6.10.11

SE CAYO LA MITAD DE LA MANZANA



Ayer, en su California natal, falleció Steven Paul Jobs, de 56 años, uno de los pilares de la Revolución Informática que se iniciara en San Francisco, en 1975. En agosto de este año ya había dejado entender que su fin estaba próximo y se había retirado parcialmente. El cáncer de páncreas lo tenía a mal traer en los últimos cuatro años y había sobrevivido exitosamente a un trasplante de hígado en el 2009. El estado físico deplorable que mostraba en la última foto que le publicaron desató una ola de indignación. Steve Jobs, como le decían, no se merecía algo así. Con él, como si fuera poco, desaparece la persona, el nombre personal de objetos y procesos, y las marcas quedan totalmente apropiadas del anonimato rasante que rige en el posmodernismo.
Su verdadero nombre era de apellido Jandali, el estudiante de origen sirio que lo engendró junto con Joanne Schieble, una estudiante de posgrado soltera, pero fue dado en adoptación a Clara y Paul Jobs, que lo criaron en un poblado de lo que dos décadas después comenzaría a ser el Sillicon Valley, un enclave en el que el joven Steve tendría mucho que ver. Deja cinco hijos, uno de ellos prematrimonial, y un halo para la leyenda. En febrero de 1975, cuando en un viejo cine abandonado de San Francisco empezaron las reuniones del Homebrew Computer Club, apenas había cumplido los 20 y la yunta con el descendiente de judíos polacos Steve Wozniack yha eran conocidos como Los Steves y se cuchicheaba que darían que hablar.


No defraudarían a los chimentos. En 1976 presentaban la Apple I, que fue un verdadero fiasco, pero se esmeraron su poco para mejorarla y antes de 1978 aparecía la Apple II hasta hoy considerada por la ingeniería como la mejor computadora personal que pergeñaron manos humanas. Ya por entonces había 200 marcas de PCs con sus respectivos sistemas operativos y la gigantesca IBM, en el Operativo Capricornio secreto con Microsoft, aprestaba a tirar el zarpazo en los 154 países donde había echado bazas. La respuesta de Los Steves fue la Macintosh, la famosa pantalla blanca, el sistema por íconos donde el mouse reemplazaba a la línea de comandos, pero si bien mimada por sus excelencias, diseño y  calidad en costos no podía competir. Se vio relegada a quedarse con la fama  y el 10% del parque computacional mundial, haciendo pie firme en la industria gráfica, la publicidad y los progre de billeteras regordetas.
A Jobs llegaron a echarlo de Apple. Wozniak, el más díscolo y explosivo, antes había decidido a dejar todo y dedicarse a su berretín favorito como es volar con ultralivianos aunque ya más de una vez huya tenido que intervenir Dios para no tener que separarlo con espátula del suelo y que quede algo para el velorio. Para colmo de males, a unos malpensados de la Xerox se les dio por pensar que ese sistema operativo tenía demasiados parecidos con uno que habían registrado ellos en la guerra de las fotocopiadoras y andando Wozniack cerca no había que ser muy mal pensado. No era un misterio para nadie que su misma madre,  cuando pelecharon fama, había recibido a los periodistas con lo mejor su cocoliche polaco judío mechando un inglés trogodlita y dicho muy suelta de cuerpo: "Yo sabía que mi hijo terminaba en genio o en cárcel." Ante semejante panorama, metieron un ejército de abogados y peritos. Se acumularon rumas de cuerpos y se le desgastaron las huellas dactilares contando los billetes para pagar el juicio y los daños y perjuicios contra esa parejita de párvulos inocentes, incapaces de matar una mosca, aunque la demanda no hubiera sido por homicidio de insectos. Sea como sea, el momento crítico fue duro, pero William Henry Gates IIIº, más conocido por el alias del Bill Gates, no pudo poner una zarpita en el paquete accionario y ni siquiera mojar el pancito en el sistema operativo. ¡Aire, che! La revolución para pasar la cultura humana del sostén físico, sobre todo el papel, a uno digital, no pasa por figurar en el marcador de la revista Forbes.


Jobs siguió solo y con suerte variada. Volvió a Apple, se dedicó a los famosos celulares tipo tableta que hoy están en boga, trastornó el concepto de los derechos de autor, sobre todo en música, pero nunca pareció entenderse que él nunca fue ni quiso ser un revolucionario en el sentido de la propiedad, si no en lo tecnológico, un rubro que hasta el último día lo tuvo en la vanguardia. Como muestra la gráfica y el video de más abajo, la tirria con el casposo de Seattle nunca tuvo cuartel. Lo natura non da, la guita non presta. Y como la Argentina de Borges no es la única donde la gente mejora sensiblemente con la muerte, a esta hora, en todos los formatos, como un toque populista recurren al viejo garage de los Jobs convertido en planta industrial de los primeros días, pero ni pío de los métodos de financiación y menos que menos del Capitán Crunch. Este sujeto no cabe en ninguna de las categorías conocidas. No se bañaba, se tomaba hasta el pulso, se inyectaba hasta agua destilada y andaba de un lado a otro de los EE.UU. en una station vagon pintada con un look psicodélico, así nos ahorramos espacio. Adelante, fuera donde fuera, le abría camino un auto particular y por atrás, otros dos lo secundaban. Los tres llevaban la dotación completa de agentes del FBI. Con Los Steves eran como hermanos de leche y les había cedido, sin pago de royalties de ninguna especie, la fabricación libre de la Blue Box. El aparatejo era una caja azul, como su nombre lo indica, y adentro tenía un chip y un circuito, asomaban dos cables con los respectivos cocodrilos, y mejor que nada desde una teléfono público, si se contaba con la agenda de algún yupie gordo de multinacional, preferiblemente de noche y más que nada los fines de semana, se discaba y se podía hablar con canilla libre a Europa, la URSS, Groenlandia, no se escatimaba en tarifas. Los Steves la fabrican en serie y los pibes, avisados por su circuito propio, la compraban por su necesidad de comunicación y de paso hacerle algún que otro agujerito al sistema. Se desconoce el número exacto de descompesaciones cardíacas, saltada de tapones y otros trastornos de los dueños reales de los números cuando la Bell, la ITT y las otras, inclementes, les mandaban la factura mensual con cifras de seis dígitos.
No hay motivo para el asombro o el desengaño. Ya lo escribió Honorato de Balzac que no hay revolución que no tenga que pasar por el crimen. Lo que puede pasar, como en este momento en la Argentina, que se pasa por el crimen y no hay ninguna revolución ni en veremos. Estos hijos de Vietnam, como se los llamó, se los catalogaba como rippers (destripadores), cartoneros tecnológicos, diríamos hoy, porque revolvían los basurales de la gran industria electrónica de entonces, buscando chips en desuso, circuitos desechados, cualquier cosa que les abrigara la esperanza de poder tener una computadora personal. Los Steves estuvieron en esa desde el primer momento y por eso, cuando en enero de 1975, salió el ejemplar del Popular Electronic con la Altair 8800, aunque para cualquier neófito era una batata infernal que no tenía ni pantalla ni teclado, mandar un giro de casi 400 dólares y encima armar el kit como el cabildo del Billiken, ellos supieron leer que el futuro estaba allí y se fueron como mosca al dulce.
El destino o lo que sea quiso que los Jobs adoptadores lo criaran en lo que hoy es el Silicon Valley. El inmigrante sirio, su padre biológico, Abdulfattah John Jandeli, hoy tiene 80 años, pero jamás quiso provocar un reencuentro por temor a que creyeran que lo motivaba el olor del dinero. Siguió minuciosamente la carrera del hijo pródigo por los medios masivos de comunicación y sobre todo Internet. Una generación revuelta, amorfa, con orígenes de los más variados y fines también de los más variados. Y que por ciertas adicciones, sobre todo a las anfetas, para no dormir y el día fuera más largo, más que a la Mary Jane, el establishment los mirara como descastados, pero hicieron una revolución y sobre todo el soft fue elevado por el Ministerio de Defensa a la misma categoría que tienen las ojivas nucleares para el poderío del imperio.
Jamás se lo propusieron. Dirk Hanson escribió a principios de los '80 que se estaba frente a una utopía informática o a una pesadilla electrónica electrónica. Para colmo, en el camino se cruzó el Linux y ahora, a la hora de los recuentos finales, se encuentra que en una de las máquinas de Jobs se albergó la primer web. Y a todo esto, ¿qué es de Wozniak? Lo localizaron los de la AFP, gordo como una bola, casi sin habla y alcanzan a balbucear por la buena nueva que acababa de enterarse: "Es como cuando murió John Lenon", alcanzó a decir.


8.9.11

NO LLORES POR NOSOTROS, CANDELA (IV)



Es probable que no la hayan llevado por la fuerza. Que la cita haya estado hecha de antemano. Y que haya aceptado por COMIDA y ROPA. La falta de malos tratos físicos, la aparente anuencia a permanecer con sus captores remiten a otros ámbitos más monstruosos. Estamos escribiendo esto, falta poco para las 18:00 del jueves y los uniformados siguen sin aparecer. Familiares a media lengua, con metamensajes frente a cámaras y otros directamente en carteles (ver abajo) no fueron obstáculo para que la bonaerense se tirara con todo a la calle, revoleando garrotazos como si fuera romper la piñata. La media docena de detenidos no termina de convencer a nadie, incluso el peruano vecino, que estaba en la transa de menor cuantía y con diferencias de caja con Carola Labrador, la madre, fiscal del duhualdismo en las últimas elecciones, con bochinches políticos a puertas cerradas durante los días del cautiverio, los carteles y las consignas contra el intendente kirchnerista. Lo que más duele es el haber aceptado, con la falta de fortaleza de esa edad y esa condición, por COMIDA y ROPA. Es para ponerse a llorar a gritos.

El cartel con el mensaje más clarito en el frente de lo que era la casa de Candela, a la vista de sus vecinos presuntos asesinos. Una vieja ley no escrita dice que a los chicos no se los puede tomar como prenda de intercambio. Y ha dejado de ser así.

13.8.11

THE BIG BLUE Y BILL, CARETAS Y PIONEROS DEL CUT&PASTE


EL 30º ANIVERSARIO FUE EN EL 2005, CARADURAS

Al capitalismo no le alcanza con el dinero. Quieren el conocimiento y la posteridad. Por enésima vez este 12 de agosto han querido filtrar el aniversario del surgimiento de la primera computadora personal. Saben que mienten pero se vive en una época light donde la verdad histórica es chatarra y tiene menos valor que una hamburguesa. El alumbramiento que trastocaría la cultura moderna y posmoderna se produjo en enero de 1975, cuando la tapa del mensuario Popular Electronics mostraba un cacharro para los neófitos pero una generación la estaba esperando: la Altair 8800. Los padres de la criatura fueron Leslie Solomon, (a) The Unclesun, obvio motivo por el cual esta bitácora lleva ese nombre, y el técnico electrónico Ed Roberts, fallecido en abril del año pasado.Una historia fascinante donde la falta de capitales fue suplida por un derroche de talento que iba a trastocar la historia humana. Roberts estaba fundido y le venía haciendo el quite a las constantes chumbadas del Tío Sol, ya que lo creía el único capaz de pergeñar una computadora a la medida humana. Fabricaba calculadoras para las escuelas usando un chip de la Texas Instruments cuando a estos abastecedores de las FF.AA. del Gran País del Norte no tuvieron mejor idea que dedicarse a fabricar ellos las calculadoras en vez de vender los chips. Agregar valor agregado, que le dicen. Roberts, según los expertos en economía consultados sobre el particular, quedó culo para arriba y sin ánimos ni para hacer señas. La concentración del gran capital había empezado y había que ir a llorar al Muro de los Lamentos. Jugado por jugado, aceptó lo del chiflado periodista, fue al banco al que le debía hasta el saludo, sacó al fiado los últimos 800 dólares bajo apercibimiento que no había más y que le iban a rematar hasta la tortuga del jardín si no llegaba a pagar todo, los 800 y los más de 100 mil anteriores. En 8 meses estaba facturando alrededor del medio millón de dólares. Pero no se mudó de la pocilga en una galería comercial fundida en Florida, cerca de Miami, y cuyos antiguos dueños, dedicados al rubro fast foods, habían bautizado, traduciendo literalmente, El Sánguche Embrujado.
Para hacerse de un catafalco como el que mostraba la tapa había que mandar 400 dólares por correo a la publicación y ellos remitían un kit con lucesitas que se prendían y se apagaban. A los pocos meses, en un cine abandonado de San Francisco varios centenares de delirantes ululaban ante lo que era el primer producto que anunciaba la nueva era: los primeros compases de Yesterday, de John Lenon. Allí estaban todos los que iban a formar el Silicon Valley y que el imperio no tardara en darse cuenta y designarla industria estratégica, a la altura de las ojivas nucleares.
El pálido reverdecer el aniversario trucho entre nosotros, que intentaron algunos porque a los avisadores y a las historias masticadas como chiclets hay que hacerlas rutina, tuvieron variantes clásicas y otras que intentaron algunas gambetas por el lado de los paradigmas, pero la cruel contundencia de los hechos, como dijeron siempre los ingleses, más en estos días que Londres les arde como la Roma de Nerón, no les dan las cuentas. La Apple II, que los entendidos siguen dando como el fierro mejor logrado de toda esta corta e intensa historia data de 1978, y como hubiera dicho Perogruyo, sin apoyarse para nada en Murphy, eso indica que la Apple I es anterior. Efectivamente, de 1975, y fue una batata que marcó época por el fracaso.
Todo esto está detallado, documentado y mucho mejor contado en Fire in the valley, una verdadera joya documental aparecida originalmente en 1985 que se debe al talento de Paul Freiberger y Michael Swaine, y para que nos, las bestias monolingües de la lengua de Cervantes la podamos disfrutar en una edición castellano cuyo título fue traducido por McGraw Hill, luego de larguísimas elucubraciones, como MICROINFORMATICA. Orígenes, personajes, evolución y desarrollo. Vaya desde aquí nuestro más sentido reconocimiento a semejante mutilación cultural para semejante derroche de ingenio. Los que quieran bajarse gratis en inglés una versión en PDF del libro tienen un link. Estas operaciones, como se sabe, tienen ciertos riesgos. Habría también una versión castellana sin tener que oblar por ahí algún que otro virus, nada del otro mundo. Es este el link. Suerte, de todas maneras, porque en librería anda agotado siempre.
Los videos reproducen versiones mejoradas del adefesio original. Pero tres años después, cuando aparece la Apple II y los historiadores a tanto el byte para jibarizar la humanidad, había 200 marcas diferentes de PCs, por lo tanto una cantidad similar de sistemas operativos, a tal punto que el procesador de TXTs se debe a que un programador que había sido iluminador de publicidad en Nueva York y se había exiliado culturalmente en California, Michael Shrayer, está tan podrido de tener que hacer un manual para cada versión de sistema operativo que no tiene mejor ocurrencia que pensar que como cada letra es un byte y los catafalcos procesaban justamente bytes, porque no ponerle un octeto a cada letra y que los procesos, un silogismo que es el día de hoy que desvela al autor de estas pavadas en torno porqué carajo no se me ocurrió a mí. Así salió a la luz The Electric Pencil, no precisamente un dechado de creatividad en el título, pero no se quiera imaginar lo que fue un practicidad para el autor y en recaudaciones. No tardaría en aparecer el WordStar, que marcó toda una etapa hasta bien entrados los ´80.
Para esa fecha ya habían conseguido conectar a las PCs con un módem y poner en pantalla un torpe BBC (acrónimo de Bulletin Board System), para que los alumnos pusieran sus avisos con necesidades de cuartos, bibliografías, novias, etc. El zopenco fueWard Christensen. Como empezaron los chistes y la promiscuidad aparecieron las claves, esto es, no parecido sino correo electrónico sin más. Y no faltó un neoyorkino, Paul Katz, que para ahorrar guita en comunicaciones hizo un compresor para sacar los blancos entre las letras y le puso PKZip, que todavía hoy sobrevive como Winzip.
Hacer base de datos fue cosa de chicos. El otro aporte a la cultura humana fue la aplicación de los coordenadas X-Y a los cálculos, dividir la pantallas en celdas e interconectar a todas hasta el infinito con diferentes operaciones matemáticas. Había nacido la hoja de cálculo. La primera se llamó VisiCalc, tampoco un derroche de inventiva.
El hiperTXT iba a tener que esperar un poco. Recién por 1985 aparecieron los primeros intentos serios. La Fido Net, que fue la primera red universal de correo hecha a poncho y el hipertTXT echaron las bases de Internet y la WWW, en 1995, avasalló las comunicaciones con una revolución que hoy se nos ha vuelto cotidiana y hasta rutinaria. Pero todavía hoy queda gente que asegura que la primera PC nació en 1980, del matrimonio entre el Big Blue de la IBM y su operativo Capricornio, totalmente secreto, asociada a la Microsoft con el talento de Paul Allen y con Bill Gates a cargo de la registradora, una verdadera garantía en la materia. Tendrían que sacarse la careta y decir que el 30º aniversario es el de copar 154 países de la IBM tenía sucursales con un solo modelo de PC y un mismo sistema operativo, el que por tratarse de Microsoft anduvo a los tumbos hasta la versión 3.0. Pero no queda paquete. Eso sí, a la verdad y al conocimiento no lo van a tener nunca por más carradas de millones que hayan hecho. [AR]


8.8.11

DOCTOR EUGENIO RAUL ZAFFARONI, ¡TELEFONO!


Las lealtades son muy nobles pero se pueden pagar muy caras. Y a los 71 años, posiblemente creído de lo invulnerable del blindaje de su prestigio intelectual (ver currícula), se envolvió despectivamente en la chalina a lo Isadora Duncan, y desgranó penosamente asedios y persecuciones que lo doblegaron, asimismo indeseadas consecuencias del asqueroso proselitismo político en boga, embarró la cancha entre derechos humanos, chicas del sí fácil y travestis, todo, quizá, para dejar en una sombra difusa que no es tal a Richard, una mezcla rara de primo del campo, paje, amo de llaves, administrador de confianza y en los hechos el responsable de haber alquilado una media docena de las quince propiedades que le administra para prostíbulos de alta gama, poniéndolo al filo del proxenetismo y chapoteando en excusas berretas por las bocas de expendio del oficialismo.
Con el tiempo, este costalazo de Raúl Eugenio Zaffaroni, un porteño egresado del Nacional Mariano Moreno y graduado de abogado en la Universidad del Litoral, que ahora resulta que tenía los salvavidas de plomo stand by desde el 2009 y en una de esas desde antes, de movida va a ser una anécdota tan menor como quizá innecesaria. Lo que parece haber sucedido es que los enemigos y pocos amigos que se ha sabido conquistar aprovecharon para tirarle boñiga fresca y recordarle algunas perfomances en ese pasado cercano de no termina de cerrar y heder, su negativa a pagar impuestos y una asesoría y cenas en su casa con candidatos kirchneristas del calibre de Amado Boudou que encima no lo engalanan mucho que digamos, ya que fue públicamente elegido para completar la fórmula presidencial por haber craneado el manotazo al dinero de los jubilados e ir pensando en pasar a un sistema parlamentarista, casualmente un tema caro a las inquietudes y especialidades del ministro Zaffaroni. Como si fuera poco, en varios de los spots publicitarios ejecutados por La Corte, un grupo selecto de comunicadores sociales generosamente pagados por el dispendio de dineros públicos, entre gentíos, banderas y otras mareas aparece una pancarta de los Putos Peronistas que no es la original de esta agrupación, sino especialmente realizada para una producción que no escatima en gastos y que dejando de lado buen gusto y otros decoros no se entiende por qué en el furor inclusionista no hay también para las compañeras trolas, travesaños, binormas y tuertos. Total, todo bicho que camina va a parar a la urna y los votos no tienen sexo. Por lo demás, el promocionado y rutilante delfín oriundo de Mar del Plata viene mostrando también su gran capacidad personal para demostrar que la inflación aflige sólo a las clases altas y acumular bienes inmobiliarios con buen ojo, como son los dos pisos en lo más exclusivo y caro de Puerto Madero, amén de un par de Harley Dadvidson al estilo de Peter Fonda en Busco mi destino o El Loco Galimba corriendo a 200/h por la Panamericana en compañía de un juez federal.
Volviendo al jurista de renombre internacional, además de haberlo asesorado al liberal marplatense de origen en el casting previo para jefe de gobierno porteño, que disputó con Daniel Filmus y Carlos Tomada, una tarea que se cuestiona sola por superposición de poderes y embanderamientos un tanto obscenos, su nombramiento en la nueva Corte Suprema, en el 2003, de la mano de Néstor Kirchner tampoco lo favoreció en un país que está enardecido y algo más que enquilombado. El ministro Zaffaroni preferió tratar de zafar en lo coyuntural de esto último acudiendo a la perplejidad de verse envuelto en lo que calificó de vendaval político procedente de una prensa amarilla, que tanto él como sus discípulos dilectos y maestros del Viejo Mundo sacan a relucir para un fregado y un barrido. Aceptó también, con hidalguía, haberse visto desbordado.


Ricardo Montivero, (a) Richard, pescado por el asedio fotográfico al estilo Perfil en el momento que cierra la puerta de la casona de la calle Boyacá al 900, que comparte con el ministro Zaffaroni. En la edición de papel del diario Perfil del último sábado le toman con tele un primer plano subiendo a un taxi.

La última entrega de Noticias puso la cosa más o menos en su lugar y sacó del archivo que ya en el 2006 le habían preguntado sin medias tintas si era gay. También recurriendo a las dichosas fuentes confiables, si el mentado Richard, en realidad Ricardo Montivero, que da el mismo domicilio y tiene el teléfono a su nombre, era su pareja. La respuesta arranca sonrisas de todo tipo: "Desde hace años son compañeros de vida", se afirma sacando a relucir una categoría existencial que tiene una precisa decodificación en ciertos ambientes. Por lo pronto, la AFIP lo tiene catalogado en un rubro que se presta todavía más a la chacota fácil y barata: servicios de asesoramiento, dirección y gestión empresarial. La temulencia de poder e impunidad sertían obra y gracia de este auxiliar doméstico que tiene a su cargo hasta las compras en el supermercado y no le dijo ni mu a su entorchado compañero del berenjenal en que lo había metido. Porque entre otras gracias unos condóminos de uno de los bulines le iniciaron acciones legales y el extraño asesor empresario lo tiró abajo del tren cambiando la titularidad del inmueble, que estaba a su nombre, colgándosela a Eugenio Raúl Zaffaroni.
A amistoso no suena. Ahora, las recaudaciones en cuestión, ¿eran parte de su paga?
Por momentos casi bordeando el conventilleo, el paralelo con el reciente caso Schoklender fue casi inevitable. Para colmo se conocen. Y las reacciones del hombre de leyes, calmo nadador con debilidad por los cactus en su pasión por la jardinería, festonearon cualquier cosa menos la elegancia. La primera, cuando tenía un solo departamento en contra, fue apelar al chascarrillo leguleyo que era una suerte porque le evitaban de ese modo un juicio de desalojo y el último, en una conferencia de prensa en el aula magna de la universidad donde se recibió, se curó en salud sacando a relucir una cuenta en Suiza por un monto que en total apenas supera los 100 mil dólares, que no hacen al fondo de la cuestión y la remató, ufano, según él parando otra siniestra embestida pública contra su persona, recomendando "ahora encrémenla y cómansela con mostaza." No es que no sea fino, suena discordante, sobre todo por el ámbito en que fue dicho. La pública proclama, con un pie en la fanfarronería, en lo que hace a su desprecio por los bienes materiales y el anuncio de la repatriación del monto y la donación a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, como no podía ser de otra forma, es sólo para enternecer amas de casa
Por el lado de sus defensores notables la cosa no le fue mejor. Hebe de Bonafini, que sigue mordiendo la banquina con un ímpetu digno de mejores causas, ya había arrancando calificando con el poco académico pelotudeces al enjambre societario para aparentes desvíos de fondos, compras de aviones y de yates, pero como se aprecia en el video de abajo, llegó a llamar a la toma el Palacio de Justicia para dar cuenta de los turros de la Corte Suprema que reciben sobres y apañaron el genoicidio entre otros, de sus dos hijos, sin aclarar si el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni era excluído de la lista de semejantes heces. Aunque un tiempito después, cuando se le vino la noche a cargo de su hijo pródigo, el también abogado Sergio Mauricio Schoklender, y tuvo que rumbear para los tribunales de Comodoro Py a verlo al bueno y más que cuestionado de Norberto Oyarbide, ya estaba más compuestita y con la cabeza agacha aseguraba que confiaba en la justicia, sin aclarar si justicia iba con minúscula o mayúscula. El último jueves, en la ronda ritual de los últimos 35 años, como no tenía para denostar gratuitamente obreros e proveedores impagos que su hijo pródigo le dejó de regalo, no tuvo la mejor idea que sacar a relucir lo mejor de su jerga y calificar de soretes (léase: soretes) a todo aquel que se atreva a cuestionar al doctor Zaffaroni, porque es lo mejor que tenemos.
Ergo, tras el suspiro de alivio que efectivamente no forma parte de la lista de turros condenados por recibir sobres y ser cómplices de la dictadura, si se lo escucha dos veces, no embarra la cancha: la enmierda. Salvo algún despistado que nunca falta los cascotazos que le han tirado y pegado al ministro Zaffaroni se deberían a un indolencia y desdén en el cuidado de su patrimonio personal, que llega al colmo, como lo muestra en el video del comienzo de afirmar que ni siquiera conoce físicamente a los departamentos, con lo que hace de facto caso omiso a las normas firmadas en La Haya que deben cumplir los magistrados, justamente poniendo énfasis en el rubro bienes patrimoniales, y tratar de cubrir a todo trance al bueno de Richard que como asesor resucita a aquel impagable personaje de Gila, que con boina y camiseta musculosa, atendía el teléfono y decía con su mejor acento galaico: "Hola, ¿con el enemigo?" Para colmo, además del impecable pedido público de renuncia, el abogado Ricardo Monners Sanz, en vivo, frente a cámaras, aceptó no tener pruebas pero que para él algo huele mal en la Corte Suprema.
Sí. Y ojalá fuera en la Corte Suprema solamente. En todo el país y no en Dinamarca, justamente.

15.7.11

"LA SANGRE DERRAMADA NUNCA SERA NEGOCIADA"

Fue lo que dijo El Tío, la noche del 12 de marzo de 1973, desde el balcón de la vieja casona de Oro y Santa Fe, festejando el triunfo electoral después de casi dos décadas de proscripción. Por las dudas, seguramente para evitar confusiones y ambigëdades, a los pocos meses el mismísimo Perón le sacaba la tarjeta roja al dentista de San Andrés de Giles y de cuño conservador como también al séquito igualmente fiel de la Juventud Maravillosa. Ayer, en medio de una Argentina convulsa, dicen que crispada, con nuevos iluminados que se mecen entre la tipología de los López Rega o quizá mejor los Montesinos, con un verticalismo que ya hubieran querido los milicos y que remite sin más a un feudalismo suburbano, con popes sindicales que van desde su cercanía a las Tres A a su pertenencia al 601 de Inteligencia que funcionaba en Viamonte y Callao, desde donde arrojaban ácido, pintura y otras lindezas a las marchas que osababan pasar bajo sus ventanas selladas por blindadas planchas metálicas pintadas verde Ejército y también verde Falcon, la ronda rutinaria de los jueves en la Plaza de Mayo tuvo una alteración tan inédita como insoportable. Cuesta creerla. Pero el reinado de la imagen, en esta sociedad, es tiranía y la mujer que supo ser emblema de lucha, intransigencia y muchos otros valores derrapó de muy mala manera. También ya irreversible porque su última etapa es de tumbo en tumbo, empezando por convertir a la fracción que capitanea de una organización con clarísimos y más que nobles objetivos en una corriente interna más del peronismo invertebrado. La crisis final de esta etapa postrera viene desde mayo, pero empezó en 1993, cuando vaya a saberse por qué extraño fenómeno de deslumbramiento compró solita su alma lo que sería un buzón con cartero y todo y la primer resquebrajadura seria apareció a fines del 2002, cuando llevó a docentes de la Universidad Popular de las Madres a ver la magnificencia del edificio de 11 pisos y 4 subsuelos, en Defensa y Belgrano, que iba a ser la nueva sede. Era un viejo hotel que necesitaba cantidad de reciclados pero daba para universidades varias, sauna, aerobismo, jazzgymm salas de computación, timba electrónica y muchas cosas más. Algunos de los presentes en aquel extraño, insólito acto, recuerdan que fue tan extraño como vago el filántropo argentino que había hecho la donación, según el relato de la mujer que empezaba a dejar de ser intocable pero más todavía cuando aseguró que Sergio se iba a encargar de conseguir el dinero para las refacciones.



Para no pocos, más de medio centenar, si se quiere ser un más exacto, fue la gota que rebalsó el vaso. Cuando en el siguiente curso lectivo, marzo del 2003, pasó la circular con la orden que todos los programas y bibliografías debían ser presentados al doctor Sergio Mauricio Schoklender el portazo fue encabezado por el poeta y psiquíatra Vicente Zito Lema, con una pesada currícula de experiencias en materia cultural en el Hospital Borda, hasta entonces formal y académicamente a cargo de la institución, autor de Mater, un muy divulgados oratorio sobre el tema, más que nada fuera del país, que interpretó la actriz Zulema Katz, y atrás se agruparon casi un centenar de desertores de algo que ya echaba más que mal olor. Antes, buena parte de ellos habían tenido una reunión en un café y no faltó quien arrojara la palabra lavado como quien pide un cortado, pero nadie ordenó nada, ni un vaso de agua. Otro dijo herencia y lo ubicó en el mismo rubro. El caso es que se fueron unos cuantos, cantando bajito y con el alma estremecida. Frente a este cronista no faltó el que se sincerara y hablara del clima enrarecido en que habían sobrevivido, con un tipo totalmente vestido de negro, paseándose por los pasillos en horas de clase y deteniéndose a escuchar lo que se decía en las aulas. "Dejame de joder", se desequilibraron, "ya tuvimos bastante en la UBA de los 60 cuando Onganía nos metió la cana hasta en los baños." De aquí es donde alguien delizó un mote que no se lo han quitado, más cuando su abogado en esta última etapa, candidato de Ricardo López Murphy en las últimas elecciones en la ciudad, tiene la misma tendencia en el color de su vestimenta: El Monje Negro.



El ingreso y encantamiento deslumbrante por alguien que había estado preso por parricida, purgado la pena y recibido de abogado por gestar una sucursal de la UBA en Devoto, fue instintivamente rechazado por no pocos intelectuales a los que se creía a salvo, vacunados ante ciertos prejuicios. Desde un primer momento. Como si se tratara de un aparición diabólica. Tampoco pudieron o supieron explicar al instintivo rechazo de piel y lo tomaron, en un primer momento, como el colmo del muchas veces excesivo e insoportable autoritarismo de quien para la imagen pública era el paradigma mismo de las madres y los derechos humanos. Quienes lo tuvieron de alumno en la cárcel supieron dar un muy refinado retrato del personaje en cuestión y lo había llevado al Rojas para integrar un panel sobre nada menos que Michel Foucalt.



Este estallido que por ahora parece el final se produjo en las vísperas de la fecha patria del 25 de mayo. Los pretextos que se hicieron públicos siguen siendo pueriles. Que primero empezaban en el parricida redimido, después se la emprendía con la mujer platense santificada, inmunizada ante cualquier crítica, para terminar en la Tía Cristina y su papel revolucionario y fundacional de la Argentina IIª ya ha sido demasiado socorrido. Los alcances y envergaduras del proyecto Sueños Compartidos, impecable en su concepción y más que revolucionario en una concreción sin corrupciones ni retornos, mordidas o vericuetos de ninguna especie no alcanza a tapar nunca lo inconcebible de una anciana que ayer increpó a un obrero sin trabajo y sin dinero, de la que es patrona, le guste o no le guste, tirando la sospecha que puede estar siendo soldadito de algún generalito perdido o que quién le pagaba, dejando al aire una mentalidad policíaca, cuando el conflicto de fondo es todo lo que ella no ha pagado y quién sabe si hará, haciendo oídos sordos compró el paquete de un jovencito con relaciones de amiguitos de Norma Kennedy al final de los 70, después fue mano derecha de su padre en cepillar pobres diablos víctima de la implacable bicicleta financiera montada en la Pittsburg y ni siquiera se tomó el trabajo de averiguar algo que sigue estando a la luz del sol: la campaña de prensa para convertirlo de homicida en víctima del tráfico de armas estuvo a cargo de una editorial comprada por la Logia P2, los autores del pretendido libro donde probaba su inocencia eran rezagados del proyecto político del Negro Massera y por su asesoría legal posterior a la liquidación a fierrazos de la putrefacción familiar intolerable había pasado un neonazi y un estafador cordobés común que purgó solamente 8 meses de cárcel gracias a que su mamita es de la oligarquía de La Docta y estaba apañada por el obispo Primatesta. Un bagayo demasiado pesado. Ahora lo perpetrado en Tartagal como tiro de gracia del último aluvión y el Chaco colma muchas medidas. Las giras revolucionarias para ser recibidos, madre e hijo putativo, por el subcomandante Marcos, por la jerarquía luchadora de Los Sin Tierra brasileños y los abrazos con el alicaído comandante bolivariano Hugo Chávez no alcanzan para esconder la más vulgar explotación capitalista, la indiferencia ante los más débiles a quien se les pretende hacer pagar lo que su soberbia le impidió distinguir cuando se trataba de un elefante con cascabeles, llevando a escudarse en la Industria de la Muerte que le llevó dos hijos o lo avanzado de la edad como otra torpe excusa y hablar en plural cuando las otras ancianas le hacen de comparsa y siempre para mantener la tiranía de la imagen, disfrazar de colectivismo lo que es una autocracia hecha y derecha. La compulsión de jornadas laborales de 11 horas y la coacción a abandonar picos, palas y cucharas para hacer de claque en actos oficialistas, a pesar de la informaci{on tendenciosa en lo contrario, ni siquiera tenían la retribución misérrimas del chori y la coca berreta en botellas de dos litros. La libertad para no acatar y quedarse cumpliendo las obligaciones contraídas eran absolutas. Las amenazas y los despidos coronaban el libre albedrío. La mita y el yaconazgo son dos rémoras que no están tan distantes como se quiere creer.



No, Hebe. Ya está. Los que tienen cierta edad en este país, aunque no tanto como la suya ni el tremendo dolor de la mutilación de los hijos desaparecidos, cuentan con la triste y reiterada experiencia periódica de tener que dar de baja a figuras señeras por defecciones varias. Para darle algún comienzo ilustre se podría empezar por Gabriel del Mazo, pope de la Reforma iversitaria, ministro de Frondizi y entregador de la enseñanza laica. Aparte, nadie le va a pedir explicaciones por un último dejo de respeto, porque ni usted misma se las puede dar y están tan a la vista que el que no las ve es porque no quiere. Además del espacio y la escasa paciencia de estos tiempos, no se cita por buen gusto los amorosos ditirambos que usted le escribió como prólogo a los libros financiados no se sabe quién de su hijo putativo y que confirman el narcisimo de un Napoleón, que como ya fue dicho, él solito se encarga de montarse sus Waterloos, aunque no para uso oficial y exclusivo, porque arrastra a legiones de incautos y otros especímenes. Además, nadie jamás le podrá negar que estuvo prácticamente desde la primera hora en las Madres de Plaza de Mayo, pero también que junto al subcomandante Marcos y a los Kirchner, más Sergio Schoklender, como hijos putativos, fue la fundadora de la fracción Las Cristinas.







LOS DIFERENTES AMBITOS PARA HABLAR LAS COSAS COMO SE DEBE








MANSION, NO, QUERIDO: APENAS UN PISITO AL LADO DE LA FUNDACION












SIEMPRE HABRA UN JOSE IGNACIO PARA TENERLE EL



PARAGUAS AL QUE RONCA








13.6.11

RICARDO PIGLIA, EL ROMULO GALLEGOS & Co.



Al narrador nato Ricardo Piglia, bordeando los 70, cuando llevaba más de una década sin editar un nuevo libro, le acaban de otorgar el Premio Rómulo Gallegos por Blanco nocturno, su último novela, también el Premio de la Crítica y parece que va por el Cervantes para completar la tríada. Indudablemente el escritor más importante de las últimas décadas, un verdadera estudioso de la literatura por lo demás, en los ´60 se daba el lujo de epatar a integrantes de revistas literarias asegurando que el cuento es un género reaccionario y alguna vez, en un café de Córdoba y Río Bamba, en una tarde plena de sol, aseguró que escribir literatura era una artesanía precapitalista.
Es nativo de Adrogué, un localidad del sudoeste del GBA por la que Julio Cortázar siempre mostró siempre cierta particular debilidad.

18.5.11

NESTOR GROPPA SE LLAMO A SILENCIO


Se podría decir que Néstor Groppa dejó de escribir el 4 de mayo del 2011 y la metáfora no perdería vuelo. Increíble el caudal de este cordobés de nacimiento (Laboulaye, 1928), jujeño por adopción, integrante del mítico grupo Tarja junto a Héctor Tizón, Andrés Fidalgo, José Clementti, el pintor Medardo Pantoja y tantos otros. Ahora, jibarizar la obra de Leandro, como lo llamaban muchos respetando el orden inicial de sus nombres, a los libros publicados o a las antologías en que ha figurado es jibarizar el monto y la calidad de lo realizado a todo lo largo de una vida. Ver una reseña. Se dejaría de lado, en el olvido o en un papel secundario los cuarenta (40) años en el matutino Pregón de San Salvador de Jujuy. Allí volcaba acuarelas, paisajes o anotaciones poéticas de hechos, casas, caserones y también cosas y personas al nivel de lo mejor que hizo llegar a través de la abundante producción libresca. ¿Cómo olvidar, después de haberlo leído en aquellos recuadritos minúsculos de la contratapa, al paisaje mayor de los tarcos azules de las muralles de la calle Senador Pérez, al fondo la hondonada y el rumoreo del Río Grande?
En el video al pie se procede a la lectura, casi simbólica, del poema La fragancia de una pomo de témpora,título entre la ironía, el dislate y el surrealismo. De todas maneras, la eternidad no tiene adioses. Quienes alguna vez tuvimos el privilegio de su trato, de tomar mate en su apacible casita cerca del Río Chico, a cuyas lavanderas les dedicó un poema de letra mayor resulta quisquilloso aceptar que este maestro rural y bibliotecario muchos años en la Quebrada de Humahuaca, este último oficio de y para poetas, si los hay, amén de los vendedores de semillas de Vasco Pratolini, haya desconectado sus cables a tierra e ingresado a la inmensidad de la memoria.

4.5.11

ANGEL LUQUE NO SE FUE POR EL PORTEZUELO


Casi nula repercusión del fin de un personaje emblemático de una Argentina feudal que no se quiere ver. El Gordo Luque fue en vida de ambos la mano derecha, el escudero, de otro personaje nefasto, como el jefe del clan local Vicente Leonides Saadi, cuyo hijo Ramoncito acaba de ser resucitado por obra y gracia del kirchnerismo. Tal puesto de honor de quien era representante de todos los negocios del KOMECON como hoy Franco Macri lo es de la República Popular China, también fue testaferro de los Montoneros y en calidad de tal, sobre los fines de la última dictadura militar, encaró la fundación del matutino La Voz. Allí el voluminoso Todo Terreno, pistola 9 mm. al cinto, era Jefe de Personal y se paseaba amenazante por entre medio de la redacción, compuesta en su mayoría por zurdos de mierda. El pasquín quiso lucir modernoso, adelantándose en el estrépito que se venía, y entre sus logros más detonantes no se pueden olvidar haber hecho público el día y la hora que le bajó la menstruación a la doctora Cecilia Enriqueta Giubileo, que sigue sin aparecer, así como, haciendo coro con Guillermo Patricio Kelly que ella había tenido a su cargo trasplantarle un riñón al temido Carlos Pajarito Suárez Mason, comandante del Cuerpo I de Ejército. También fue un logro histórico, adelantándose dos días a la quemada del féretro en la concentración de la avenida 9 de julio, dedicarle toda la contrapa a dar lujo de detalles del nombre de la Logia, el grado alcanzado dentro de la misma y otros detalles de la nefasta pertenencia a la masonería del candidato radical Raúl Ricardo Alfonsín, en un tono y un talante de lo más bastardo del periodismo normalmente pergeñado por personajes tan oscuros como sus fuentes y resultados.
El Gordo no había perdido las espeanzas de volver al Congreso, tal como se dice en el video de más abajo. No estaba tan pirado. La devaluación en que ha caído un poder que en otro tiempo fue señero daba lugar para ese sueño y varios más. Dueño de la famosa residencia Puerta de Hierro en la capital catamarqueña, sus medios de vida provenían de feudos varios y de la explotación agropecuaria, incluido el ganado de dos pies y prescindiendo del Estatuto del Peón de Campo que fuera señero en las conquistas peronistas. Las fantasías que no muy curiosamente se tejieron a su alrededor llegaron al colmo de afirmar y ser publicados por los principales diarios porteños, que la residencia homónima a la del líder en Madrid tenía empotrados cantidad de cadáveres pertenecientes a enemigos políticos del sadismo y personal que había participado en la construcción. A tal punto que se llegó a deslizar la formalización de un pedido de investigación para proceder en parte a su demolición.
En los últimos estertores de su vida pública, tanto él como su mujer, hicieron estentórea gala de su profesión de fe anticomunista y como es lógico le adjudicaron a la zurda la proverbial facultad de permanecer en las sombras pregonando y haciendo el mal, en este caso, enmierdando al Gordo.
El ruidoso silencio que ha acompañado a su desaparición, como la muy parcial ventilación de su currícula, tan o más sugestiva que la anterior, deja en el olvido que el Gordo fue presentado como particular danmificado en el asesinato de Pereira y Cambiaso, los dos últimos montoneros asesinados en el límite Buenos Aires-Santa Fe y cuya ejecución se le adjudicó siempre al ahora condenado Abelardo Patti. En medio de la vocinglería del caso María Soledad, su padre bajó hasta Buenos Aires para entrevistarse con El Chango de Anillaco, a la sazón a cargo de la presidencia de la república. Como en ese momento para la prensa cholula era sinónimo de mano dura e implacable, le rogó que pusiera a Patti al frente de la investigación del caso de su hija y que no lo frenaran todos los poderes ocultos que había tras el caso.
Dicho y hecho. Pasando por arriba de cualquier norma, Patti fue y se instaló en Catamarca. Cualquier chichipío, entre los que se cuenta el autor de esta bitácora, sospechó que para Patti había llegado la hora de hacer sonar las voces del escarmiento y darle para que tuviera después del papel jugado en el caso de los montos. Sin embargo, el gordito Luque Jr. nunca tuvo más acérrimo defensor que el subcomisario que no vacilaría luego lanzarse a la carrera política, llegando incluso a hacer actos proselitistas desde los muros de la cárcel de Marcos Paz para los fieles que había afuera aclamándolo. Sus conclusiones fueron que los autores del hecho fueron Tula y sobre todo su mujer, varios años mayor, celosa, que había estrellado el cráneo de la adolescente en unos piedrones al borde de un río.
Todo un profesional y cultor de la obediencia debida.

22.4.11

VARGAS LLOSA Y LA GUERRA ARGENTINA DEL FIN DEL MUNDO

Varguitas con un clic a su imagen por fin habla en Buenos Aires.



No pasó nada. Al mejor estilo del tremendismo nacional y popular, un tanto itálico, todo había comenzado por un lamentable libelo pergeñado en la Biblioteca Nacional, protestando por su elección para abrir la Feria del Libro, se dijeron de todo de entrecasa, la Tía Cristina operó en segundo término para poner orden entre los díscolos y el autor de La ciudad y los perros al final llegó lo más bien y durante casi dos horas subyugó a presentes y televidentes porque no es un orador, es un conversador afable, entretenido, amén de inteligente y talentoso. El fantasma temido del liberalismo quedó para los quintacolumnas que tiene el peronismo en su seno y la única falta de señorío que se le puede achacar al nacido en Arequipa, último Premio Nobel de Literatura, es no haberles agradecido a los papanatas la gratuita campaña publicitaria que montaron con expectativas que no se cumplieron y que sí en cambio aprovecharon para mandarse varias de las suyas. Una diputada venenosa, ex comunista y ahora cristinista desde la primera hora en que empezó a ser cristinista, dijo muy suelta de cuerpo que de Varguitas llevaba leído Las venas abiertas de América Latina, el escudero de Lilita Carrió le adjudicó la autoría de Cien años de soledad y un lamentable ministro que habita en la Rosada lo acusó de no saber nada de política, de ser un fracaso de político porque la única vez que se postuló en las urnas salió cuarto, un descubrimiento que ni siquiera advirtieron los propios peruanos, ya que fue a ballotage con el ahora encanado Fujimori.



Lo que no le perdonan es lo que opina sobre el peronismo y la dinastía Kirchner. El relamido liberalismo del que hace gala es chirle, utópico, no jode a nadie. Es figurita repetida. En cambio, en un país donde más de un referente ahora en el gobierno ha dormido casi todas las noches en las diferentes camas de la política carecen de la honestidad intelectual de un nombre que sólo por su rigor intelectual no tiene empachos en reconocer su paso por el Partido Comunista de su país, que tuvo figuras rectoras como José Carlos Mariátegui, y acusar a los vahos de París el haber adherido al romancismo avasallador de la Revolución Cubana, junto a una pléyade de jovencitos, particularmente sudacas. Acá sus detractores se olvidaron de esta adhesión de Varguitas durante tantos años a La Habana y lo que la inclemente e hispánica clase dominante de su país le hizo pagar por semejante desplantes. Jamás usufructuó del turismo socialista como acá siguen haciendo muchos, después cantando que combaten al capital y apañan a un gobierno que está aliado a una CGT patronal y sojuzga sin vergüenza a los jubilados. La falta de memoria y la lavativa del pasado es más que preocupante. Ningún peronista delivery se quiso acordar que desde 1930, con La Hora de la Espada, hasta 1955, con la llegada de la Libertadura, el director de la Biblioteca Nacional fue Hugo Martínez Zuviría, un glorioso best seller que ya quisiera hoy más de uno, más conocido con el nome-de-plume de Hugo Wast, un facho de aquellos, pescado in fraganti colaborando con un agente nazi. Durante su gestión, un funcionario menor que se estaba empezando a quedar ciego y que no ocultaba las urticarias y algo más que le producía el matrimonio entonces gobernante, en un acto despótico y ninguneador, típico de los desclasados, para calificarlo de algo, fue removido de la función pública al cargo de inspector de mercados de ave de corral y otros productos.


La llegada de los almirante Rojas & Co. al poder lo reivindicaron al lugar original, pero como director de la Biblioteca Nacional. Obviamente se está hablando de Jorge Luis Borges, al que Vargas Llosa no se cansa de rendirle pleitesía y ha dicho que se siente usurpando un premio que era de él y que todo indica que no alcanza con ser liberal de derecha para ser segregado. Justamente del puesto ocupado durante un cuarto de siglo por el fachista Wast y luego durante casi dos década por el derechista reaccionario Borges, porque no hay razón para andar con medias tintas porque no se trata de méritos literarios en juego, fue donde un académico de la UBA de prestigio catapultó la desgraciada carta tirándole el trancazo a Varguitas por extranjero y liberal. La Tía Cristina le metió un coscorrón y le hizo cantar la palinodia. Si es que se arrepintió en serio y no fue la escenificación de una opereta de cuarta, lo tendría que haber hecho y junto con el nuevo TXT acompañar su renuncia indeclinable. Porque la carta, amén del prestigio del firmante, tuvo difusión y enjundia política por el cargo que ocupaba, no por otra cosa, amén del desatino de pedirle a una entidad civil como la Cámara Argentina del Libro que le retire la invitación al otro Premio Nobel sudamericano después de García Márquez, autor como sabe cualquier parlamentario argentino de Conversación en la catedral.


Marito no dijo nada que no se supiera. No alteró nada, lamentablemente, del quilombo imperante. Reivindicó el derecho a decir lo que le plazca dentro de límites aceptados por todo bien nacido. Se le puede achacar, a tamaña lucidez, que tiene una grosera confusión entre Buenos Aires y el resto del gallinero, llamando genérica y equívocamente Argentina a ese conglomerado. Lo que él añora de cuando fuimos la octava potencia del mundo gracias al trigo y los bifes de cuadril era un feudo abominable, la Patria Estancia, con los Güiraldes del Don Segundo Sombra tirando manteca al techo en París y El Mudo cantando en Hollywood y los comités de Barceló y Ruggerito en Arvellaneda. Todavía queda más que un rémora. Claro, antes que la Revolución Bolchevique se hizo la Reforma Universitaria en Córdoba, los chicos iban a la escuela hasta en burro y ahora los burros dan conferencias de prensa en base a cuanto furcio se les cruza, pero es evidente que tiene una imagen idealizada por lo que él considera que es una deuda de su pasado hacia el país que culturalmente le dio tanto. En más de un momento dan ganas de creerle, sobre todo que no era solamente en Buenos Aires y que no había mensú, ni patagonias rebeldes, ni ley de residencia para bolches y anarcos, conventillos y ollas populares.


Vargas Llosa se sigue clavando puñales al preguntarse en qué momento, cómo fue, qué pasó para que se abandonara ese camino que de todas maneras indicaba que era hacia un porvenir tan venturoso y nos fuéramos a la D sin estaciones intermedias. Lo mismo, reencuadrando los parámetros, se pregunta con mayor laceración por su Perú. En los relumbrantes '60, cuando sobre todo los jóvenes emigraban en masa hacia la izquierda, Borges se afilió al Partido Conservador. Se le fueron al humo y le preguntaron el por qué de semejante desvarío. Dentro de su total oscuridad y remarcada tartamudez, respondió: "Es de caballeros defender las causas perdidas".


Mario Vargas Llosa vino, siguió ejerciendo con rigor el don de la lucidez, nos deleitó con una inédita cualidad de conversador que en más de un momento hizo recordar a su idolatrado Borges, quien junto con su pata Bioy Casares cultivaban el arte de la conversación, algo no muy frecuente, y no sucedió ningún cataclismo.


Todo lo contrario. El panorama político es tan pavoroso que dan ganas de llorar y afeitarse con las lágrimas, como alguna vez preconizara Cortázar.




11.4.11

LA FEDERAL A LA HOGUERA

En medio de todo tipo de espasmos, confusiones, atoche del tránsito, lanzamiento de candidatos para cualquier cosa, elecciones de todo tipo, como para no votar hasta el siglo XXII y la Tía Cris meneándose en pantalla no menos de dos veces por día, regocijándose del veranito de San Juan económico y cómo le crecen las encuestas de popularidad, la ministra Nilda Garré se despachó sin previo aviso quitándole los adicionales a la Federal y como si fuera poco, cuando todavía no se habían acabado los gimoteos del macrismo y los 33 hospitales capitalinos entraban en huelga, la coronó poniendo por primera vez a la luz del sol, desde tan altos estamentos oficiales, el asunto que genealmente se llama de cajas, como son la cotización de las diferentes comisarías, dadas las disímiles recaudaciones extras que vienen extorsiones varias, etc., lo vulgarmente conocido y comúnmente dicho en voz media baja. Curiosamente en el índice de rubros sacados a la luz nadie, de ningún pelaje, sacó a la luz el juego clandestino y los abortos. Con una ética que lo dice todo, como réplica casi a coro, desde la desperdigada oposición le recordaron hasta el pseudónimo que usaba en su época de guerrillera, pero sobre todo, con gran habilidad digna de mejores fines, le dieron vuelta la media y le recordaron que aclarara a quién realmente había denunciado, desde el momento que hace siete años que la Policía Federal está bajo la férula kirchnerista, muy particularmente del doctor Aníbal Fernández. Ahí un recule discreto, el primero en aclarar que esta última que está en acción no tenía nada que ver, que eso era antes, y después hasta La Nación se hizo eco de la Radio Pasillo de la Rosada en cuanto al presunto desagrado de la Tía Cris por la que no había sido más que una inoportuna salida de madre de otro díscolo. Como habitantes de dos países extranjeros entre sí y para sí, se machaca hasta el cansancio a quién le corresponde la seguridad en la vieja Santa María del Buen Ayre, si a la nación o a la ciudad, otra vez que le traspasen la Federal a Macri, que el viejo municipio tiene policía propia (aunque no sirva ni para tocar pito, a decir verdad), dejando como resabio un espectáculo tan triste como degradante. El matrimonio mal avenido se tironea, se reprocha, pide la devolución de los regalos de cuando eran novios y recurren a los leguleyo cuando todavía andan por ahí, envejeciéndose, unas órdenes judiciales en torno al desalojo de ocupaciones a las que nadie le da bola.

Los políticos parecen haber instalado su propia república y con el peronismo mientras queden limosnas para repartir no hay mayores preocupaciones. El problema es que a todo esto el tiempo no deja de pasar, las bonanzas se acaban y tras que éramos pocos, Hebe de Bonafini se despachó otra vez para el bronce como nunca: "Nuestros hijos viven en Amado Budou y Felisa Micelli", dijo en referencia al actual ministro de Economía, ex afiliado a la Ucedé y rescatado de las garras del neoliberalismo por ese varón cabal como es Luis Barrionuevo, que lo ganó para la causa nacional y popular, mientras que la otra supo estar en el mismo lugar hasta que de casualidad le encontraron una bolsa con un fangote de guita en su baño privado y un juicio oral la está esperando.

Acerca de colgarle el rótulo de sainete no hay mayores dudas. Lo peor de todo es que encima es malo.

2.4.11

TODO ES BUENO PARA UN CONVENTO, DECIA EL CURA

DE LOS QUE SOMOS NO FALTA NADIE

Lo que resulta más perturbador es que tal como están no necesitan enemigos. Se las arreglan solos. Y no es la primera vez. Este nuevo veranito de San Juan económico para la clase media se asienta en la venta de autos, electrodomésticos., celulares, tevé plana y viajes al exterior. La Capital Federal está sumida en un quilombo magnánimo, pero es territorio del PRO y no hay que andarse preocupando por minucias. Como tampoco las órdenes de los jueces, ordenando desalojos y limpiar las vías de circulación para que salgan tres diarios. ¿Propiedad privada, libertad de expresión o de información? Libertad sindical que incluye la huelga de brazos caídos de la policía.

Los cinco millones de turistas del último verano, los que se quedaron con ganas y volvieron a abarrotar la costa con dos feriados largos borran cualquier especulación, sobre todo con una oposición que si nunca amenazó con servir para algo, ahora encima está demudada. El oficialismo ha pactado con Saadi en Catamarca, con el Chango de Anillaco en La Rioja. El desparpajo es total con tal de quedarse en los puestos unos añitos más. La abrumadora campaña publicitaria oficial, sobre todo en la tevé oficial y no oficial, es de un volumen que si bien no se sabe la efectividad que tendrá a la hora de las urnas, sí se le debe reconocer el mérito de haber reemplazado a la realidad o, por lo menos, amenazar con lograrlo.

Se está viviendo una de las etapas más oscuras de la historia argentina, sobre todo por la ignorancia, soberbia y atropello imperantes. Y todavía faltan, como hitos históricos, la Copa América y terminar de apropiarse de Messi. De aqui a octubre vienen tiempos frenéticos, axiológicamente fratachados y en medio de un desorden diario de tal magnitud que oculta el aumento cariocinético de la pobreza, marginación y violencia de todo tipo que marca, sobre todo, la absoluta desvalorización de la vida humana.


14.3.11

TERREMOTO, TSUNAMI & RADIACIONES NUCLEARES


La imagen símbolo de Japón 11M. El niponcito alza las manos, rendido, porque nada se puede hacer ante el inexorable scan de radiaciones nucleares. Le están rastreando el futuro.


Y COMO SI FUERA POCO, DESPUES LOS AGARRO EL PERIODISMO GLOBALIZADO

Viernes 14:40 justo del otro lado del globo. Entre nosotros eran las 02:40 apenas había empezado el día. A 530 kms. al NE del archipiélago, a unos 15 kms. de profundidad, simplemente las fuerzas tectónicas constantes acabaron con la resistencia del lecho marino y las rocas se rajaron. Después dirán que fueron 105 segundos la duración de la sacudida como tiritón de caballo. Al archipiélago entero y alrededores lo felpearon como a una alfombra vieja. Llegó a 8.9 en la Escala Ritcher. Los satélites de la NASA dieron cuenta que el mapa todo se había corrido 20 cms. a la izquierda. Y a los 15 minutos se vino el tsunami. En la zona más cercana al epicentro la pared de agua alcanzó los 12 metros. La barrida fue fenomenal. Pero no sólo el arrasamiento de la entrada, sino también la retirada que empezó a correr por el Pacífico a 800 kms/h tomando como promedio los 4 mil metros de profundidad. Previo paso por Hawaii donde estuvo lejos de otros récords, a la Isla de Pascua llegó a la noche, después pasó por las Galápagos, la isla de Juan Fernández y a partir de la media noche entró a darle al territorio sudamericano.

Todavía faltaba el postre. Y en Japón, para colmo. La Escala Ritcher mide por la energía atómica liberada. Las primeras alarmas empezaron rápido. Aunque no lo suficiente. La tercera potencia del mundo, 135 millones de japoneses amontonados en una isla, obtienen el 35% de su energía de centrales nucleares. Cinco acusaron recibo inmediatamente. Una, la de Fukushima, desde el primer momento amenazó con dejar escapar lo suyo. Hillary Clinton le avisó al mundo que bueno, si antes había sido Hiroshina y Nagasaki, ahora iban a salir volando con reservas de líquido refrigerante especial para que la temperatura que no dejaba de subir no se mandara una de las suyas.

Si tras llovido mojado, la tecnología actual hizo que sobre el pucho se les viniera el periodismo en sus infinitas variantes, sobre todo las benditas redes sociales, donde cualquier salame se despacha con lo que se le antoja y de vez en cuando sirven para algo útil. No hay nada más parecido a un terremono o un tsunami que otro. Las fotografías de los estragos son todas iguales. Las televisoras de cable no tardaron en entrar a repetir las mismas secuencias, obligadas como están a poner algo en pantalla. Los dichosos movileros atoraron a pavadas a cuanto inocente, atemorizada o no, tuviera el coraje de escucharlos. Muertos y desaparecidos crecieron y bajaron por miles. Un argentino, como no podía ser de otra manera, se convirtió en estrella mundial buscando a su familia, que había quedado del otro de una montaña. El presidente chileno Sebastián Pineda, que cumplía un año de mandato, se bajó del avión que lo trajo de Europa y se tuvo que meter en una reunión del Comité de Emergencia que han creado. Cuando todavía están los clamores porque apenas han alcanzado a reconstruir poco menos de la mitad de lo que les dejó la catástrofe del 28F 2010, entraron a hacer planes y mandar mensajes: desde la media tarde y con plazo máximo la media noche todo el litoral chileno inundable debía ser evacuado. Y allá fueron, como hormiguitas, con changuitos de supermercado, alguno hasta con el loro, mantas, botellas de agua mineral y de alguna otra cosa, a por lo menos 15 metros sobre el nivel del mar, el riesgo latente que el mar los dejara otra vez con lo puesto. Los daños fueron mínimos, si se hacen megacomparaciones. Los que perdieron algunos enseres no opinaron lo mismo.

En Japón, a todo esto, a las pocas, las réplicas superaba el centenar, varias de ellas grado 7, es decir, terremotos lisos y llanos. Los sismólogos, para colmo, tiraban el veredicto que el que los había sacudido con más de 7, tres días antes, había sido el clásico anuncio que preludia a todo gran movimiento tectónico, sobre todo a estas crisis sismícas de gran magnitud.

Lo de las centrales nucleares es impredecible. Justo cuando la Tía Cristina se había dado el lujo de anunciar que acá le van a entrar a dar a Atucha II, no contentos con los éxitos obtenidos con Atucha I, mientras el viento patagónico sigue sirviendo para despeinar a la gente y las diferencias de marea, de entre 6 y 8 metros, lo único que hacen es hamacar merluzas, cornalitos y camarones.

El vulcanólogo polaco francés Haroun Tazieff, que tiene un magnífico libro sobre la crisis sísmica de Chile 1960, 327 terremotos en 32 horas, conservando el record del de mayor magnitud, como fue el de Valdivia a las 15:00 del 30 de mayo que llegó a los 9,5 en la escala Ritcher, asegura que los movimientos sísmicos primero demuestran que la Tierra está viva, segundo que no son un problema estrictamente geológico, sino esencialmente social.





Explta Dai-chi el sábado por segunda vez.