Fue lo que dijo El Tío, la noche del 12 de marzo de 1973, desde el balcón de la vieja casona de Oro y Santa Fe, festejando el triunfo electoral después de casi dos décadas de proscripción. Por las dudas, seguramente para evitar confusiones y ambigëdades, a los pocos meses el mismísimo Perón le sacaba la tarjeta roja al dentista de San Andrés de Giles y de cuño conservador como también al séquito igualmente fiel de la Juventud Maravillosa. Ayer, en medio de una Argentina convulsa, dicen que crispada, con nuevos iluminados que se mecen entre la tipología de los López Rega o quizá mejor los Montesinos, con un verticalismo que ya hubieran querido los milicos y que remite sin más a un feudalismo suburbano, con popes sindicales que van desde su cercanía a las Tres A a su pertenencia al 601 de Inteligencia que funcionaba en Viamonte y Callao, desde donde arrojaban ácido, pintura y otras lindezas a las marchas que osababan pasar bajo sus ventanas selladas por blindadas planchas metálicas pintadas verde Ejército y también verde Falcon, la ronda rutinaria de los jueves en la Plaza de Mayo tuvo una alteración tan inédita como insoportable. Cuesta creerla. Pero el reinado de la imagen, en esta sociedad, es tiranía y la mujer que supo ser emblema de lucha, intransigencia y muchos otros valores derrapó de muy mala manera. También ya irreversible porque su última etapa es de tumbo en tumbo, empezando por convertir a la fracción que capitanea de una organización con clarísimos y más que nobles objetivos en una corriente interna más del peronismo invertebrado. La crisis final de esta etapa postrera viene desde mayo, pero empezó en 1993, cuando vaya a saberse por qué extraño fenómeno de deslumbramiento compró solita su alma lo que sería un buzón con cartero y todo y la primer resquebrajadura seria apareció a fines del 2002, cuando llevó a docentes de la Universidad Popular de las Madres a ver la magnificencia del edificio de 11 pisos y 4 subsuelos, en Defensa y Belgrano, que iba a ser la nueva sede. Era un viejo hotel que necesitaba cantidad de reciclados pero daba para universidades varias, sauna, aerobismo, jazzgymm salas de computación, timba electrónica y muchas cosas más. Algunos de los presentes en aquel extraño, insólito acto, recuerdan que fue tan extraño como vago el filántropo argentino que había hecho la donación, según el relato de la mujer que empezaba a dejar de ser intocable pero más todavía cuando aseguró que Sergio se iba a encargar de conseguir el dinero para las refacciones.
Para no pocos, más de medio centenar, si se quiere ser un más exacto, fue la gota que rebalsó el vaso. Cuando en el siguiente curso lectivo, marzo del 2003, pasó la circular con la orden que todos los programas y bibliografías debían ser presentados al doctor Sergio Mauricio Schoklender el portazo fue encabezado por el poeta y psiquíatra Vicente Zito Lema, con una pesada currícula de experiencias en materia cultural en el Hospital Borda, hasta entonces formal y académicamente a cargo de la institución, autor de Mater, un muy divulgados oratorio sobre el tema, más que nada fuera del país, que interpretó la actriz Zulema Katz, y atrás se agruparon casi un centenar de desertores de algo que ya echaba más que mal olor. Antes, buena parte de ellos habían tenido una reunión en un café y no faltó quien arrojara la palabra lavado como quien pide un cortado, pero nadie ordenó nada, ni un vaso de agua. Otro dijo herencia y lo ubicó en el mismo rubro. El caso es que se fueron unos cuantos, cantando bajito y con el alma estremecida. Frente a este cronista no faltó el que se sincerara y hablara del clima enrarecido en que habían sobrevivido, con un tipo totalmente vestido de negro, paseándose por los pasillos en horas de clase y deteniéndose a escuchar lo que se decía en las aulas. "Dejame de joder", se desequilibraron, "ya tuvimos bastante en la UBA de los 60 cuando Onganía nos metió la cana hasta en los baños." De aquí es donde alguien delizó un mote que no se lo han quitado, más cuando su abogado en esta última etapa, candidato de Ricardo López Murphy en las últimas elecciones en la ciudad, tiene la misma tendencia en el color de su vestimenta: El Monje Negro.
El ingreso y encantamiento deslumbrante por alguien que había estado preso por parricida, purgado la pena y recibido de abogado por gestar una sucursal de la UBA en Devoto, fue instintivamente rechazado por no pocos intelectuales a los que se creía a salvo, vacunados ante ciertos prejuicios. Desde un primer momento. Como si se tratara de un aparición diabólica. Tampoco pudieron o supieron explicar al instintivo rechazo de piel y lo tomaron, en un primer momento, como el colmo del muchas veces excesivo e insoportable autoritarismo de quien para la imagen pública era el paradigma mismo de las madres y los derechos humanos. Quienes lo tuvieron de alumno en la cárcel supieron dar un muy refinado retrato del personaje en cuestión y lo había llevado al Rojas para integrar un panel sobre nada menos que Michel Foucalt.
Este estallido que por ahora parece el final se produjo en las vísperas de la fecha patria del 25 de mayo. Los pretextos que se hicieron públicos siguen siendo pueriles. Que primero empezaban en el parricida redimido, después se la emprendía con la mujer platense santificada, inmunizada ante cualquier crítica, para terminar en la Tía Cristina y su papel revolucionario y fundacional de la Argentina IIª ya ha sido demasiado socorrido. Los alcances y envergaduras del proyecto Sueños Compartidos, impecable en su concepción y más que revolucionario en una concreción sin corrupciones ni retornos, mordidas o vericuetos de ninguna especie no alcanza a tapar nunca lo inconcebible de una anciana que ayer increpó a un obrero sin trabajo y sin dinero, de la que es patrona, le guste o no le guste, tirando la sospecha que puede estar siendo soldadito de algún generalito perdido o que quién le pagaba, dejando al aire una mentalidad policíaca, cuando el conflicto de fondo es todo lo que ella no ha pagado y quién sabe si hará, haciendo oídos sordos compró el paquete de un jovencito con relaciones de amiguitos de Norma Kennedy al final de los 70, después fue mano derecha de su padre en cepillar pobres diablos víctima de la implacable bicicleta financiera montada en la Pittsburg y ni siquiera se tomó el trabajo de averiguar algo que sigue estando a la luz del sol: la campaña de prensa para convertirlo de homicida en víctima del tráfico de armas estuvo a cargo de una editorial comprada por la Logia P2, los autores del pretendido libro donde probaba su inocencia eran rezagados del proyecto político del Negro Massera y por su asesoría legal posterior a la liquidación a fierrazos de la putrefacción familiar intolerable había pasado un neonazi y un estafador cordobés común que purgó solamente 8 meses de cárcel gracias a que su mamita es de la oligarquía de La Docta y estaba apañada por el obispo Primatesta. Un bagayo demasiado pesado. Ahora lo perpetrado en Tartagal como tiro de gracia del último aluvión y el Chaco colma muchas medidas. Las giras revolucionarias para ser recibidos, madre e hijo putativo, por el subcomandante Marcos, por la jerarquía luchadora de Los Sin Tierra brasileños y los abrazos con el alicaído comandante bolivariano Hugo Chávez no alcanzan para esconder la más vulgar explotación capitalista, la indiferencia ante los más débiles a quien se les pretende hacer pagar lo que su soberbia le impidió distinguir cuando se trataba de un elefante con cascabeles, llevando a escudarse en la Industria de la Muerte que le llevó dos hijos o lo avanzado de la edad como otra torpe excusa y hablar en plural cuando las otras ancianas le hacen de comparsa y siempre para mantener la tiranía de la imagen, disfrazar de colectivismo lo que es una autocracia hecha y derecha. La compulsión de jornadas laborales de 11 horas y la coacción a abandonar picos, palas y cucharas para hacer de claque en actos oficialistas, a pesar de la informaci{on tendenciosa en lo contrario, ni siquiera tenían la retribución misérrimas del chori y la coca berreta en botellas de dos litros. La libertad para no acatar y quedarse cumpliendo las obligaciones contraídas eran absolutas. Las amenazas y los despidos coronaban el libre albedrío. La mita y el yaconazgo son dos rémoras que no están tan distantes como se quiere creer.
No, Hebe. Ya está. Los que tienen cierta edad en este país, aunque no tanto como la suya ni el tremendo dolor de la mutilación de los hijos desaparecidos, cuentan con la triste y reiterada experiencia periódica de tener que dar de baja a figuras señeras por defecciones varias. Para darle algún comienzo ilustre se podría empezar por Gabriel del Mazo, pope de la Reforma iversitaria, ministro de Frondizi y entregador de la enseñanza laica. Aparte, nadie le va a pedir explicaciones por un último dejo de respeto, porque ni usted misma se las puede dar y están tan a la vista que el que no las ve es porque no quiere. Además del espacio y la escasa paciencia de estos tiempos, no se cita por buen gusto los amorosos ditirambos que usted le escribió como prólogo a los libros financiados no se sabe quién de su hijo putativo y que confirman el narcisimo de un Napoleón, que como ya fue dicho, él solito se encarga de montarse sus Waterloos, aunque no para uso oficial y exclusivo, porque arrastra a legiones de incautos y otros especímenes. Además, nadie jamás le podrá negar que estuvo prácticamente desde la primera hora en las Madres de Plaza de Mayo, pero también que junto al subcomandante Marcos y a los Kirchner, más Sergio Schoklender, como hijos putativos, fue la fundadora de la fracción Las Cristinas.
LOS DIFERENTES AMBITOS PARA HABLAR LAS COSAS COMO SE DEBE
MANSION, NO, QUERIDO: APENAS UN PISITO AL LADO DE LA FUNDACION
SIEMPRE HABRA UN JOSE IGNACIO PARA TENERLE EL
PARAGUAS AL QUE RONCA