14.6.05

«¡ESE, ESE, ESE! ¡LA BARRA DE PUGLIESE!»

ESTE AÑO SE CUMPLE EL CENTENARIO


El próximo 2 de diciembre Osvaldo Pedro Pugliese hubiera cumplido 100 años. Los festejos para honrar la memoria de uno de los sonidos inconfundibles de Buenos Aires ya han comenzado. Entre otros tantos actos anda gente por los barrios, como hace poco pasaron por el café Margot de Boedo, juntando firmas para que el gobierno de la ciudad decida para ese entonces cambiar el nombre de la estación Malabia de la línea B por el del autor de Recuerdo, La yumba y Negracha. El homenaje tardará su tiempo, como siempre, pero llegará. Ver.

Ocurre que el nombre no sólo remite a recuerdos más que cuestionables, sino que la estación mencionada está a metros de la ahora Scalabrini Ortiz, ex Canning, con Corrientes, a metros dee donde para el lado del oriente se abre Drago y en la plazoleta triangular los vecinos han levantado el busto que lo recuerda y todos los días sus viejos camaradas le ponen frescas flores rojas. Es que además de haberse criado a pocas cuadras de allí, sobre la vieja Canning al 400, casi enfrente del pequeño monumento estaba el negocio de su padre, el viejo flautista de tríos tangueros de principos de siglo y el solar donde Osvaldo terminó de componer Recuerdo.

Si Buenos Aires tiene un recoveco puglieseano es ésa esquina, esas cinco esquinas en pleno corazón de Villa Crespo. Vamos, che, a moverse que no hay cómo devolverle todo lo que Pugliese hizo por sus semejantes.