 1972, pero la gente que cabe en el Luna Park que lo avergüe Magoya. Esto es a gusto y piaccere del organizador o de la contra. El viejo Palacio de los Deportes de los Pacce & Lecutore siempre fue de goma. De la Plaza de Mayo mejor ni hablar porque se pudre todo.

Las matemáticas, en la Argentina, aplicadas a las concentraciones políticas, hace rato que abandonaron el plácido e indiscutible reino de lo científico para entrar en el estorismo y el bingo. Es lo que ocurre con las víctimas fatales de la violencia del fútbol argentino. Acá es más asqueroso el asunto, porque es más urticante: es una verdadera tómbola macabra saber la cantidad exacta desde que en 1924, con cobertura semioficial, se empezó a exterminar nativos, sobre todo si son del equipo contrario y ni qué hablar contabilizar los que mueren baleados por la espalda con balas policiales que fueron producto de tiros al aire. Al respecto, hay una balística especial para uso oficial y exclusivo que aplican los jueces y que es claramente violatoria de la ley.

De las leyes de la física, queremos decir, porque nunca explicaron dónde miércoles rebotan en el aire esas balas para venir y atravesar tórax y cérebros de jóvenes.

Estas disputas cuantitativas se han convertido en el eje cualitativo del posmodernismo. Al respecto, desde un siglo antes Carlos Marx había advertido sobre las contradicciones tramposas que se pueden dar dialécticamente entre cantidad y calidad.

Pero era judío y encima marxista.

Sigamos, entonces. Vayamos a lo sustancial de lo volátil que nos caracteriza. Las movilizaciones masivas al cuete, porque antes eran esencial demostración de fuerza pública. Ahora cada vez menos salen a caminar o simplemente salen a caminar porque el verdadero hecho colectivo es cómo se disputa la batalla mediática por dejar fijado cuántos fueron, si pocos o muchos.

El atropello a la razón, que santificara Enrique Santos Discépolo, es tan evidente como flagrante. El aporte al descreimiento y escepticismo general es más que evidente. Pero no por eso menos practicado. Cada vez más practicado, como lo acaban de demostrar oficialismo y oposición en España, ocultando malamente que el la ofensiva vaticana con el PSOE y su gente es más que preocupante en más de un sentido. La estúpida respuesta socialista de contestar con comunicados de prensa una realidad evidente esconde otras cosas.

Por este lado, tal como sucede en la discusión mediática de lo matemático, el tema de la evaporación familiar que ya fue abordado en otra nota de esta bitácora, salta a la vista. La puesta en la palestra del tema homesexual ya bordea lo chancho, estéril y frívolo no sólo en España. Esta particular y absolutamente minoritaria franja de población, justamente gracias al reinado de lo mediático y cierta cojeta imbécil de los progres, ha logrado trasladar esta problemática al centro del posmodernismo cuando los derechos humanos en general ya se dan por insoslayables y sobre todo en tevé, hay horarios y programas que dejan toda la sensación que todo el que no es gay es retrógrado o de la Edad de Piedra, por un lado, y por otro que cualquier minoría abyectamente postergada o maltratada, raleada, ande por ahí, se convierta en bandera fundamental cuando a diario contingentes de seres humanos de todos los pelajes, heteros u homos, tuertos o rengos, blancos o negros, son marginados de toda marginación del sistema, empezando por la cuota mínima de calorías que exige la OMS, ni esto de educación y salud pública.

Ahora el centro del debate, en España y aledaños, es si los colitas frescas tienen derecho y pueden casarse. Para terminar de epatar a los insufriblemente tolerantes católicos, si pueden adoptar niños, cuando las sociedades en general, particularmente la argentina, no han solucionado el tema de fondo, como es la adopción lisa y llana de sus niños abandonados o sin padres, dejando expresamente de lado la cantidad que todavía quedan como expropiados por los Grupos de Tareas en las noches muy negros de la Noche Negra que tuvo el país en manos de los uniformados.

Es la polémica del sexo de los ángeles con otro formato. Darle entidad y jerarquía si trolex de cualquier origen pueden casarse de blanco o no es desviar la atención de lo principal. Ir al gesto y no acto. Lo esencial es lo aberrante de la marginación de seres humanos por cualquier causa, religiosa, ideológica, racial u objeto de deseo sexual. Así como el pleno ejercicio de sus derechos cívicos. Pero polemizar en torno a si se pueden casar con toda las de la ley o adptar chicos es instaurar el Reino del Revés de María Elena Walsh como normalidad. Desvirtuar lo esencial con la corteza de lo paquete y vanguardista. El casamiento, pompas aparte, obedece a un viejo rito humano de instaurar, entre otras cosas, el monopolio del ejercicio sexual de un miembro de la comunidad por otro, la procreación natural que se sigue produciendo introduciendo un pene erguido adentro de una vagina, eyaculación, fecundación del óvulo, preñez, parto y un nombre propio con los respectivos derechos hereditarios.

De movida, jamás el casamiento en todas sus variantes impidió el cornudismo, bisexualismo, adopción y otras desviaciones. Que ahora se discuta como derecho inalienable de los colitas frescas y que salgan legiones de católicos enardecidos a defender la integridad de la familia son indicativos de que a diestra y siniestra la sociedad anda como el tugets, se lo use para lo que se lo use. La homosexualidad, su ejercicio pleno sin ser discriminada, no puede ser ni será causa de la evidente desaparición institucional de la familia. El esplendor de la Grecia antigua no se vino en banda por la creciente cantidad de los que hacían la cambiadita sin que nadie se escandalizara.

La injusticia social no pasa por el entrepiernas. Tampoco por el objeto del deseo sexual. Casarse legalmente o tener derecho a adoptar son dos desvirtuaciones que trastocan no las buenas costumbre ni la moral impoluta de una sociedad sino la preocupación central desde lo espectacular a lo esencial. El casamiento entre personas de dos sexos tiene un viejo sentido ancestral en lo ya dicho. Respetar los derechos cívicos entre gays en lo que hace a herencias y otros derechos cívicos es algo que parece ridículo cuestionar. Otorgarles el casamiento y que se arme un patatus social, encima de grotesco, es el síntoma de conflictos más profundos que pasa no por el sexo al que pertenece el que a uno, por elección propia y gusto, le da un beso en la boca.

Che, cariñosamente: ¿por qué no se dejan de joder? Andar discutiendo qué se hace con el contrafrente del cuerpo cuando cada vez hay más criaturas que todavía ni han cumplido el período de asentar su estructura de la personalidad y no sólo no tienen qué ponerse en la boca sino que nacieron condenados a ser marginales, subhumanos, es una nueva y mucho más aberrante forma de la perversión que no tiene nada que ver con la posición que se adopte en la cama, con la luz prendida o apagada, con o sin lubricantes. [AR]


EN EL DIA DEL PADRE, ADIOS A UN GRAN MAESTRO




MURIO EL DOCTOR MANUEL SADOSKY


Siguiendo a Manuel de Unamuno, en cuanto a que uno es el hombre que siempre se tiene más a mano, hasta el final me voy a ver a mí mismo, que es una manera de decir, aquel 19 de setiembre de 1958, hito histórico enterrado en el más feroz de los olvidos, marchando en la última ocasión que la Argentina quiso mostrar públicamente que todavía estaba tras la utopía de ser un país, y lo hizo con civilizada firmeza y convicciones, sin romper un solo vidrio, ordenada y jerarquizada por méritos y edades, a la cabeza el doctor Risieri Frondizi, hermano del presidente de la república y rector de la Universidad de Buenos Aires. A cada lado, enlazados por los brazos, Hilario Fernández Long, José Luis Romero, Gregorio Klimosky y toda la plana mayor de los titulares de cátedra de todas las facultades. Atrás, de la misma forma, los ayudantes y suplementes. Después, sosteniendo inmensos carteles de cordón a cordón, la glorioso y siempre presente por entonces en todas, la FUA, Federación Universitaria Argentina. Más atrás, también con sus pancartas distintivas, la FUBA, Federación Universitaria de Buenos Aires, con el contingente más grueso. El tercer pelotón, con sus distintivos violetas, Franja Morada y la Universidad Nacional de La Plata. Al final, obviamente con los profesores al frente, veníamos el borreguerío bullanguero y desordenado de la estudiantina secundaria.

Toda la plaza de los Dos Congresos fue chica. La reventamos de gente y de consignas. Había un sólo lema que no se negociaba: la escuela de Sarmiento, laica, libre y gratuita, a la que iban a entregar como tres meses después lo hicieron con la ley Domingorena. Se venía de una huelga general estudiantil de casi dos meses, las huestes de Guillermo Patricio Kelly y sus muchachos de la Alianza Libertadora Nacionalista, en autos negros, cansándose de sacar fotos con la metra siempre a mano, por las dudas, los primeros atentados antisemitas, tatuándole la cruz esvástica en un seno a una piba que estaba en primer año de Medicina, y un acto con inéditos hasta entonces charters pagados desde todo el país, llenos con los chetitos que estudiaban en las escasas instituciones privadas de educación, todas religiosas, todas católicas, a los que llevaron a Plaza de Mayo y no alcanzaron a llenar ni hasta la pirámide, para vitorear a la troika más mentada que pudo verse toda junta saludando desde el Balcón del General: Arturo Frondizi, presidente que había llegado hasta ahí gracias a los obedientes votos ordenados por El General asilado al amparo del deleznable Pérez Giménez en Venezuela y al que le habían robado un piano, a su vera, aunque a muchos les duela o se hagan los desengañados a un sonriente y feliz Oscar Alende, gobernador del feudo más grande y próspero del país merced a los mismos votos, y a monseñor Antonio Plaza, musa inspiradora de la dichosa ley que regalaba la potestad estatal de entregar los títulos universitarios y que años después iba a reconocer públicamente, en medio del genoicidio que también festejó, que había un pacto previo que Su Excelencia había tenido el honor de cumplir a rajatabla. Aparte, el hombre de sotana iba a interceder sin remilgos ante la Santa Sede para que al líder le levantara la excomunión para haber alentado la quemada de iglesias en junio de 1955 y se iba a negar rotundamente a interceder frente a Camps & Co. por un sobrino de su propia sangre que engrosó la lista de los chupados.

A todos los otros, que viajamos como pudimos, colados, colgados en los trenes, a pie, pública y oficialmente se nos acusó de estar pagados por El Oro de Moscú, éramos los bolches de mierda o, cuando más cariñosamente, un hato imbécil de idiotas útiles para los los evidentes planes expansionistas de los entonces soviéticos. Por esos días andaba yirando hasta la eternidad, metida adentro de una cápsula espacial, para desesperación del Pentágono y sus admiradores, una perrita rusa, el primer ser viviente puesto en órbita. Nuestro grito de combate era justamente «¡Lai-ca! ¡Lai-ca!», porque era el eje central del pensamiento sarmientino en que no se podía claudicar, el que había levantado la más gloriosa y propia bandera de la identidad nacional como era la Reforma Universitaria. Claro, algunos aprovechaban la volada y con tiza o pasteles, porque no había aerosol, rayaban las paredes con un


LAIKA
que movía a equívocos varios. Había otros, los más, que no lo hacían tan inocentemente. Y encima lo practicaban en forma profesional. Era el nombre de la perrita, de la que se decía que por radio, desde Tierra, se escuchaban sus lastimeros ladridos de ver tanta novedad junta y no entender nada, justamente símbolo mismo del cuco comunista que orbitaba cada pocos minutos sobre nuestra cabeza en uno de los célebres Sputniks que desvelaban al ver que Estados Unidos quedaba postergado en la carrera especial y el inmundo comunismo, el trapo rojo, le iba a sacar a los ricos, por primera vez en la historia lo que por historia y prosapia tan legítimamente les pertenecía. La hipersensible institución que es la Liga Protectora de Animales encontró el campo orégano para solicitadas y otros desmanes que mostraban su siempre a flor de piel su amor irrestricto por los seres vivos de cuatro patas y mostrar la inevitalbe muerte que le esperaba al animalito allá arriba, algo así como el súmmun de las tropelías que efectivamente se cometían detrás de la Cortina de Hierro. Claro, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, para ellos, todavía no habían hecho blanco o deben haber caído sobre isocas o plagas de tucura, no sobre japoneses de todas las edades...
En el atardecer de aquel día histórico, justamente en aquella primera línea de los que por conocimientos, jerarquía moral e intelectual ocupaban en el indiscutible lugar que debían ocupar, esto es, a la cabeza, como le correspondía a su historia y a la que iba a ser toda su vida, iba el doctor Manuel Sadosky, por entonces inobjetable y venerado decano de la Facultad de Ciencias Exactas, elegido democráticamente por el voto de los tres claustros, como lo ordenaba la democracia universitaria consagrada en 1916, quien este sábado 18 de junio del 2005 murió a los 91 años y en la mañana del domingo, Día del Padre, sus restos fueron cremados respetando su última voluntad.
Con él se apagó una estirpe de maestros que si bien no se ha extinguido todavía del todo, está en vías de hacerlo o escasean de manera escalofriante. Por lo pronto, cada vez más ralean los educandos. Sobre todo por hambre y desnutrición. El eje de aquella controversia fue ladinamente puesto sobre el inalienable derecho a la libertad de enseñanza que perversamente levantaron desde los sectores más reaccionarios, fundidos con los confesionales, y que jamás había dejado de existir, aun en las épocas hasta entonces más duras. En realidad el asunto pasaba por la enajeación de la potestad estatal en la entrega de títulos profesionales. El doctor Risieri Frondizi fue rotundamente claro: «Con esto se quiere instaurar el comercio de la compraventa de títulos a destajo.» Y el privilegio de poder estudiar, como va a suceder, porque irrumpe la educación privada con todo, particularmente la católica, a la caza de recuperar espacios soñados como el logrado en 1949, bajo la primera presidencia de Perón, cuando instauraron a esa religión como obligatoria en todas las escuelas primarias, segregando a judíos, ateos, masones y de otras confesiones, con un catolicismo oficial argentino tan o más aberrante como falso, y practicado con la misma convicción del dónde vas, Vicente, donde va a la gente, mejor ni hablar de la puesta en práctica diaria de los principios cristianos. Por supuesto, lo hicieron entre gallos y medianoche, conservando un estilo arraigado, de la manera más asquerosa: capitalismo liberal subvencionado por el Estado. Es el día de hoy que el sueldo de los docentes de la esfera privada es pagado por el Ministerio de Educación de la Nación a costas de un cada día más esmirriado presupuesto nacional en la materia. Algo realmente destestable y vergonzante que no se cuestiona por falsa conciencia, pase el gobierno que pase.
No va a pasar mucho en que se saquen del todo la careta. Como dijera el Cuchi Leguizamón alguna vez, en cuanto a que desde el Río Bravo al sur jamás se había escuchado una consigna más revolucionaria que la sarmientina de educar al soberano, a partir de ahí todos los planes de administración y dominación de la sociedad van a tener su eje central en destruir a uno de los dos elementos, junto con la alimentación, que había llevado a la Argentina a entreverarse, aunque sea por poco, entre las primeras potencias del mundo: el alto nivel de educación de su población. Salida la primer y lustrosa camada de la Universidad Católica y del Salvador, las dos más beneficiadas por la generosidad del pacto en la troika formada por Frondizi, Perón y el Vaticano, la llegada al poder de la llamada Revolución Argentina, con los cursillistas de Juan Carlos Onganía y el
sindicalismo peronista en Mercedes Benz Pagoda blanco y cafés en La Biela de los Augusto Timonteo Vandor & Co., la otra histórica jornada como fue La Noche de los Bastones Largos mostró dónde estaba el quid de la cuestión, el monstruo a aniquilar que les resultaba el ají quitucho en la parte más hipersensible del cuerpo: casualmente la Facultad de Ciencias Exactas que encabezaba el doctor Sadosky, por entonces en la Manzana de las Luces, ensombrecida por el imponente monumento al genoicida Julio Argentino Roca. A garrotazos, con la Guardia de Infantería que había sacado a los empujones al doctor Arturo Illia del sillón de Rivadavia, la UBA fue desinfestada de la sputza repugnante de judíos y comunistas que la infestaban. Cuarenta años de paciente orfebrería para armar un equipo de científicos de primera línea fueron garroteados y liquidados en minutos. Planteles enteros de docentes, ayudantes e investigadores en Química Orgánica e Inorgánica se tuvieron que ir con petates y todo, así como estaban, en equipo, a universidades chilenas, venezolanadas, inglesas y hasta norteamericanas. Casualmente la entonces tan activa CIA no advertía el peligro del enemigo que se le infiltraba y que su fiel discípulo del sur exterminaba con tanto ahínco como devoción. Claustros de altísimo y merecido prestigio como Harvad y Yale, entre otras, inadvertidamente, contrataban hasta casi con felicidad semejante regalo del cielo por el que no habían invertido ni un dólar ni gastado una hora educacional. La UBA había sido desmantelada en su punto neurálgico. A los pueblos se los denomina y se los somete por la economía y con la fuerza de los ejércitos, pero fundamentalmente por la carencia de conocimientos. Sabían muy bien lo que hacían y querían. Lo lograrían con creces y lo estamos disfrutando.
El doctor Sadosky, hijo de un zapatero ruso escapado de los progroms de principios del siglo XX, compañero de secundario del socialista José Luis Romero, quedó cesante pero no se fue. Había traído al país, en 1960, la primer computadora, bautizada Clementina por el humor chispeante siempre presente en los claustros, un armatoste que medía 18 metros de largo y la típica magnificencia nacional quiere recordar que andaba a pedal y comía lechuga, dado que todavía regía el imperio del Churrasco de Cuadril que nos ponía por encima de toda la especie; pero sea como haya sido, una herramienta indispensable si se quería meter las narices en los análisis de altas matemáticas, donde don Manuel fue desde siempre un especialista de altísimo nivel no sólo aquí. A él se le debe la creación del Instituto del Cálculo y la carrera que por aquel entonces se denominó de computador científico. Su implacable visión del futuro y por dónde pasa la integridad humana no le alcanzaron para prevenir la que se venía, tanto para el país como él, como persona. En 1974, los movientos de calentamiento precompetitivo que inició la Triple A, continuación de los que ya había hecho la Alianza Libertadora Nacionalista, lo obligaron a refugiarse en Venezuela y luego España. A su regreso, junto con el retorno de la institucionalización de un país devastado por la muerte, tortura y desapariciones con metodología industrial y apoyatura logística científica, saqueada la infraestructura productiva y enterrado en la muerte lenta en que se iba a convertir la deuda externa, el flamante presidente electo democráticamente lo puso al frente de la secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación. El doctor Sadosky puso especial atención en democratizar el CONICET y crear la Escuela Superior Latinoamericana de Informática. Ya era un hombre hecho, maduro, lleno de prestigio en todo el mundo, pero sabía dónde estaba el futuro y qué era lo que había que hacer para tratar de afirmarlo.
Para hablar en los términos de los signos de la época que transitamos, su muerte ocupó uno de los cuatro cabezales de la tapa del matutino de mayor tiraje, a la misma altura y el mismo valor de las confesiones íntimas de la hija mayor de Diego Maradona elevada a la categoría de superstar por ser La hija de papá. La mayor parte de la noticia del día, tamaña tres cuartos de página americana, era el triunfo del seleccionado argentino sobre Australia en una copa de no sé qué pero que además de pretender ser una avant premiere del próximo mundial, es una mordida más de la televisión satelital y el pete electrónico para entretener un creciente ocio social que se cierne como la más grande ameneza para devastar todo. El país está enredado en el debate de si la Cristina o la Chiche. El máximo responsable de haber clonado una cámara de gas en una bailanta y la masacre de 193 compatriotas goza de una inexplicable libertad bajo caución de propiedades por 150 mil dólares y es religiosamente cagado a huevazos y tomatazos todos los días, en el departamento de su madre donde se refugió para gozar de ese privilegio y poder leer más tranquilo el Corán y otras obras del islamismo y esclavizar a todos los vecinos de un delito que jamás cometieron. El se dice empleado de corporaciones off shore, como se las llama ahora a los que los antiguos llamaban testaferros o cabezas de turco, propietarias de 2 millones de dólares e integradas por jubilados que no tienen ni para comprar un paquete de Cerealitas. Aprantemente no hubo un solo policía de la zona que supiera que metían cuatro mil personas en un lugar habilitado para mil y encima sin permiso municipal para dar recitales de bandas cuyas característica, aparte de producir un ruido ensordecedor elevado a la categoría de música de moda, son seguidas por clanes cuyo ritual principal incluye el sistemático arrojo sobre las humanidades de los demás de bengalas incadescentes.
Ni drogados en la fecha por el campeonato nacional iban a hacer un minuto de silencio por semejante muerte, por el tremendo vacío que deja la ida de todo gran hombre, imposible de reemplazar así se pongan contingentes de los más capaces. Salvo un muy reducido círculo, la Argentina no lloró la pérdida de un hombre fundamental, que dedicó la vida entera, día por día, minuto por minuto, no sólo a cumplir la consigna ultrarrevolucionaria del Padre del Aula, sino reprocesarla para las épocas que corren y convertirla en informatizar al soberano. A otros nos queda no sólo el pálido consuelo, sino el honor no cotizable en Bolsa de aquel día histórico de setiembre de 1958, con 15 años y flamantes pantalones largos estrenados no hacía mucho, marchar en la cola de la multitud que iba tras las únicas banderas válidas de enseñanza libre, laica y gratuita del grande entre los grandes, tras los pasos de los que eran realmente maestros por méritos propios y de los que no claudicaron ni defeccionaron ni corrieron tras el tintineo de las monedas, como el oso de los gitanos.
Gracias, doctor Sadosky, por todo lo que dio y sobre todo por todo lo que intentó dar y no lo dejaron. No se puede ni se debe perdonar. Como él en lo suyo, estos otros saben lo que hacen. Siempre lo supieron. Hoy hay que llorar un gran maestro menos y preparar lágrimas para mañana, para la legión de muchísimos alumnos menos, que en vez de pizarrón tendrán la única alternativa más fácil y alcance de la mano de los videojuegos y cultivar sólo las aspiraciones de los pegamentos. A lo sumo, la cada vez más esmirriada minoría que tiene alguna alternativa, como lo anuncia un destacado aviso en la mencionada edición que dio cuenta de su final, los dichosos pueden optar de esta otra cultura, eviscerada, tras la pregunta central que como gancho marketinero pone el anzuelo encarnado: ¿Estás listo para liderar?, plantea como gran interrogante. La respuesta es Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo. Se trata de formar sólo capangas ilustrados de los nuevos, todopoderosos e intangibles dueños del planeta. [AR]

18.6.05

HI, DADY!

¡PAPAS NUESTROS! ¡PAPAS NUESTROS!


«Los lazos de paternidad están podridos»
Jean-Paul Sartre, circa mediados de los '40.

El domingo 19 de junio, como todos los terceros domingos de todos los junios, es el Día del Padre. Ya que estamos, felicidades para todos los que lo son y para los que todavía lo tienen. Aparte, difícil que pase inadvertido tan magno acontecimiento en una sociedad donde todos cada vez tienen algo más para vender y cada vez son más los que tienen menos para comprar algo, aunque sea chicles masticados. Además, los aluviones publicitarios son insoportables. Hay testimonios ya certificados de gente que ha denroscado la pasta dentrífrica y de adentro le salió un celular en miniatura en 116 cuotas y 30 días gratis de pruebaa, abonable con cualquier tarjeta, así sea la de visita.

En condiciones absolutamente normales, civilizadas, estables, un curro comercial más en una Sociedad de Consumo que consume. Nada para extrañarse. Pero el mundo que vive el mundo esa sociedad y particularmente la Argentina, en franco estado de desbarranque y disolución, preguntarse cómo andan los lazos de paternidad y qué se festeja realmente no es muy ocioso.

Alguien tan poco sospecho de estar contra el capitalismo como es Alvin Toffler, ya advirtió muy seriamente en El cambio de poder, escrito sobre el borde de la caída del Muro de Berlín, que el sistema cambiaba la naturaleza de las corporaciones, donde éstas han reemplazado a la familia nuclear, particularmente a la figura paterna, si no todavía se iba a ir francamente a la mismísima mierda. Por cierto que el juicio crítico del socioanalista norteamericano es poco más fino, no tan expedito ni guarango, pero no menos contudente. El se limita advertir desde lo que su óptica advierte que puede llegar a suceder. Y no. Respetuosamente no, Mr. Toffler. Ya sucedió y es irreversible.

Vayamos a ejemplos a mano que nos tienen patilludos. La exaltación mediática del valor de la familia, por ejemplo, sin hablar de las porcachonadas de los discursos oficiales y ni qué hablar de los políticos de oposición, y ni hablar las irritaciones que produce el seudo conflicto con los gays, del que nos ocupamos en nota aparte. Al igual que la administración de justicia, la policía y los partidos de fútbol, nadie hablaría tanto de la independencia del tercer poder, la probidad de los magistrados, las manos con uñas cortas y camisas arremangadas si no fueran lo que son. No se andaría levantando como terreno ideal una policía que mata y después da el alto, es parte del problema del Delito Organizado y no su solución, coimea hasta los pajaritos. Tampoco se putearía donde todo un partido y la semana siguiente si el árbitro se hubiera comportado correctamente y no alterado el transcurso y el resultado.

Se habla de estos temas cuando las cosas ya están como la mismísima o directamente en el suelo. Lo mismo sucede con la familia. En pleno Proceso, cuando se pusieron de moda las masivas peregrinaciones a Luján, con decenas de miles de jóvenes marchando a pie por la Gaona y el acceso Oeste, Clarín hizo una cobertura del hecho y una chiquilina veinteañera fue rotunda, clara y contundente, sin la menor pretensión de escribir un tratado de sociología: «Estamos acá porque carecemos de familia. La familia no existe más. No hay que confundir familia con matrimonio con hijos.» Un cuarto de siglo después, el todopoderoso multimedio encontraba una veta más para seguir llenando sus faltriqueras con las pústulas sociales: la superedición del domingo 19 tuvo un suplemento de cuatro páginas del Rubro 39 de los famosos clasificados, titulado Saludos, con TXTs tan explícitos como

AMI GANGA. FELIZ DIA. TE QUIERO

MUUUUCHOOOO!!!! Kevin***

Todo rigurosamente sic, salvo algunos dibujitos de infotecas de software norteamericano con dos caritas juntas, corazones enlazados y otros desplantes estéticos. A la noche, un Diego Maradona notablemente enflaquecido y recuperado, que ama a un padre que se la pasa de internación en internación, se pasó el día entre la cancha de Argentinos Jrs. viendo un partido con el descendido Huracán de Tres Arroyos y un programa de entretenimientos en la tevé, en el canal de mayor raiting, el multimedio donde casual y justamente a la mañana la cotizada revista dominical diva, Viva, le había dedicado la tapa a su hija Dalma, actiz de espectáculos infantiles que produce su mamá Claudia Villafañe, con un copete donde la anuncia como la hueva superstar, y el título no ofrece mayores comentarios para quienes ejercen algo las facultades inteligentes:

LA HIJA DE PAPA

En ese programa superproducido, de entretenimientos y premios fabulosos para famosos fabulosos, del mejor tipo champú, como están de onda, la gran onda es ganarse un auto 0 Km, de unos 20 mil dólares, estacionando en un 1m 30s, marcha atrás, dentro de un circuito enrevesado, en un lugar especialmente marcado y con obstáculo varios. En el transcurso hay pollos, perros y otros animalitos, como la figura de la suegra, a las que se puede chocar y pasarles por arriba sin que sea infracción descalificadora. En la última etapa están la figuras tipo de una FAMILIA TIPO de cuatro miembros, a los que no se puede ni siquiera tocar con el paragolpes trasero porque se pierde toda posibilidad de llevarse el auto. Otra que metamensaje: estos con trompetas y pirotecnia. El contenido simbólico de tener licencia para pasarle con el auto por arriba a la suegra, aparte de trillar antiquísimos lugares comunes, como si no formara parte de la supuesta familia o, en todo caso, un miembro perfecta y necesariamente extinguible de esa familia ya extinguible, tampoco merece comentario.

No hay yupi, empresario, dueño del país o aspirante a que deje el saco para la entrevista o la foto, sentado tras un escritorio de una hectárea, hectárea y media, donde, a su diestra, siempre, en sendos y muy recatados portarretratos, como si todos estuvieran casados con la misma mina, tuvieran los mismos chicos rubios y lindos y vivieran en las mismas casas amuebladas en el mismo furniture, pretenden pasar el mensajito de mirá, yo vivo, como acá, incluso me fifo a la secretaria en los ratos libres, pero tengo este muleto para el tiempo adicional, eh...

Por supuesto, los poligriyos aspirantes, que copian los gestos y no los actos, porque no pueden, hacen otro tanto. Menean la familia cuando pueden, al cuete, con una histeria y un exhibicionismo que hacer recordar al doctor Alfred Adler, uno de los primeros laderos del padre del psicoanálisis: «Díme de qué te vanaglorias, te diré de qué careces.»

Eduardo Archetti, que acaba de fallecer en Noruega y prácticamente no había estadio que no conociera, que no dejó de escuchar puteadas y expresiones soeces de todos los calibres y en todos los idiomas, se espeluznaba y no dejaba de repetir que Argentina, de la que era oriundo y donde se había hecho futbolero, era el único país del mundo donde una hinchada le gritaba a la contraria para estimagtizarla:

¡Hi-jos-nues-tros! ¡Hi-jos-nues-tros!
De este modo, la paternidad retrocede mucho más que en la etapa feudal, que el Padre padrone de los hermanos Taviani. La cancha como expresión fiel de las relaciones sociales y sin inhibiciones, exhibe casi obscenamente, sin pudor, la concepción que el imaginario colectivo tiene del padre: el ganador, el que caga al hijo y lo somete. Paternidad, futbolísticamente hablando, es el hijismo en los resultados constantes: ganador permanente uno para que el otro sea perdedor constante. De un saque: ser hijo es ser victima, constantemente victimizado.
Los miles y miles de celulares, afeitadoras, corbatas y otros admíniculos que miles de hijos argentinos alcanzarán a sus padres con un beso ni reafirman la bondad y lealtad de los sentimientos existentes ni desmienten lo expresado. A la hora de mirar una sociedad también se trata de tomar en cuenta no sólo todos los padres que no van a recibir una mierda de regalo porque ese día y el anterior y el siguiente y los siguientes de los siguientes no tienen ni para comer, en una cifra que aumenta, o apenas para matarse el hambre, sino que arrojar a los cocodrilos al ex y mentado Jefe de Familia es hacer trizas a la familia y todo lo que se le parezca.
La docena y media larga de tendencias en la psicología actual, por problemas gremiales y a veces un guitarreo tan insípido como aburrido, va a salir al cruce reivindicando los nexos afectivos. Es estúpido ponerse a hablar del asunto o más todavía discutirlo. Lo que sería bueno es que tanta cantidad de charlatanes y curadores de palabra se cagaran de hambre junto con sus crías, sin tener además ni acceso a la educación y a la salud, y van a experimentar en carne propia qué hermosos lazos afectivos de paternidad quedan. Las salas de guardia, morgueras, cárceles y comisaría desbordadas, una tasa de suicidio cuidadosamente guardada de la que nadie habla es la respuesta más contundente.
Después el otro silencio más cabrón sobre la paternidad es que el autoexterminio argentino, a razón de casi una treintena de víctimas fatales por día, otros tantos que quedan inútiles para el resto de lo que siguen respirando y unos 300 heridos promedio de toda consideración, es la mayor causa de mortalidad infantil que tiene el país hace año y que la franja etaria más afectada por este tipo de muertes violentas oscila entre los 18 y 25 años con el auto que les prestó, les compró o les regaló el papito. No, por supuesto, para matarse, porque no estamos hablando de personas abyectas, de perversiones innatas, sino de un fenómeno social que persiste y donde se gastan entre 26 y 40 mil dólares en una 4 x 4 y se hacen concha a la primera de cambio. No sólo los que van adentro, sean chicos, viejos, el perro, el gato y el canario, sino a todos los que le dan de frente a 140 o 160 kms. por hora.
Dejando de lado, porque no es lugar ni el momento, para establecer que no estaría mal porque cada vez hay más ciudadanos argentinos en condiciones de comprar esos vehículos totalmente innecesarios y ostentosos, como barrios privados, countries y otros exhibicionismos por el estilo, cuidado por un ejército armado de policías civiles, resulta casi ocioso remarcar que alguien que tiene un mínimo de consideración por su grupo familiar no puede poner la pata en el piso y mandarse por izquierda, de frente march, si paso paso, dejá de ponerme el guiño, abrite vos si querés porque yo te paso por arriba, crash. Es un mecanismo de homicidio-suicidio repetido hasta el hartazgo y puesto en evidencia por el licenciado Andrés Martín, por aquel entonces trabajando para la Asociación Civil Defensa del Peatón y su equipo multidisciplinario, en los años más negros del Proceso.
La liquidación, el arrasamiento que ha hecho el capitalismo del núcleo parental vuelve una mueca siniestra la parafernalia publicitaria que pretende institucionalizar un día para festejar el día de lo que cada vez existe menos y es casi un recuerdo. Pretenden imponer como fiesta lo que realidad es un velorio. Aunque como estableciera Johan Huizinga, poco antes del advenimiento de las hordas nazis, si hay una noción oscura en el historia del hombre y el conocimiento es qué corno se quiere decir con fiesta, de los griegos para acá. Porque fiesta, lo que se dice fiesta que se precie de tal, siempre contempla la muerte y la tragedia como final.
De todas maneras, no intranquilizarse. Esto siempre le sucede a otros. Y domingo, como sea, si se tiene algo para materializarlo mejor, pero un abrazo y un beso con el viejo no está mal. Porque si encima que lo barrieron de la historia vamos y le cagamos un momento así con un catalinaria sociolotuda, tendrían más que motivos para salir todos juntos, ahora que la gente se junta por cualquier cosa y sale a hacer quilombo a la calle, y gritarnos en la cara:
¡Hi-jos-nues-tros! ¡Hi-jos-nues-tros!
Los muchachos del tablón le van a poner una linda y primitiva banda sonora de percusión, no se preocupen. [AR]

MAFALDA DIXIT

PARA LA SONRISA, LA LAGRIMA Y EL BRONCE
  • A medio mundo le gustan los perros; y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau.
  • Lo malo de los reportajes es que uno tiene que contestarle en el momento a un periodista todo lo que no supo contestarse a sí mismo en toda la vida. Y encima pretenden que uno quede como inteligente...
  • No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta.
  • ¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?
  • En éste mundo cada quién tiene su pequeña o gran preocupación.
  • Todos creemos en el país. Lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros
  • ¡Sonamos, muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!
  • ¿No sería más progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?
  • ¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?
  • Y, claro, el drama de ser presidente es que si uno se pone a resolver los problemas de Estado no le queda tiempo para gobernar
  • Si vivir es durar, prefiero una canción de los Beatles a un lonplai de los Boston Pops
  • Más que planeta, éste es un inmenso conventillo espacial.
  • ¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?
  • Dicen que el hombre es un animal de costumbres. Más bien de costumbres, el hombre es un animal.
  • Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.
  • Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas (leído de un libro)
  • En todas partes del mundo ha funcionado siempre muy bien la ley de las compensaciones, al que sube la voz, le bajan la caña...
  • A las situaciones embarazosas, ¿las trae la cigüeña?
  • Hoy entré al mundo por la puerta trasera.
  • Nadie amasa una fortuna sin hacer harina a los demás (Manolito)
Por mucho más, ir directamente al sitio de Joaquín Lavado, (a) Quino.


17.6.05

ALVARO YUNQUE EN EL RECUERDO Y SUS POESIAS

HACE NADA MAS QUE 116 AÑOS

Es necesario recordar, como lo hizo un mail de Alba Gandolfi, su hija, que este 20 de junio es el aniversario del nacimiento del escritor y poeta argentino Alvaro Yunque. Había nacido en La Plata el 20 de junio de 1889. Durante gran parte de sus 92 años de vida estuvo prohibido por las distintas dictaduras. Murió durante la peor, el 8 de enero de 1982, durante la cual se prohibió la exhibición de sus libros y la publicación de su obra. A partir de 1977 todos sus libros fueron destruídos por uno de los tétricamente famosos decretos del PEN.

Alba tuvo la gentileza de transcribir algunas de sus poesías, tanto para su recordación en línea por TXT y en el sonido, por la Radio BP.

De HOMBRE ESENCIAL (1947)

HOMBRE DE PIE
Sólo el que enfrenta su destino sufre:
Mas vale un hombre en pie,
de pie en el llano,
que un hombre de rodillas en la cumbre.

POETA
¿Quién soy?
Soy una tormenta.
El trueno vibra en mi craneoy es mi rayo una blasfemia.
Mi vida me pide tregua.
Estoy hecho de blandurasy animado de violencias.
Mi forma que duda, tiembla.
Mi inspiración, invencible, combate, no se lamenta.
Por mí la naturalezarenace dia por dia.
Soy la raiz, soy poeta.

De La O es redonda

EVOCACION
Mi yo infantil, imagen ya borradade mi recuerdo mismo.
Quedaste en los espejos olvidado, te fuiste con mis muertos más queridos,
me miras azorado con dos ojos llenos de luz y tiernos y tranquilos;
me miras como yo miré a mi padreo como a mi me miran hoy mis hijos,
un poco interrogándome,
otro poco entre admirados y despreciativos.
Y yo a ti - niebla húmeda del tiempo -muchacho, mi muchacho,
tú y yo mismo,te veo igual que si mirase a otro
de compasión mis ojos arrecidos.
Hoy que me siento casi fracasado,te busco inútilmente en el olvido,
mi yo infantil, flaco chiquillo bueno,
en ya rotos espejos desvaído
y en retratos ridículos. ¡Qué lástima!
Perdidos.

De Agua de Manantial (libro dedicado a mi madre, inédito)

LOS RECUERDOS
Con las manos en la nuca,
la pupila en los recuerdos -faquir que, sufriendo, goza-
Miro pasar los recuerdos.
Todos tienen tu blandurafemenina, los recuerdos;
Todos tienen tu miradade remanso, los recuerdos.
Los recuerdos, todos tienen
tu intimidad, los recuerdos.
Vienen y se van contigo
los recuerdos, los recuerdos.

De LUCES MALAS (inédito, 1976- 1981)

1978
Sin poder publicar, y censurado,
ahora, en la vejez, gozo mi olvido,
como en la infancia un caramelo agrio.

SUFRO...
Presencia amenazadora,
policías y soldados,
¿sufro para que no sufran
los hombres que aun no llegaron?

DESTERRADO
Mundo de ideas, mundo de ideales
que descubrí en mis años juveniles,
vedme hoy, ¡desterrado en Buenos Aires!

SEGISMUNDEANDO
Dictadores, policías,
prepotentes y "letrados",
¿un delito cometemos
contra vosotros pensando?

PRECIPICIO
Libertad, un precipicio
en donde brinca un torrente,
quien no lo pasa volando
desaparece.

GOLPE MILITAR
¡Qué enemigo si el tigre fuese astuto,
si la ferocidad no lo cegara!;
Pero es feroz y, fatalmente, bruto.
¡Y qué enemigo el tigre si pensara!

MOTIN MILITAR
Un ventarrón, agítanse las teas
un ventarrón del crimen y del dolo;
Yo, un hombre vertical, me veo solo.
Tal viento no despeina mis ideas.

CENSURA
Otra vez la injusticia de los hombres,
la que me diera cárcel y destierro,
calumnia mis más buenas intenciones.

MILITARES
Los forjó el fanatismo,los forjó el fanatismo, ese ciego.
Nos parecen estatuas,nos parecen estatuas de hierro.
La razón las convierte:
Son estatuas de yeso.

HIERROS
Las pasiones, cadenas
que tu mismo forjaste;
La razón, el martillo
que las parte.
Hay el hierro que oprime
y el hierro que te ayuda a emanciparte.

PESADILLA
Soñé que en el escudo de la Patria
el gorro frigio no se erguía ya;
en su sitio veíase - ¡vergüenza! ­una dorada gorra militar.
Desperté de la horrible pesadilla...
¡Mi pesadilla era una realidad!

LA PALOMA DE PICASSO
Paloma de Picasso, la más viva
de las palomas vivas, ¡oh, auroral!
Cuando hayan muerto todas,
siempre tu vivirás,
Tú, el más puro deseo de los hombres:
¡La paz, la paz, la paz!

COPLA
La vida sin libertad,
eso es confundir, hermanos,
vivir con agonizar.

De Lunfasonetos y...

NO SOY UN LITERATO
No soy un literato espamentoso
De esos q'escriben pa que nadie entienda;
Yo escribo pa mi pueblo generoso
Al que arrempujan como mansa hacienda.
Voy paso a paso por la limpia senda
Que se abrió Martín Fierro.
El hazañoso,
escribir pa que el pueblo no comprenda
eso no es arte, es juego de gomoso.
Conocí a un chiche de esos, ¡ cha qué estrilo!
Le cantaba a una tal Venus de Milo
que hasta era manca, y a un viejo melenudo
que se llamaba Júpiter...
¡Sotreta!
Él se creiba ser todo un poeta,
¡pero poeta no es cualquier boludo!

[N. del E.] Gracias, Alba, por no dejarnos morir antes de tantos olvidos. El Tío.

LOS CRONOPIOS, ¿SON ORIUNDOS DE VILLA CRESPO?




ENTRE BOMBOS Y BIBLIOTECAS, LA PASION EN CAMISETA

«La aparición de este libro me parece un acontecimiento extraordinario en las letras argentinas. Se tiene constantemente la impresión de que el autor, apoyando un compás en la página en blanco, lo hace girar de manera tan desacompasada que el resultado es un reno rupestre, un dibujo de paranoico, una guarda griega, un arco de fiesta florentina del cinquecento, o un ocho de tango canyengue».

Esto apareció en el N° 14 de la revista Realidad, marzo-abril de 1949, y lo firmaba un ignoto jovencito que había publicado un poemario medio enclenque y una obra de teatro, amén de ejercer la docencia en un colegio secundario estatal en Chivilcoy, dictando literatura.

Y remataba así su visión de bisoño y ocasional crítico literario:

«Tal como lo veo, Adán Buenosayres constituye un momento importante en nuestras desconcertadas letras. Para Marechal quizá sea un arribo y una suma; a los más jóvenes toca ver si actúa como fuerza viva, como enérgico empujón hacia lo de veras nuestro. Estoy entre los que creen esto último, y se obligan a no desconocerlo».

Seis años después, despreciado a izquierda y derecha por su pública adhesión al régimen, administración durante la cual había tenido algún puesto público, el católico y peronista Leopoldo Marechal gestionaba su jubilación y con una vaquita hecha entre amigos, publica La poética, volumen que es recibido con el más frenético y ensordecedor de los silencios, que es un reconocimiento duro y amargo, pero reconocimiento al fin. El singular poeta y novelista, integrante del podio de lo mejorcito por méritos propios, junto a Jorge Luis Borges y Roberto Arlt, ya se presentaba a sí mismo, con ácida ironía, como El poeta depuesto, en correlación a la nomenclatura oficial impuesta al líder exiliado de El tirano depuesto.

La solitaria voz que había tenido la exquisita sensibilidad de detectarlo en toda su dimensión ya no estaba en Argentina. Había elegido el autoexilio por entonces preferido de los jóvenes intelectuales, sobre todo si no eran peronistas, como era París, del que no volvería, o el de otros, que partirían por la misma razón pero para ingresar a la leyenda, como el caso del médico Ernesto Guevara de la Serna.

El autor de la crítica era Julio Cortázar, quien fuera mimado por Victoria Ocampo, el grupo Sur y otros sectores encumbrados de la cultura tradicional y reaccionaria. Más allá del estigma peronista impuesto a Marechal como muerte cívica y los cantos de sirena de la aparente vereda opuesta del país que reemplaza con incandecentes pasiones a las ideas, el casualmente nacido en Bélgica y criado en Adrogué cumplió con el reto de aprovechar el empujón para tratar de encontrarse con lo verdaderamente nuestro. A punto tal que a fines de esa década, sin claudicar maestro y discípulo de sus más íntimas convicciones, van a converger en un punto en común que ninguno abandonará hasta la muerte: apoyar a la Revolución Cubana como la gesta emancipadora latinoamericana válida y legar para la cultura del país que los vio nacer y los formó varios volúmenes imperecederos para la bamboleante cultura nacional. Uno, desde Rayuela, va a instaurar la mirada distante y el erudito escepticismo; el otro, desde El banquete de Severo Arcángelo, su teoría del alpedismo argentino.

16.6.05

La corrección del lenguaje

He leído con sorpresa el manifiesto airado en pro de la anarquía ortográfica, por lo que he podido comprender en nombre de una sacrosanta libertad de expresión mal entendida.
Por suerte, las respuestas han sido rápidas, aparte de muy atinadas y comedidas; especialmente la de Guillermina Domínguez, de Santiago de Compostela, a quien la cuestión le toca en proximidad por su contacto profesional diario con alumnos de Secundaria -los adultos que tendremos en nuestra sociedad en un futuro no muy lejano-. Lo cierto es que, giros lingüísticos y otras modas epistemológicas aparte, la historia es -o pretende ser- una ciencia basada en el idioma, es decir, en el uso de la lengua para la comunicación de los conocimientos.

Y la lengua, como elemento compartido, se ha de procurar que venga regido por unos códigos igualmente comunes, y al mismo tiempo ajenos a la volubilidad de cada uno de los hablantes.
Yo no poseo el idioma castellano -o el inglés, o el ruso, o el vasco, o cualquiera de los que con el paso del tiempo pueda ir adquiriendo-, sino que soy un mero arrendatario de un bien común.

Por supuesto, los códigos de todos los idiomas -y no sólo la ortografía, sino también la gramática o la semántica-, son en gran medida arbitrarios; y hasta cierto punto, cabría aducirse miles de argumentos lógicos para proponer tal o cual cambio.

¿Para qué escribimos las haches en castellano, si no las pronunciamos? ¿Por qué volvernos locos para saber si una palabra se escribe con "b" o con "v", si a fin de cuentas, el 95% de los hablantes pronuncian ambos grafemas de la misma manera? ¿No sería más lógico aceptar una división de los sonidos representados por la "g" y la "j" según el criterio, absolutamente racional propuesto en su día por Juan Ramón Jiménez? Y no digamos nada de las horribles homonimias, o de las palabras polisémicas, o de los sinónimos. ¿No sería mejor tener una sola palabra, en vez de usar coche, carro o auto según los países? ¿No sería más racional que todos llamáramos tiesto a la maceta, como defendía acaloradamente Miguel de Cervantes?

Sí, todo esto es verdad.

Pero también lo es que la lengua no es nuestra, sino que debe servirnos para comunicarnos con otras personas.

Y los códigos, a pesar de ser arbitrarios, son el único territorio común que tenemos.
Aducir que escribimos con faltas de ortografía en base a nuestra libertad individual, es -aparte de otras cosas- un modo de mostrar un desprecio olímpico por aquellos a los que queremos hacer llegar nuestro mensaje.

Intentar justificar el uso de determinados vocablos contra la norma, o en un sentido diferente al comúnmente aceptado, es renunciar a ser inteligibles.

La pobreza del lenguaje, la limitación en el número de palabras que conocemos, nos impide no sólo comunicar la realidad en su complejidad, sino incluso abstraer y entender esa misma realidad compleja.

Declarar vehementemente, como hacen muchos de nuestros alumnos ¡universitarios! que lo que importa es lo que quisieron decir, en vez de lo que realmente dijeron -y el modo en que lo dijeron- no sólo es pretender reírse del profesor, es ante todo el reconocimiento de la propia limitación, del horizonte mental cerrado que estrechará las posibilidades de su conocimiento.Pero, sobre todo, es renunciar a la idea de comunicación, a la idea de la lengua como código compartido que posibilita, por su mismo carácter, el intercambio intelectual.
Y de este modo, lo que diga o escriba una persona que piense así, no sirve absolutamente para nada. Es como si un matemático escribiera sistemáticamente el signo (+) para señalar las raíces cuadradas. Es muy libre de hacerlo, pero lo que está claro es que lo que este señor pueda decir nunca podrá ser tenido en cuenta por el resto de los científicos.


Oscar Alvarez Gila
EHU - Universidad del País Vasco
Vitoria - Gasteiz

[N. de la R.] Este material nos fue reenviado por amigos del Tío y originalmente pertenece a un listing titulado Historia a Debate, que coordina el doctor Carlos Barros, titular de Historia Medioeval de la Facultad de Xeografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela. A todos se les agradece muy sinceramente la posibilidad de difundir material sobre temas que nos pican y nos duelen.

«¡MIRA COMO CAEN PAQUETITO E'IERBA!»




APENAS AYER, HACE MEDIO SIGLO


El 16 de junio de 1955, a media mañana, de manera sincronizada y sin que nada los detenga, como quien sale a dar una vuelta para ver cómo el fierro anda de frenos, cuatro docenas de máquinas voladoras aeronavales, entre bombarderos pesados Catalina y cazabombarderos Gloster-Meteor, provenientes en su gran mayoría de la base de Punta de Indio, se lanzaron en picada sobre todo lo que estuviera cerca de la Casa Rosada y dejaron caer entre 400 y 500 toneladas de explosivos. Es el día de hoy que como en tantos otros episodios de los llamados oscuros en un país no caracterizado justamente por la claridad, se desconoce la cifra exacta de víctimas fatales, ni qué hablar de los heridos de toda consideración. Los datos más optimistas hablan de un mínimo de 113, entre los que se cuentan 7 miembros de los Granaderos a Caballo, emblemático y vistoso cuerpo de élite creado por San Martín y que cumpliendo por única vez con el juramente de defender hasta dar la vida al presidente argentino, así se vieron obligados a hacerlo.

Otros la hacen trepar por encima de los 400. Muchos eran niños. Una bomba de media tonelada le dio de lleno a un troley repleto de colegiales de un primario estatal, porque no se concebía otra cosa, las blancas palomitas de los discursos docentes y lugares comunes a destajo, que habían ido a visitar la Catedral y el mausoleo donde supuestamente está guardado el hereje masón don Francisco José de San Martín, pomposamente bautizado el Padre de la Patria siempre a la hora de las formalidades, la pompa y lo espectacular, meta garrote e intolerancia cuando se van las visitas molestas. El grueso mármol que desde entonces tapiza la fachada del Ministerio de Economía, sobre Hipólito Yrigoyen, quedó como cariado de viruela, pero a fuerza de las ráfagas de las ametralladoras pesadas que en las alas llevaban los aviones livianos y que lo encararon de frente, en un lugar donde el supuesto blanco patriótico no podía estar jamás y que le saca la careta para siempre a las proclamas de entonces y las justificaciones que hasta hoy se escuchan.

Siempre se dijo que el objetivo era matar a Juan Domingo Perón en su segundo mandato constitucional que flameaba por la crisis económica y las internitas, más una oposición visceral, enconada, resentida y multiplicado su resentimiento por el practicado desde todas las bocas de expendio por entonces oficiales. La otra especie que circuló que más allá de la fallida puntería que dio más por los alrededores y civiles que en el despacho oficial que da a la esquina nororiental de la vieja mole, fue que el que lo salvó con el tiempo justo fue el entonces embajador de Estados Unidos de Norteamérica con un líder de la Tercera Posición que había bajado notoriamente el copete, recibido al hermano del presidente Eisenhower y ya firmado los contratos petroleros con la California Co. Otra especie que circuló hasta abulonarse en el imaginario colectivo era que en el asiento trasero de copiloto de uno de los Gloster iba el muy paquete doctor Miguel Angel Zavala Ortiz, quien llegará a ser el canciller del efímero y endeble gobierno del cordobés Arturo Illia a quien lo tumbaría una confabulación militar con el apoyo de la cúpula sindical peronista y echado del despacho presidencial por la Guardia de Infantería usada para apalear al descontento universitario que poblaba las calles, y que tuvo que retirarse con tanta soledad y patetismo que lo hizo en un taxi que se animó a cargarlo en la calle, a la altura de la explanada de Rivadavia. Antes, entre los empujones, sin ser MacArthur, el doctor Zavala Ortiz, que había ocupado el cargo siempre reservado a los más pulcros representantes de los intereses dominantes, con el aliento en la nuca de los pertinaces polizontes, había alzando un puño amenazante y proclamado con el estilo radical tan característico: «¡Volveremos!». Sucedería, por cierto. A uno le zamarrearían el bote con un golpe económico después de haber bailado con la más fea al encarar la postración los derechos humanos y atreverse a sentar en el banquillo de los acusados a la cúpula militar genoicida y al otro lo tuvieron que sacar en helicóptero porque si no hubiera incapaz de volver solo, hasta se hubiera extraviado, con un país postrado y en llamas.


El General salió ileso. Pasado el chubasco, arrestado el cabecilla, un contralmirante de apellido Olivieri y rendido el Ministerio de Marina, por entonces muy cerca de la Dársena Norte, desde donde habían mantenido fuego de fusilería constante y su jefe, volado la cabeza de un tiro antes de entregarse, la multitud enardecida que por todos los medios se había ido acercando y convertido en un enjambre a la histórica plaza y sus alrededores, desde el famoso balcón, el carismático líder comenzó su alocución de manera histórica: «Compañeros, los últimos aviones pasaron huyendo», dijo entre un ulular incesante en relación a los Gloster que habían buscado refugio en Uruguay, por entonces un reducto de los contreras a los que luego se rebautizaría gorilas. Y agregó, sin saber que estaba escupiendo al cielo: «Sólo los cobardes huyen». Tres meses después no habría tanta improvisación ni arrrebatos por ganarse de mano y él mandaría a su comandante Franklin Lucero a rendir la plaza, anunciarlo por cadena nacional, y se embarcaría en una chatarra, en un despojo paraguayo llamado cañonera que apenas si flotaba y estaba en reparaciones en un muelle del Dock Sud. Fueron días nublados y lluviosos. Sobre el horizonte del río que es llamado río por mandato del imperio inglés se recortaba la flota de mar al mando almirante Isaac F. Rojas, dispuesto a volar las destilerías y, con ellas, a toda la ciudad, si hubiera sido necesario, como ya lo había probado practicando tiro al blanco con las de Mar del Plata, a la pasada. Al ser trasbordado a un todavía más choto hidroavión, el fuerte oleaje casi termina con el hasta entonces invencible hombre fuerte en el fondo marrón y fangoso. Su destino inmediato fue la Asunción de su muy amigo y protegido, el Colorado Stroessner, siniestro personaje que se mantendría cuatro décadas a sangre y fuego en el gobierno, luego seguiría por la Venezuela de un Pérez Giménez que no tardaría en tener un fin similar, seguiría por una Panamá con las mismas rengueras, haría todavía otra estación en la Santo Domingo del más que siniestro Trujillo, que ya había inaugurado el método de chupar gente con los llamados Escarabajitos de Volkswagen, todo a cargo de un coronel croata que se haría muy amigo de la pareja, sobre de la tercera esposa, una bailadora flamenca oriunda de La Rioja, espiritista, para terminar anclando con gran residencia propia en el Madrid del generalísimo Franco, quien nunca lo invitó ni siquiera a tomar un café.

En aquel aciago discurso de un día mucho más que aciago, porque desde Guernica, durante la Guerra Civil Española, a cargo de la aviación nazi, no se bombardeaba a una ciudad abierta, considera un leso crimen de guerra, El General también a su cargo agregar, al poquito tiempo, como coletazo entre la ira y la impotencia, el famoso «por cada uno de los nuestros van a caer cinco de ellos», que luego resucitará la tétrica fórmula matemática de «cinco por uno, no va a quedar ninguno» de los '70 que en realidad fue como 100 x 1, pero al revés, y aquel día también «a la Marina la vamos a correr con los bomberos, compañeros», reinvindicando la metodología de su camarada de armas, el Zorro Roca, para aplicar las ínfulas separatistas de los genoveses boquenses que izaron una bandera propia, se proclamaron república independiente y el primer acto de gobierno fue entregársela al rey Vittorio Emanuele.


En la desconcentración hubo premonitoria zona blanca. En un episodio también poco claro, donde lo poco concreto es que se vio trabajar a profesionales en la materia, nada más, buena parte de la desconcentración encaró para el Barrio Norte con todo el propósito de colgar oligarcas y contreras, pero en el camino arrasó iglesias porque la cúpula estaba decididamente en contra, sobre todo con un dichoso divorcio que duró horas, y se la emprendió con imágenes veneradas, incendio de reclinatorios, confesionarios y banderas papales, una hordalía que quería responder de manera multiplicada a la famosa procesión de Corpus Christie del 11 de junio anterior, donde con el crucifijo a la cabeza y los dedos en V, por Cristo Vence, quería el santo y seña de todos los antiperonistas del más diversos pelajes, había puesto de manifiesto que ya la cosa se venía con todo y que iba a ser a sangre y fuego. Muy curiosamente, y para nada delirante la asociación, dado su origen de clase y el neto cuño gorila de sus familias, van a ser los montoneros como agrupación masiva, en expresiones callejeras, y la JP de la Tendencia, lo que años después reivindicarán el gesto manual con el significado Perón Vence.

En los sótanos de la muy cheta Iglesia del Pilar, con el acompañamiento rítmico de las manos sobre los muebles, el impecable arreglo coral de uno de los Gómez Carrillo y las voces de la casa, se grabará la Marcha de la Libertad, objetivamente de muy buena factura, para contrarrestar la murguera carnestolenda de La Marchita que había grabado Hugo del Carril, repetida hasta el hartazgo en honor del Primer Trabajador y «combatiendo al capital».

En la plaza la gente había reclamado a gritos el fusilamiento de los responsables, el paredón que inauguraría un Rojas de permanentes anteojos negros por su fotofobia y que los zaparrastrosos cubanos institucionalizarían al emprender con la primer revolución a fondo del continente, tranformándose en un hueso indigesto para la ya primer potencia del mundo, casi en sus propias barbas, a menos de 150 kms. de la todavía no tan esplendorosa Miami, que llegará a ser el estiercolero de lujo de todos lo noveaux riches del sur del Río Bravo, empezando por prominentes seguidores del General.

No hubo tales penas capitales. Los principales jefes marinos fueron condenados a cadena perpetua que duraría unos pocos meses y se desmanteló a la Infantería de Marina y a la Base Punta de Indio. La flamígera verborrea del líder para calmar a los suyos, la real mano blanda para tratar de detener lo que ya era imposible de detener, desembocó en otro impase que tendría sucesivas repeticiones, masacres e indefiniciones.

La respuesta popular, sin activistas profesionales ni presiones mediáticas, había sido impresionante, como también lo serían en los días grises de setiembre de ese año, cuando los obreros, en las puertas de los sindicatos, esperaron las armas prometidas que nunca llegaron. A partir del mediodía, sobre todo en las líneas férreas del sur, las formaciones estaban sepultadas con un mar de gente trepado a las locomotoras, en los techos y rebalsando las subidas y los paragolpes. Haciendo flamear banderas argentinas y ropa, mostraban por qué les decían Los Descamisados: a pesar del frío invernal, iban en cuero, la cara al viento, gritando con fiereza y sin cesar «¡La vida por Perón! ¡La vida por Perón!».

Para muchos sería algo más que una mera consigna. Pagarían con la propia un no muy claro amontonamiento de ideas que propuganaba justicia social, que le había dado participación política real a los trabajadores, un mucho más equitativo reparto del PBI, cantidad de escuelas y hospitales, pero un despilfarro demagógico, blandengue, a la hora de sentar la infraestructura de un país para su despegue industrial y no perder el tren de la historia.

Quienes a pesar de nuestra niñez fuimos pasivos testigos de aquellas jornadas, podemos afirmar que la gente salió a pelear y lo hizo con todo lo que tenía: lo puesto y unas monedas en el bolsillo. Estaban con Perón. Carecían de estructura y organización políca, ni hablar de entrenamiento militar, pero fueron a la plaza, a donde caían las bombas, a la primera línea de fuego para defender no sabían cómo lo que consideraban que era de ellos por derecho propio. Un amigo de mi padre, convencido peronista, al que una de las últimas pasadas de los aviones agarró como a tantos otros en Avenida de Mayo y Perú, teniendo que buscar refugio en las galerías y las entradas de los edificios, contaba de ese espectáculo inédito en un país que a veces cesa de excesivamente candoroso, como la de un muchacho de traza indudablemente pobre y provinciano, que al ver cómo se habrían las compuertas y salía la bomba, comentaba:
«¡Mirá! ¡Mirá! Están tirando paquetito e'ierba», porque en el aire era eso lo que parecían, paquetes de Salus o Nobleza Gaucha, sólo que al dar contra el suelo, lo ensordecedor de la explosión y la lluvia de esquirlas dejaba en el suelo un tendal de cuerpos desangrándose.

«Ay, patria mía», como dijeron tantos y la última fue Beatriz Guido, justamente autora de la novela El incendio y las vísperas, donde se intenta desde la literatura abordar lo que se resiste a ser comprendido por la razón. [AR]