19.9.05

BOQUITA EN EL BANQUITO




LA 12 CARA A CARA CON LOS JUECES


Para hoy está anunciado el comienzo del juicio oral a los hermanos Di Zeo y a Santiago Lancry, (a) El Gitano, uno de los históricos, hombre del finado Carlos Bello, la Coordinadora Radical del Coti Nosiglia y de Fernando de la Rúa, como consecuencia de los hechos acaecidos en un amistoso que intentaron jugar en La Bombonera con Chacarita Juniors, a fines del siglo pasado, gracias a la suspensión del fútbol por los buenos oficios del juez Perrotta, quien intervino para proteger la falta de seguridad de un ciudadano que nunca había ido a la cancha y no se animaba a hacerlo por miedo a que lo fajaran.

Aquel día de semana, los de San Martín, institución conducida por el hincha de Independiente y ex recontralgüete del menemismo, el preclaro gremialista y ex ministro y ex encargado de las obras sociales de todo el país, el gastronómico Luis Barrionuevo, secundado por el afable Armando Capriotti, algunos desocupados existenciales de los funebreros se les dio por pasar el rato ya que la entrada era gratis. Pero en los cálculos habían omitido que en el último oficial, cuando los bosteros anduvieron por las instalaciones de Villa Lynch, les habían dado para que tuvieran, por lo que inmediatamente fueron llamados por celular los ahora inculpados, quienes se hicieron presentes con otra docena de amantes de la popular divisa y las propinaron tal garroteadura y pateadura en el suelo que las cámaras de tevé presente se hicieron un picnic.

Como la justicia tarda pero nunca llega, no se sabe si porque es un permanente interruptus o un eterno replay, con casi seis años de demora los principales inculpados van a ser sentados en el banquillo para que den cuenta del aquel aquelarre. En el intertanto, no se lo pasaron en un monaterio. Rafael Di Zeo, (a) El Rafa, heredero natural del trono dejado vacante por José Barrita, (a) El Abuelo, protagonizó una supuesta fuga cinematográfica desde el 9° piso de un elegante edificio de departamentos del barrio de Flores, donde solía tener la compañía de una uniformada de la Policía Federal, ya que la comisión que lo fue a buscar cometió el error de ir a allanarlo y detenerlo sin la orden judicial correspondiente, un traspapelamiento diurno con efecto nocturno que le dio tiempo para rajarse con comodidad, pero no poder llevarse varios miles de dólares, armamento de guerra y tres vehículos casi flamantes, entre ellos la correspondiente 4 x 4 con vidrios polarizados. Nadie puede ser tan mal parido de que todo eso fue orquestado.

Estuvo prófugo un tiempo, lo encontraron, lo encerraron y la salida fue a toda tevé, a los abrazos y a los besos con los de uniforme. Los vecinos del mencionado consorcio ya había mostrado su asombro con el estereotipo circulante de la demonización de los barrabrava, nada menos que con El Rafa, un tipo superfashion, pelito impecable, matizado por canas, todo obra del mejor de coiffeur personales, del que dijeron que era un excelente tipo, solidario, preocupado por los problemas de los demás y siempre presto a colaborar. Bajo el ámbito del ritual futbolero, los contrarios no pueden opinar lo mismo, porque lo menos que se llevan es un ojo en compota o una costilla rota, pero tampoco es cuestión de andar siempre buscándole pelos a la leche.

Como, por ejemplo, los comemierdas que aseguran que estos tipos tienen un paraguas galvanizado por parte del stablishment, al estilo de la protección electrónica de los héroes en los videojuegos.

Sabiamente la cámara actuante rechazó las interferencias de la defensa, los jueces están convencidos que El Rafa es el capo di tutti capi porque lo tienen grabado dando directivas y órdenes para proceder a la abolladura de los otros, elemento indispensable para que exista el fútbol, por otro parte, y la sagacidad investigativa ha llegado a tal punto que han descubierto que la barra que él capitanea tiene beneficios, como por ejemplo, haber tenido un viaje pago a Paraguay para acompañar a Boca.

¡Barrabravas, temblad! Miren si se les ocurre leer las actuaciones del ex juez y ex catedrático Jorge Moras Mom, en ocasión del asesinato de Héctor Tito Souto, el chico de la sombrilla que nunca tuvo nada en las manos, primo político del cada vez más encumbrado Roberto Perfumo, y que ya en abril de 1967 los hizo constar en autos por primera vez, estampó para siempre tipo de organización y objetivos dolosos y que eran una manifestación de delincuencia social organizada, les faltaba nada mas que una pizquita para que el colega que vieniera atrás la agara picando, volea y al fondo de los piolines como asociación ilícita para siempre, y que tenían los gastos pagos, tanto en el interior del país como en el exterior. Son capaces de allanar la AFA y enterarse de dónde salen los cientos de talonarios que como entradas de favor siguen constituyendo el mayor sostén económico desde fines de la década del 50. [Por el caso Souto, los que quieran leer un trabajo documental que reconstruye todo lo acontecido, para bajarlo gratis no tienen más que cliquear en el subrayado. Incluso si pertenecen al llamado aparato aministrador de justicia o si son abogados.]

Justamente el titular de esta ave raris de Tribunales, como el doctor Moras Mom, que metió los brazos en las miasmas hasta los codos y sacó todo afuera, en una charla sin pelos en la lengua sentenció que un juez que no conoce la realidad no puede administrar justicia. A los supuestos periodistas especializados en cualquier pavada les cae el mismo sayo. En la emisión de Informe Central, por Canal 2, que conduce Rolando Braña, quien tiene a su cargo las noticias llamadas policiales preguntó con un candor que deja perplejo si los Di Zeo seguían yendo a la cancha por lo que el conductor lo regañó amablemente por quedar como un salame en vivo y en directo. Menos mal que ahí estaba el cordobés, ex comunista y ex hombre de la Editorial Atlántida de los Vigil, Alfredo Leuco, quien con una valentía digna de encomio aseguró que las barras bravas tienen hasta relaciones con los dirigentes.

Con gente así estamos salvados. Ni ellos ni los jueces miran siquiera el noticiero del propio canal. En el último enfrentamiento del glorioso Boca Juniors, convertido en institución fashion gracias a la gestión del ingeniero Mauricio Macri, candidato a diputado nacional que ya está probando la banca si es que no gana en la ciudad de Buenos Aires, con el colombiano Once Caldas por la Copa Andá-a-averiguar-el-nombre-de-todas-las-que-se-juegan, gozando todos los beneficios de la excarcelación que en un estado de derecho tienen los amigos y servidores del poder de turno, el plantel dirigido por Alfio Basile, que a cargo de la selección nacional ya supo de intentar hacerse acompañar por dos docenas y pico de bravos de La Guardia Imperial racinguista a un amistoso en Arabia Saudita, los Di Zeo Brothers y los más granado de la barra, con el plantel reconociendo el terreno para el partido de la noche y haciendo movimientos de elongación, están también adentro de la cancha, cumpliendo las tareas de vigilancia correspondiente y fraternalmente cediendo entrevistas a la tevé local y explicándoles cómo desde chiquititos, los papis lo habían hecho bosteros a muerte.

Preferiblemente, con la muerte de los otros, claro, aunque La 12 por el dudoso honor de ser la hinchada con más bajas en la historia desde el inicio de Fútbol Espectáculo SA a principios de los 60 y contándoles los 71 de la Puerta 12, a la que se sigue calificando de avalancha y a la que el pintoresquismo tilingo le atribuye que el alma en pena de todos los muertos ulula y anda flotando por el Monumental. Sin contar con los ex guerrilleros y economistas neoliberales que a coro hablan de otro fantasma, tan o más temible, como el supuesto Efecto Puerta 12 como el todo contra todos, pobres haciendo moco a pobres, la disolución nacional.


16.9.05

HOY JUSTO SE CUMPLE MEDIO SIGLO




«DEBEN SER LOS GORILAS, DEBEN SER»



Hoy se cumplen 50 años desde la irrupción de la Revolución Libertadora. Un irresoluto país que estaba muy lejos de haber superado dicotomías como unitarios y federales caía en otra sinrazón mucho más profunda, definitiva: peronismo y antiperonismo. Si el primero es algo idefinible por naturaleza, porque los estados de ánimo suelen resbalarle al raciocinio, encuadrándose por entonces en lemas tribuneros como «ni yanquis ni marxistas, peronistas», aunque quizá la mejor provenga de su propio riñón («el hecho maldito del país burgués», de John William Cooke, un dirigente vernáculo con nombre de filibustero inglés y que entregó su vida al delirio de tratar de tejer lazos entre la mazamorra oscilante siempre de acuerdo al enemigo de turno con la Revolución Cubana, cuando si algo tuvo y sigue teniendo de coherente el peronismo es su naturaleza profundamente antisocialista, caudillista, biclasista y estanciera), lo que no tardaría en ser llamado gorilismo vino a aportarle la imprescindible otra pata para montar a la sinrazón, el odio y como único motivo de existencia en torno a la dedocracia de un caudillo con neto arraigo popular, sin duda, pero un valor que no significa nada per ser ya que durante el siglo XX los hubo mucho más y cada cual más nefasto.

Popular por qué y para qué, en todo caso preguntarse.

El epicentro de la rebelión estuvo en Córdoba. Ya en el Facundo Sarmiento le había echado el ojo a esa condición bifronte entre lo bárbaro domado por los jesuitas y La Docta que había dado al Manco Paz y a Dalmacio Vélez Sarsfield. El general ultracatólico Dalmiro Videla Balaguer estuvo al frente. En Corrientes, en un segundo plano, aparecía un Pedro Eugenio Aramburu que no tardaría en copar los primeros planos. Por agua se lanzó un energúmeno como Isaac F. Rojas, quien al pasar por Mar del Plata y practicó tiro al blanco con las baterías de la flota contra los depósitos de combustibles como si tratara de un ejercicio de calentamiento precompetitivo para dejar en claro que para lo único que tenía ideas claras era para odiar al otro y hacer exactamente los mismos sandeces, pero de signo inverso.

La muy poco relevante Fuerza Aérea quiso aparecer como leal en un primer momento, el mal tiempo que duró hasta el 19 de setiembre, con muy bajo plafond de nubes, no dejó despegar a lo principal de su dotación y los pocos que despegaron pasaron a engrosar una categoría nacional que haría flor y nata: los panqueques., bautizados así, muy poco imaginativamente, porque se dieron vuelta en el aire. Frente a cantidad de locales sindicales, sobre todo la UOM, en la capital y el Gran Buenos Aires, sobre todo, bajo la lluvia, una masa fiel de trabajadores esperó en vano las armas prometidas y guardadas, algunas, en los sótanos del edificio Alas donde funcionaba el primer canal de tevé y era el cuartel general del propagandismo del régimen regenteado por un tal Apold.

La irreductible posición de la Iglesia, que fue el elemento aglutinador y relevante para producir un cambio en la Casa Rosada, fue junto al odio mucho más racista hacia los cabecitas negras que clasista, lo único más o menos coherente. Un regimiento que arrancó leal al gobierno constitucional desde Santa Rosa de Toay, La Pampa, para combatir a los marinos insurrectos, en el trayecto cambió cinco veces, dirimiéndose la condición del cumplimiento del deber constitucional al golpismo a piñas entre los principales oficiales. El Proceso, la casi guerra con Chile y Malvinas, veinte años después, ya mostraban el cuño del desastre anunciado gracias a la anomia, falta de principios, ideologías amorfas productos de collages cipayos de todo cuño, anarquía y personalismos inconducentes que procuran evitar la falta total de un conciencia nacional, como también la falta de objetivos claros hasta como sectores por naturales totalmente reaccionarios, antipopulares y antinacionales.

La inquina que los había llevado a vivar el cáncer en 1952, cuando la vida de María Eva Duarte entró en su fase terminal, un odio feroz y bárbaro los llevó a arrasar como hordas a estatuas, bustos, carteles y demás exabruptos de la carnestolenda peroniana. Mucho peor el remedio que la presunta temida enfermedad. El ícono del cadáver embalsamado de la Abanderada de los Humildes, en la CGT, es un historia tan asquerosa y tétrica que avergüenza recordarla. Llegar a levantar la Biblioteca Nacional para demoler el lugar físico donde había muerto la ex actriz, hija natural reconocida por un estanciero, oriunda de Los Toldos, para que la chusma y la plebe, según los argumentos, no lo conviertiera en un santuario profano muestra bien a las claras que la patología reemplazó cualquier ética e ideología y que la presunta religión oficial, a cargo del déficit oficial, era profana y sectaria. Un personaje como El Capitán Gandhi, allegado a uno de los marinos golpistas, se pasó por los pasillos del Departamento Central de Policía con la calavera putrefacta de Juan Duarte, el súper cuñado y súper secretario privado del que pasó a ser el Tirano Prófugo o el Dictador Despuesto, con tal de nombrarlo, para probar lo que sus cofrades de los services lo habían suicidado. Veteranos sabuesos, acostumbrados a cualquier horror, vomitaron ante el paso del Hamlet esmirriado.

Con tanta o más ferocidad de la que los peronistas habían puesto en perseguir políticamente a los contreras, como se los denominaba, preferiblemente comunistas, como fue el caso de Atahualpa Yupanqui, a quien en el Departamento Central de Policía le destrozaron la mano derecha, poniéndosela debajo de una máquina de escribir y saltándole arriba, obligándolo luego a exiliarse en París, en 1946, o encarcelando periódicamente a Osvaldo Pugliese, el destierro revanchista de Libertad Lamarque o la ida de Niní Marshall por una pavada que dijo por radio y de lo que no encontró manera de arrepentirse y pedir perdón, la persecución fue feroz y alcanzó su punto límite con la masacre de José León Suárez, un aseinato en masivo de militantes de base, y el fusilamiento de los militares Valle y Cogorno, los que se alzaron al poco tiempo con suerte nula.

El Uruguay fue el exilio preferido de un amplio surtido de lo más fósil y reaccionario de la política argentina. Los últimos en llegar triunfantes, vía aérea, fueron los pilotos que alcanzaron a escapar luego de desovar la carga genocida sobre la Plaza de Mayo el 16 de junio de aquel mismo año, una epopeya criminal de la que no se tenía noticia desde que la aviación nazi había hecho una experiencia piloto con una ciudad abierta como Guernica, durante la Guerra Civil Española. Los civiles fueron sacados por agua desde el Tigre a Carmelo o en vuelos directos a Montevideo por la infraestructura para el contrabando a gran escala, institucional, desde Paraguay, de whisky White Horse y cigarrillos Chesterfield, aparte del aparato de juego clandestino, que tenía montado el Cacho Otero, por entonces el capo di tutti capi del Delito Organizado en el país con sucursal en la Asunción que ya había hecho suya para quedarse un largo tiempo el Colorado Stroessner, desde el primer momento un amigo íntimo de Perón y sobre todo del malogrado Juancito Duarte para algunos negociados con carne. La paquetería, buenos apellidos y rancias estirpes exhibidas por los libertadores que segaron de un tajo la ignominia argentina de la Segunda Tiranía, como si después de don Juan Manuel la Argentina hubiera sido el paraíso de la democracia, los derechos humanos, las buenas costumbres y el desarrollo industrial, tuvo también su momento cúlmine cuando en un acto solemne al Cacho le impusieron la Orden al Mérito del Libertador por los patrióticos servicios prestados.

Lo peorcito había reemplazado a lo bastante malo y el país emprendía definitivamente, por propia voluntad, la fatalidad de su destino.

En el atardecer del 16 de junio, desde el dichoso balcón, Perón había anunciado que los últimos aviones habían pasado huyendo y que sólo los cobardes huyen. El no huyó; se exilió en una cañonera paraguaya que estaba en reparaciones en el Riachuelo. Con la primer escala técnica en una de las más sangrientas y retrógradas dictaduras que supo padecer la vapuleada Latinoamérica, comenzaría un periplo que tuvo su segunda escala en la Caracas de Pérez Jiménez, a la que derrocó la masonería centroamericana encabezada por el costarricense Figueres, después hizo un breve alto en Panamá, no precisamente bendecido por un gobierno progresista, donde conoció a una riojana espiritista, ex bailaora flamenca, que sería su tercera esposa, y encontraría merecido solaz en un Santo Domingo regenteado por la que aparece con el récord inigualable de haber sido la peor tiranía del sur del Río Bravo, el paradigma del despotismo y la bestialidad, mal que les pese tanto a los nazis como a los que se pasan recordando sus proezas, como fue el régimen de Rafael Leonidas Trujillo, secundado por un muy eficaz coronel croata, que no tardaría en hacerse muy amigo de la pareja argentina, el coronel Boganovich, quien al mando de una flota de los famosos escarabajitos de la Volkswagen había inaugurado en el continente lo que dos décadas después se implantaría a gran escala en la argentina: la chupada, desaparición y asesinato de los adversarios políticos.

Por último, para evitarle más compromisos a los pobres barbudos de la Revolución Cubana, habría supuestamente rechazado una amable invitación a alojarse en la isla, proveniente de los comandantes Fidel Castro y Ernesto Guevara, siempre al tenor de los entusiastas soñadores y seguidores de John William Cooke, y se acomodó para una larga estadía en las afueras de Madrid, en el barrio Puerta de Hierro, en una residencia especialmente construída con los fastos necesarios y a la que bautizó 17 de Octubre para conmemorar la pueblada que lo puso en la primera línea de la política argentina en 1945. Aparte de su esposa, con el nom de guerre religioso de Isabel, lo acompañaban dos delicisosos caniches, uno blanco y otro negro. Un elenco estable muy singular, matizado por constantes visitas no menos singulares, pronto se vería completado por el ex cabo de la Policía Federal José López Rega, también conocido con los alias de El Brujo o el Hermano Daniel, a cargo de toda la parte exótico, cultos esotéricos, magia negra y contactos con el Más Allá cuando todavía no había ni visos de Internet o naves Discovery., teórico de la existencia de las Tres A que formaban para designios superiores Asia, Africa y América, en este último terreno la Argentina con un triángulo propio interior, la antigua civilización de la Atlántida enterrada y el Ser Celeste y Blanco, obviamente superior en todo lo que a racial significa, pronto a aparecer.

El generalísimo nunca ni siquiera lo invitó a tomar un café, no fuera el mundo a creer que tenían algo que ver con los caniches, el bombo y todos los demás. Una cosa es ser gallego y otro caer en ese tipo de sotilezas.

Las fantochadas de la que pasó a llamarse la Libertadura, por las democráticas y humanitarias prácticas aplicadas, particularmente contra los sectores más débiles y más empobrecidos de la población, que habían resultado los más favorecidos por la redistribución del ingreso de cerca de un 20% del PBI llevado a cabo por el primer peronismo, y un atisbo de participación social y política a través de un CGT con un cúpula digitada de manera corporativa desde siempre, tuvo una gran puesta en escena en la restauración de la Constitución de 1853, en reemplazo de las reformas peronistas del 49, y la prohibición total, sobre todo a nivel oficial de utilizar las palabras Perón, Evita, peronismo y cualquier derivado. Las nomenclaturas oficiales, rituales, religiosas, típica de sectas de primates, fueron Segunda Tiranía y el Tirano Depuesto.

El antiquísimo dicho de que peor el remedio que la enfermedad pasó a ser un habitante más con ciudadanía propia.

A los tres años, por el compromiso asumido antes la metrópolis de volver a gobiernos elegidos por las urnas, sale elegido Arturo Frondizi al frente de escisión de la vieja Unión Cívica de Leandro N. Alem y con el apoyo de Perón, según un pacto secreto celebrado en Caracas. Frondizi efectivamente le puso fuerza de ley a la amnistía más amplia que conozca la Argentina, de las muchas de todo calibre que ha tenido, pagó con la omisipon pero su incurable camaleonismo y el caos en los sectores dominantes hicieron entrar al país en una serie de intentos de golpes, chirinadas, zapateos, cuartelazos y demás que culminaron con su expulsión, la entronización de la triste figura del rionegrino José María Guido para cumplir un interinato y la asunción del radical Arturo Illia, con una esmirriada cantidad de votos merced a la proscripción peronista que se expresó de manera abrumadora con el voto en blanco.

En 1966 la división aparente entre azules y colorados terminó con el violetismo de Onganía, el ascenso de los cursillistas al poder y segundo intentó fachistón desde Uriburu. El final de la autodenominada Revolución Argentina serían dos formidables Cordobazos,merced al resurgimiento del espíritu de La Docta, el comienzo del país peruano, al decir de José Ingenieros, el surgimiento de la guerrilla y el por fin tan anunciado como temido regreso del General, en medio de una masacre.

Hoy se cumplen cincuenta años que a un desatino nunca definido en torno a un turbio caudillo del más rancio populismo conservador apoyado masivamente por los trabajadores, sobre todo en un primer momento el proletariado campesino convertido en urbano por algunos atisbos de desarrollo industrial que nunca se concretaron, se pretendió desplazarlo con la nulidad espiritual e ideológica que llevan todos los anti. De ahí en más, peronismo y gorilismo demostrarían que sólo tienen en común disputarse como perros el botín porque son el anverso y el reverso de una misma moneda, la reedición ya totalmente caduca de la falsa antinomia entre unitarios y federales que terminó en un simulacro de organización constitucional federal en un país cada vez más unitario y caminando por el filo de la cornisa de la disolución. [AR]

13.9.05

SALVADOR DE AMERICA, SIEMPRE TE RECORDAREMOS

RICARDO LAGOS ES COMO IGLESIA ABANDONADA


Mientras todo parece indicar que la socialista Michelle Bachelet, la actual ministra de Defensa, hija de un jefe aeronáutico torturado y asesinado por su profesionalismo y lealtad al gobierno constitucional de Salvador Allende, en diciembre será la próxima presidenta de Chile por elecciones libres y la primera mujer de esa ideología en el continente que asuma tal alto honor, su presunto camarada en el cargo, Ricardo Lagos, con motivo de cumplirse el 32° aniversario del derrocamiento del primer presidente socialista de América, que murió con las botas puestas, peleando, mientras demolían el Palacio de la Moneda con los misiles de los Mirages, hizo un llamamiento a la población a superar aquel «momento gris y amargo», como lo definiera el propio Allende al intentar dar un mensaje de despedida y anunciar que no renunciaría y que iba a pagar con su vida la lealtad de un pueblo.

Capaz, pero excesivamente ambicioso de poder, luchador inconcidiconal contra la dictadura, enfrentó con firmeza y virilidad al Chacal, pero Lagos cayó en un aggionarmento más parecido a que la bandera roja de su partido la hubiera metido en lavandina. Mientras pretendía olvido y pacifismo, los carabineros bajo sus órdenes, como sucede todos inexorablemente todos los años, con o sin dictadura, cientos de estudiantes y jóvenes trabajadores salieron a la calle a recordar al compañero presidente caído en la causa por la justicia social y fueron salvajemente reprimidos y una docena de ella encarcelados. Mientras tanto, en el Barrio Alto una considerable cantidad de generales iba a presentar sus saludos a un Pinochet en libertad con la argucia que está chiflado de senil y no purgar con cárcel las miles de muertes y encima los robos cometidos. Hace poco, su mujer, Lucía Iriart, fue a parar en chirona por las fiducias que la banda familiar había pasado de los dinerillos públicos a sus haberes personales.

La casi ya segura presidenta de Chile, junto con su madre, también estuvo detenido y fue torturada en medio del sistemático segamiento que llevaron a cabo tanto en Chile como Argentina y Uruguay. Luego, también se tuvo que ir al exilio. Desde el retorno a la institucionalidad, primero con los gobiernos de los democristianos Alwyn y Frei, los gobiernos de la Concertación Democrática viene administrando con eficacia el monetarismo que ha sumergido en la exclusión al 35% de la población chilena actual, implantado un aberrante sistema de jubilación privado y mejor ni hablar de los cientos de miles de chilenos que no pudieron regresar jamás luego de casi dos décadas de dictadura, como tratar de no ahondar demasiado de dónde provienen los miles de millones de dólares que exportan para inversiones extranjeras los novísimos burgueses chilenos.

El doctor Lagos, por los siglos de los siglos a la sombra de su camarada Salvador Allende, no pretende tanto dejar loablemente de lado el episodio «gris y amargo» sino borrar a la memoria como facultad humana. Ya lo dijo otro socialista, a principios del siglo XX, el primer diputado de América de ideología, el doctor Alfredo Palacios: «Los incendiarios de hoy serán los bomberos del mañana.»

A Ricardo Lagos se lo debe agregar, alfabéticamente, al larguísimo listado de defecciones, bajada de pantalones, tradiciones y achaplinadas, como le llaman los chilenos a estos enervantes ejemplos de líderes políticos que no están a la altura de sostener con el pecho las pavadas que dicen con la lengua.

El ojo por ojo y diente por diente pertenece a la barbarie. No olvidar y perpetua la memoria es otra cosa, ex socialista Lagos.

12.9.05

A ITAKAZO LIMPIO



OTRO PASITO MAS

El domingo, en Mendoza, el partido por la ligal local entre San Martín y Godoy Cruz por el Nacional B no terminó. Por repetidas y estúpidas razones, el Operativo Especial comenzó a reprimir con dureza a la barra de San Martín y sus jugadores intervinieron para que terminar el fuego granado de gases e itakazos con balines de plástico de alto impacto. En medio de ese forcejeo, empujón va, puteada viene, el defensor Carlos Azcurra fue alcanzado desde menos medio metro por una perdigonada tirada casi a quemarropa por el cabo Marcial Maldonado, de 42, casados, dos hijos e igual cantidad de décadas en el cuerpo. Los 13 proyectiles le interesaron el pulmón y el hígado, más otras zonas blandas del hemitórax derecho. La operación de urgencia duró cuatro horas y su estado es delicado. Hubo que practicarle la ablación del lóbulo inferior del pulmón afectado y Azcurra no podrá volver a jugar en el fútbol de alta competitividad.

No es la primera vez que sucede un hecho así. La anterior había sucedido en octubre de 1994, donde en Salta, el arquero de Central Norte recibió una andana de varias docenas de los balines de goma, pero en las piernas y a distancia. Pero sí la primera en que un jugador profesional es bajado de un itakazo. Porque en lo que hace a espectadores comunes, desde que a Mario Linker lo bajaron de un granadazo en la cancha de Velez, el 19 de octubre de 1958, inaugurando la nueva era de muertes en la cancha, las policías de todas las provincias no han estimado munición.

Como si fuera poco, desde el gobernador y pasando por lo insoportables moralistas con su insoportable moralina de clase media, se han entrado a hacer buches sobre lo irracional, lo incomprensible, no puede ser que pasen cosas así. Seis efectivos fueron pasados a retiro: cuatro de los que estaba en el epicentro de los franeleos, entre los cuales estaba el que disparó, y los dos jefes del operativo. Poco estuvieron detenidos los afectados, que recuperaron la libertad y serán sumariados internamente. El principal acusado quedó detenido bajo la figura de homicidio en grado de tentativa.

La cuestión de fondo sigue sin tocarse y lo va a seguir por lo siglos de los siglos: qué tiene que hacer una fuerza de seguridad estatal, con armamento de guerra, en medio de instalaciones civiles que son el negocio vil de un puñado de corruptos y políticos de cuarta línea. Cuando en materia de privatazaciones lo único que falta es llamar a licitación para enyesar a la Quebrada de Humahuaca, los negocios de Fútbol Espectáculo SA, dependiente del Ministerio de la Pelota que regentea el capo di tutti capi Julio Humberto I° de Sarandí, a nadie, casualmente a nadie se le ocurre, que si tienen plata para pagarle a las barras bravas y a los servicios adicionales de la policía, que sea el negocio mismo el que corra con los gastos de un cuerpo seguridad privado y después con los daños y perjuicios, más las consecuencias penales, de este tipo de hechos.

Como ha ocurrido en caso de espectadores particulares, ahora el jugador y sus letrados va a cargar contra el Estado mendocino por el correspondiente resarcimiento, un derecho inalienable, y resulta que hasta los cóndores que estaban escuchando el partido arriba del Cristo Redendor, en la cordillera, va a tener que cargar con los costos de las cagadas sistemáticas y organizadas de un grupo ínfimo

Hace mucho que el fútbol argentino es lo suficientemente grandecito como para que corra con los gastos de todos los zafarranchos que produce, del mismo modo que se deleita disfrutando glorias, títulos y goles. Alguna vez un ex juez y ex catedrático de derecho penal, públicamente, dijo que los clubes eran sociedades anónimas que encubrían el accionar de las asociaciones ilícitas que son las barras bravas. Fue lo mismo que parar una sudestada con un lampazo. Y un estado paternalista, inepto, deficitario, corrupto hasta el tuétano, encima carga con los costos políticos de tratar que los chicos se porten mal y no pasan muchos fines de semana que se les cae un adolescente del trasnporte lo llevan detenido y se muere, balean un jugador, como ahora, le destrozan la cabeza a chicos y adolescentes, como han hecho y siguen haciendo, cagan a palos indiscriminadamente a la gente, ahora le dan a la sinhueso, hablan de sanciones ejemplares, aseguran que nunca más y es lo único cierto.

Nunca más hasta el próximo muerto, herido grave o reventado a golpes. También hace dos décadas, un comisario que sabe un vagón de violencia metropolitana, barrras bravas y fútbol, con respecto a meter en estados colmados efectivos con armamente de guerra, sentenció: «Todos los fines se semana caminamos por el filo de la cornisa de la tragedia.» Argentina es un país tan magnífico que se da el lujo de tener al pedo gente pensante y que podría ser socialmente útil. A los otros, ex represores o ex guerrilleros, no: esos están en el gobierno de turno.

Los plumíferos especializados exprimieron sesos y lágrimas para despotricar contra el injusto destino, la bestialidad criminal del detenido, que es un caso aislado en la fuerza policial, del mismo modo que la endémica e institucinoal violencia del fútbol argentino es producto de una cantidad mínima de elementos ajenos a la pureza del viril deporte, delincuente disfrazados de hinchas, pero ni un byte sobre la presunta inevitabilidad de entrar con armamento de guerra conde hay civiles desarmados. [AR]

8.9.05

«¡MUSICA, MAESTRO!»




PARA TOCARLO, ENTRE VARIOS Y A LOS 66 AÑOS


Anoche, en su casa de Las Heras, departamento de su Mendoza natal, murió Nicolino Locche, (a) El Intocable, genio, figura del boxeo mundial como arte de no dejarse pegar y castigar a un rival. Logró el campeonato mundial de su categoría ante el oriental Paul Fuji, a fines de 1968, a quien dejó le mormosa y tumefacta toda la parte izquierda de la cara en base a no dejarse tocar y por encima de esa mano meterle una mezcla rara de cross, dando un saltito, un zarpazo de gatito, que le quebraron la moral y no lo dejaron salir a pelear más en el noveno round. Los nipos pidieron que en nombre de las milenarias tradiciones se hiciera el hara kiri. Nico lo festejó con Coca Cola, a la que era adicto, y cigarrillos, a los que era más adictos todavía y le terminaron decretando el final.

Al año siguiente, el sábado 3 de mayo de 1969, defendió por primera vez el título en el Luna Park frente al venezolano Carlos Morocho Hernández, que le llevaba por lo menos una cabeza, flaco como un mimbre y un derecha como patada de burro. Fue el día que se metió más gente. Se acusaron oficialmente 12,5 mil entradas vendidas más todos los colados y entradas de favor. La pelea comenzaba a la medianoche y este cronista, en la popular, justo en la esquina de Lavalle y Bouchard, desde las 7 de la tarde no se podía ni sacar cigarrillos de los bolsillos interiores. Hasta que comenzó el primer encuentro preliminar hubo que entrenerse haciendo girar a manotazos condones marca Velo Rosado, inflados, que eran impulsados entre vítores y gritos de todo calibre.

La subida de Nico fue apoteósica, con bata celeste y blanca. Las ceremonias previas y al estar todo listo, el apagado de las luces del estadio, sólo las del ring, retirada de banquitos, gong, el juez que hace la seña para que comience el combate y todos los cementerios confluyeron para aquel silencio sepulcral, cuando una voz lo quebró para siempre y así sellar un momento histórico:

-¡Música, maestro! -gritó uno de algún lado, el Luna estalló en la carcajada y hasta el propio Nico se rio.

Estaba terminando el segundo round, el venezolano lo venía arriando a piña limpia, mejor dicho: venía espantando todos las moscas y mosquitos de los alrededores, cuando justo casi al llegar al rincón mencionado, metió por abajo de la izquierda levantada del Intocable un mandoble tan impresionante de derecha, vaya uno a saber si cross corto o upper cut abortado, el caso fue que le dio justo en la punta de la mandíbula izquierda y lo sentó de culo.

Ahí sí que fue grande el silencio. Nico escupió el protector, se fue parando despacio, la protección llegó hasta ocho y levantó apenas los brazos. Morocho Hernández se le fue al humo como un toro y le tiró hasta con la toalla. Nunca se escuchó con tanta felicidad el gong. Paco Bermúdez vino a buscarlo con un balde agua para hacerlo reaccionar. No podía ni caminar. Lo llevaron al banquito de los sobacos.

Salió al tercero y siguió el vendaval. La fiesta comenzó poco después y cuando en el duodécimo el caribeño lo volvió a arrinconar, esta vez con Nico sentado en la segunda cuerda, cosa que le encantaba, del rincón de Corrientes y Madero, el otro le debe haber tirado no menos de cincuenta piñas desde menos de medio metro. No le pegó ni en los brazos. Fue tan grande la desazón que bajó los suyos, quedó totalmente expuesto frente a un Intocable que le sonreía y lo invitaba a seguir probando, pero no lo golpeó, aprovechándose, y con la cabeza y los hombros gachos el otro se volvió para el centro del ring, totalmente quebrado, vencido.

El juez lo instó a que levantara la guardia y diera combate porque si no le contaba. Fue al cuete. Ya no era un hombre. Era un pobre pelele que no había recibido ni una cachetada y no podía con su alma. Las cuatro tribunas bramaban:

-¡Ooolé! ¡Ooolé! ¡Ooolé!

Ese genio murió ayer. Empedernido fumador, tomador de Coca Cola y wisky, reacio al gimnasio y proclive a cuanto prostíbulo se le cruzara, así fuera necesario cruzar la cordillera por el camino de San Martín y seguir la joda en Santiago de Chile, toda esa indisciplina atlética pudieron lo que no pudieron los rivales. Perdió el título en 1972, en Panamá, con un oscuro e ignoto rival que peleó contra un fantasma del Intocable y no tuvo inconvenientes en derrotarlo de una manera casi vergonzosa.

Diez años después, desde el flamante gobierno de Alfonsín le tiraban la soga de un inventado puesto oficial de asesor boxístico de la SIDE (sic) porque su estado era ruinoso. De salud y monetario. Había quedado atrás cuando Paco Bermúdez, maestro de maestro y hacedor de campeones mundiales siempre dentro de la escuela del español Ignacio Ara, bien parados, izquierda en punta, la mano derecha alta, cubriendo la cara, apelaba a todas las radios del país y pedía «por favor, Nicolino, volvé al gimnasio, te tenés que entrenar algo, la pelea es el sábado, te lo pido como un padre, como un amigo». Andaba de putas, enfiestado, vaya a saberse en qué provincia o qué país.

Ayer murió a los 66 años quien había alcanzado la cima a los 29, subido a un ring como amateur y profesional un total de 137 veces al ring a no dejarse pegar y solamente en 14 le pudieron dar algo y las perdió. La pelea con Fuji, en diciembre de 1968, la tendrían que pasar en las escuelas para mostrar que las dotes y la inteligencia sirven de sobra para triunfar sobre la fuerza bruta. Que del deporte donde hacen pucherito las buenas conciencias pequeño burguesas el gran Nico hizo un arte depurado, un Julio Bocca con guantes, a pesar de su físico retacón, con menos cintura que una talquera, cabezón, cara de rasgos gruesos, la nariz aparatosamente achatada y los arcos superciliares, por lo débiles y de tantas cortaduras y costuras, prominentes como un primate.

A la hora de la despedida, Nico, los que todavía vivimos y tuvimos el inmenso privilegio de ser testigos presenciales, como en aquellos primeros minutos del domingo 4 de mayo de 1969, en tu homenaje un solo grito:

-¡Música, maestro! [AR]

3.9.05

MAS OFRENDAS PARA LA CACICA QUILMEÑA

 
 
 
A Isabel Pallamay la siguen rescatando del olvido

Según informa una gacetilla recibida por El Tío, en la mañana del miércoles 14 de septiembre a las 11hs le llevaremos una flor roja a la cacica quilmes Isabel Pallamay (1680?/1718), para prenderla en las rejas de la catedral local, así "unirán mi memoria y la memoria de mi nación a sus corazones", como propuso Isabel desde su monólogo creado por el profundo poeta Carlos Patiño y publicado en la revista Los Indios Kilmes en su nùmero 26 de diciembre del 2001.
 
El homenaje a Pallamay fue llevado adelante por vez primera el 14 de agosto de 2003 por las maestras de la escuela pública N° 20 de Bernal, Ana Marìa Franceschini, Stella Maris Donati y Haydeè Domínguez, las que aquel dìa juntaron sus manos con las de medio centenar de sus alumnos en forma de ofrenda, de ceremonia, de conmemoraciòn, señalando con ello el sentido y el espíritu del homenaje.
 
A esta nueva reivindicación invitan MAIZALES (Asociaciòn Civil), Pacha Huagua (Grupo de Arte) y TRIBU ARGENTINA (Asociación Civil). 4-251-8935 es el telèfono de la escuela 20 ubicada en Zapiola y Luis Marìa Campos.
 
El Tío se adhiere con todo al homenaje y le solicita a sus visitantes que hagan otro tanto.
 
 

1.9.05

PARA, VIEJA: EL TIO SOL, NO

TO BE CHOLULO OR NOR TO BE ARGIES


La señora Mirtha Legrand viuda de Tinayre, de dilatadísima trayectoria en la vida pública nacional, el último lunes fue la Gran Invitada Gran a La Noche del Diez, que conduce Diego Armando Maradona con inusitadas e inéditas virtudes histriónicas, y una vez sentados ante simbólicos platos de ñoquis al fileto, para emular los célebres almuerzos donde fueron halagadas tantas figuras y tantas no figuras, la divísima se despachó con un «Diego, sos el orgullo de todos los argentinos.»

El Tío Sol no tiene capacidad ni para hablar en nombre de la familia. Pero, por favor, señora, no lo meta en esa bolsa. Hasta manejar como los dioses la pelota con la zurda llegamos, pero considerarlo un Dios, aguantarle y perdonarle todo, más lo nefasto de su papel duplex en el imaginario colectivo, con el papel que cumple el juego y sus alcances en la formación de cultura, no.

Hasta los tatuajes nos dan en el quinto forro. La anuencia del primer ministro y comandante Fidel Castro nos importa un rábano. Los héroes no están vacunados contra la vejez, la chotez y la debilidad. Una sociedad en serio no puede tener semejantes orgullos. Ahora, si consideramos que idolatró a Gatica y a Monzón, bueno, hasta se diría que estamos mejorando y aprendiendo un poquito.

Pero ocurre que tampoco El Mono, menos que menos en la versión del versátil Leonardo Favio, ni Carlitos, son modelo, orgullo y menos que menos puede ser motivo que un homicida tenga dos estatuas por más veces que haya defendido un título mundial con coraje y a piña limpia.

El Tío está seguro que no está solo. Como también que Argentina padece de una gran cantidad de cagones que no abren la boca por miedo hasta perder el puestito en la plaza de un banco. Así que por lo menos bajen de ese marketineo a uno.

Con uno alcanza y sobra para que estas idolatrías y endiosamientos de cartón sean nada más que eso. De cartón. Jugadores de fútbol extraordinarios la Argentina ha dado, da y dará a montones. Cuando más se hable de modelos humanos como Maradona más se muestra la hilacha de lo faltos que estamos a modelos en serio, que nivelamos para abajo y que nos estamos yendo realmente a la mismísima, si es que hace ya rato que no hicimos el cambio de domicilio. [AR]

MARIDONITIS

LA ARGENTINA MILAGROSA ES CIENTIFICA

Los 40 puntos de raiting logrados el lunes 29 de agosto pasado por La Noche del 10, que conduce Diego Armando Maradona y que contó en su segunda salida al aire con la presencia de Susana Giménez, a préstamo un ratito por Telefé, lo ha hecho suspirar de tranquilidad a Adrián Suar, (a) El Chueco, el nuevo Zar de la Tevé Nacional, un auscultador real del imaginario colecivo, un empedernido cultor de los más explosivos violentismos, piromanías y darse con lo que sea para romperse unos a otros, como cristianamente corresponde, recuperar posiciones al Canal 13 y al argentino medio que los chanchos vuelan y que ya todo es posible, otra vez no hay nada ni nadie que sea capaz de detenernos ante un inminente futuro de grandeza.

Falta todavía arreglar entuertos menores, como que Claudia Villafañe, la novia y esposa desde los 15 años, no le pasa pelota y él tiene que vivir en la casita de los viejos, como el tango, pero haber bajado 47 kilos, recuperar su verborragia y capacidad de repentización, tanto en la zurda maravillosa como casi una ídem intelectual, darse el lujo de cantar solo e imitar a Mercedes Sosa con más felicidad que muchos imitadores profesionales, tiene al país medio en ascuas.

La metida de pata, derecha, por supuesto, cosa de que no algunas no se olvidan y la cabra al monte tira, como mandarse un espiche en torno a que sus dos únicas hijas y amores son la consecuencia de su relación con la Villafañe, y que hay ciertas decisiones de jueces (italianos, aunque no los nombró) que tiene que acatar, pero que no lo hacen aceptar ni reconocer, en clara alusión al hijo natural de su unión ocasional con la napolitana Cristina Sinagra, levantaron polvareda.

Y parece que demandas. Entre otras, por parte del mismo afectado.

El refalón vino a consecuencia de una traición del inconciente, al que no hay manera de detener, como cuando como parte del show, lagrimeó con un sobrinito que está en Miami y entró a hacerle monigotadas a su debilidad vía satélite porque ahora las bobadas, flaquezas, debilidades, chocheras prematuras y demás se han globalizado y son públicas. Al cortarse las imágenes anunciadas como sorpresa total por su coequiper, el ex golero Sergio Goycochea, hace rato reciclado como animador y varias cosas más en la tele, El Diez no puso el pie adecuado y quiso disculparse de las lágrimas que lo habían traicionado argumentando que se trataba de la flaqueza ante el hijo varón que no había podido tener.

¡Guau! La eterna conciencia y buenos modales característicos del argentino medio, que tiene como voceros a la mayoría de los cagatintas y pone trucha de la tevé, se le fueron a la yugular en nombre de los Sentimientos, la Paternidad, los Derechos del Niño y las entorsis, esguinces y otros traumas, todos con mayúscula, que pueden sufrir estas psiquis todavía debiluchas, medias enclenque. De todos los que no comen y el garito que quiso poner en Puerto Stroessner, incluso con putas, ya nadie se acuerda. Es otra etapa. Todo eso no existe. Ya fue. Y encima a partir del próximo lunes van a empezar a regalar un 0 km nuevito, nuevito, y hay entretenimientos donde las chicas patean pelotas y le erran, Maradona y famosos juegan al fútbol/tenis y hay reportajes en tiempo real, vía satélite, por ejemplo con Antonio Banderas en su casa de Marbella.

A cuánto el minuto y que ni un dólar queda en la Argentina, ni mu.

La recuperación de Diego Armando Maradona, en algún momento no muy lejano, es estado realmente lamentable y más cerca de la tumba que de su Villa Fiorito natal, es considerada milagrosa, producto del amor, sobre todo de las nenas y de Claudia aunque por ahora no le dé bola y tanto la Su como Mirtha Legrand le estén haciendo gancho como loco, celestineando a más no poder, y listo.

Los argentinos creemos en los milagros. Más: constantamos que son ciertos. Lo que tal vez todavía no nos dimos cuenta es que nosotros mismos, en sí, somos un milagro. Y que existimos. Lástima el imperialismo y los gobiernos, ¿no?