LA ARGENTINA MILAGROSA ES CIENTIFICA
Los 40 puntos de raiting logrados el lunes 29 de agosto pasado por La Noche del 10, que conduce Diego Armando Maradona y que contó en su segunda salida al aire con la presencia de Susana Giménez, a préstamo un ratito por Telefé, lo ha hecho suspirar de tranquilidad a Adrián Suar, (a) El Chueco, el nuevo Zar de la Tevé Nacional, un auscultador real del imaginario colecivo, un empedernido cultor de los más explosivos violentismos, piromanías y darse con lo que sea para romperse unos a otros, como cristianamente corresponde, recuperar posiciones al Canal 13 y al argentino medio que los chanchos vuelan y que ya todo es posible, otra vez no hay nada ni nadie que sea capaz de detenernos ante un inminente futuro de grandeza.
Falta todavía arreglar entuertos menores, como que Claudia Villafañe, la novia y esposa desde los 15 años, no le pasa pelota y él tiene que vivir en la casita de los viejos, como el tango, pero haber bajado 47 kilos, recuperar su verborragia y capacidad de repentización, tanto en la zurda maravillosa como casi una ídem intelectual, darse el lujo de cantar solo e imitar a Mercedes Sosa con más felicidad que muchos imitadores profesionales, tiene al país medio en ascuas.
La metida de pata, derecha, por supuesto, cosa de que no algunas no se olvidan y la cabra al monte tira, como mandarse un espiche en torno a que sus dos únicas hijas y amores son la consecuencia de su relación con la Villafañe, y que hay ciertas decisiones de jueces (italianos, aunque no los nombró) que tiene que acatar, pero que no lo hacen aceptar ni reconocer, en clara alusión al hijo natural de su unión ocasional con la napolitana Cristina Sinagra, levantaron polvareda.
Y parece que demandas. Entre otras, por parte del mismo afectado.
El refalón vino a consecuencia de una traición del inconciente, al que no hay manera de detener, como cuando como parte del show, lagrimeó con un sobrinito que está en Miami y entró a hacerle monigotadas a su debilidad vía satélite porque ahora las bobadas, flaquezas, debilidades, chocheras prematuras y demás se han globalizado y son públicas. Al cortarse las imágenes anunciadas como sorpresa total por su coequiper, el ex golero Sergio Goycochea, hace rato reciclado como animador y varias cosas más en la tele, El Diez no puso el pie adecuado y quiso disculparse de las lágrimas que lo habían traicionado argumentando que se trataba de la flaqueza ante el hijo varón que no había podido tener.
¡Guau! La eterna conciencia y buenos modales característicos del argentino medio, que tiene como voceros a la mayoría de los cagatintas y pone trucha de la tevé, se le fueron a la yugular en nombre de los Sentimientos, la Paternidad, los Derechos del Niño y las entorsis, esguinces y otros traumas, todos con mayúscula, que pueden sufrir estas psiquis todavía debiluchas, medias enclenque. De todos los que no comen y el garito que quiso poner en Puerto Stroessner, incluso con putas, ya nadie se acuerda. Es otra etapa. Todo eso no existe. Ya fue. Y encima a partir del próximo lunes van a empezar a regalar un 0 km nuevito, nuevito, y hay entretenimientos donde las chicas patean pelotas y le erran, Maradona y famosos juegan al fútbol/tenis y hay reportajes en tiempo real, vía satélite, por ejemplo con Antonio Banderas en su casa de Marbella.
A cuánto el minuto y que ni un dólar queda en la Argentina, ni mu.
La recuperación de Diego Armando Maradona, en algún momento no muy lejano, es estado realmente lamentable y más cerca de la tumba que de su Villa Fiorito natal, es considerada milagrosa, producto del amor, sobre todo de las nenas y de Claudia aunque por ahora no le dé bola y tanto la Su como Mirtha Legrand le estén haciendo gancho como loco, celestineando a más no poder, y listo.
Los argentinos creemos en los milagros. Más: constantamos que son ciertos. Lo que tal vez todavía no nos dimos cuenta es que nosotros mismos, en sí, somos un milagro. Y que existimos. Lástima el imperialismo y los gobiernos, ¿no?