19.9.05

BOQUITA EN EL BANQUITO




LA 12 CARA A CARA CON LOS JUECES


Para hoy está anunciado el comienzo del juicio oral a los hermanos Di Zeo y a Santiago Lancry, (a) El Gitano, uno de los históricos, hombre del finado Carlos Bello, la Coordinadora Radical del Coti Nosiglia y de Fernando de la Rúa, como consecuencia de los hechos acaecidos en un amistoso que intentaron jugar en La Bombonera con Chacarita Juniors, a fines del siglo pasado, gracias a la suspensión del fútbol por los buenos oficios del juez Perrotta, quien intervino para proteger la falta de seguridad de un ciudadano que nunca había ido a la cancha y no se animaba a hacerlo por miedo a que lo fajaran.

Aquel día de semana, los de San Martín, institución conducida por el hincha de Independiente y ex recontralgüete del menemismo, el preclaro gremialista y ex ministro y ex encargado de las obras sociales de todo el país, el gastronómico Luis Barrionuevo, secundado por el afable Armando Capriotti, algunos desocupados existenciales de los funebreros se les dio por pasar el rato ya que la entrada era gratis. Pero en los cálculos habían omitido que en el último oficial, cuando los bosteros anduvieron por las instalaciones de Villa Lynch, les habían dado para que tuvieran, por lo que inmediatamente fueron llamados por celular los ahora inculpados, quienes se hicieron presentes con otra docena de amantes de la popular divisa y las propinaron tal garroteadura y pateadura en el suelo que las cámaras de tevé presente se hicieron un picnic.

Como la justicia tarda pero nunca llega, no se sabe si porque es un permanente interruptus o un eterno replay, con casi seis años de demora los principales inculpados van a ser sentados en el banquillo para que den cuenta del aquel aquelarre. En el intertanto, no se lo pasaron en un monaterio. Rafael Di Zeo, (a) El Rafa, heredero natural del trono dejado vacante por José Barrita, (a) El Abuelo, protagonizó una supuesta fuga cinematográfica desde el 9° piso de un elegante edificio de departamentos del barrio de Flores, donde solía tener la compañía de una uniformada de la Policía Federal, ya que la comisión que lo fue a buscar cometió el error de ir a allanarlo y detenerlo sin la orden judicial correspondiente, un traspapelamiento diurno con efecto nocturno que le dio tiempo para rajarse con comodidad, pero no poder llevarse varios miles de dólares, armamento de guerra y tres vehículos casi flamantes, entre ellos la correspondiente 4 x 4 con vidrios polarizados. Nadie puede ser tan mal parido de que todo eso fue orquestado.

Estuvo prófugo un tiempo, lo encontraron, lo encerraron y la salida fue a toda tevé, a los abrazos y a los besos con los de uniforme. Los vecinos del mencionado consorcio ya había mostrado su asombro con el estereotipo circulante de la demonización de los barrabrava, nada menos que con El Rafa, un tipo superfashion, pelito impecable, matizado por canas, todo obra del mejor de coiffeur personales, del que dijeron que era un excelente tipo, solidario, preocupado por los problemas de los demás y siempre presto a colaborar. Bajo el ámbito del ritual futbolero, los contrarios no pueden opinar lo mismo, porque lo menos que se llevan es un ojo en compota o una costilla rota, pero tampoco es cuestión de andar siempre buscándole pelos a la leche.

Como, por ejemplo, los comemierdas que aseguran que estos tipos tienen un paraguas galvanizado por parte del stablishment, al estilo de la protección electrónica de los héroes en los videojuegos.

Sabiamente la cámara actuante rechazó las interferencias de la defensa, los jueces están convencidos que El Rafa es el capo di tutti capi porque lo tienen grabado dando directivas y órdenes para proceder a la abolladura de los otros, elemento indispensable para que exista el fútbol, por otro parte, y la sagacidad investigativa ha llegado a tal punto que han descubierto que la barra que él capitanea tiene beneficios, como por ejemplo, haber tenido un viaje pago a Paraguay para acompañar a Boca.

¡Barrabravas, temblad! Miren si se les ocurre leer las actuaciones del ex juez y ex catedrático Jorge Moras Mom, en ocasión del asesinato de Héctor Tito Souto, el chico de la sombrilla que nunca tuvo nada en las manos, primo político del cada vez más encumbrado Roberto Perfumo, y que ya en abril de 1967 los hizo constar en autos por primera vez, estampó para siempre tipo de organización y objetivos dolosos y que eran una manifestación de delincuencia social organizada, les faltaba nada mas que una pizquita para que el colega que vieniera atrás la agara picando, volea y al fondo de los piolines como asociación ilícita para siempre, y que tenían los gastos pagos, tanto en el interior del país como en el exterior. Son capaces de allanar la AFA y enterarse de dónde salen los cientos de talonarios que como entradas de favor siguen constituyendo el mayor sostén económico desde fines de la década del 50. [Por el caso Souto, los que quieran leer un trabajo documental que reconstruye todo lo acontecido, para bajarlo gratis no tienen más que cliquear en el subrayado. Incluso si pertenecen al llamado aparato aministrador de justicia o si son abogados.]

Justamente el titular de esta ave raris de Tribunales, como el doctor Moras Mom, que metió los brazos en las miasmas hasta los codos y sacó todo afuera, en una charla sin pelos en la lengua sentenció que un juez que no conoce la realidad no puede administrar justicia. A los supuestos periodistas especializados en cualquier pavada les cae el mismo sayo. En la emisión de Informe Central, por Canal 2, que conduce Rolando Braña, quien tiene a su cargo las noticias llamadas policiales preguntó con un candor que deja perplejo si los Di Zeo seguían yendo a la cancha por lo que el conductor lo regañó amablemente por quedar como un salame en vivo y en directo. Menos mal que ahí estaba el cordobés, ex comunista y ex hombre de la Editorial Atlántida de los Vigil, Alfredo Leuco, quien con una valentía digna de encomio aseguró que las barras bravas tienen hasta relaciones con los dirigentes.

Con gente así estamos salvados. Ni ellos ni los jueces miran siquiera el noticiero del propio canal. En el último enfrentamiento del glorioso Boca Juniors, convertido en institución fashion gracias a la gestión del ingeniero Mauricio Macri, candidato a diputado nacional que ya está probando la banca si es que no gana en la ciudad de Buenos Aires, con el colombiano Once Caldas por la Copa Andá-a-averiguar-el-nombre-de-todas-las-que-se-juegan, gozando todos los beneficios de la excarcelación que en un estado de derecho tienen los amigos y servidores del poder de turno, el plantel dirigido por Alfio Basile, que a cargo de la selección nacional ya supo de intentar hacerse acompañar por dos docenas y pico de bravos de La Guardia Imperial racinguista a un amistoso en Arabia Saudita, los Di Zeo Brothers y los más granado de la barra, con el plantel reconociendo el terreno para el partido de la noche y haciendo movimientos de elongación, están también adentro de la cancha, cumpliendo las tareas de vigilancia correspondiente y fraternalmente cediendo entrevistas a la tevé local y explicándoles cómo desde chiquititos, los papis lo habían hecho bosteros a muerte.

Preferiblemente, con la muerte de los otros, claro, aunque La 12 por el dudoso honor de ser la hinchada con más bajas en la historia desde el inicio de Fútbol Espectáculo SA a principios de los 60 y contándoles los 71 de la Puerta 12, a la que se sigue calificando de avalancha y a la que el pintoresquismo tilingo le atribuye que el alma en pena de todos los muertos ulula y anda flotando por el Monumental. Sin contar con los ex guerrilleros y economistas neoliberales que a coro hablan de otro fantasma, tan o más temible, como el supuesto Efecto Puerta 12 como el todo contra todos, pobres haciendo moco a pobres, la disolución nacional.