La exitosa escritora trasandina, el presidente Piñera y señora en la pasarela de lo que por momentos es un reality.
Antenoche, la experimentada conductora y locutora María Laura Santillán, de Canal 13, durante la edición de Telenoche, se mandó una de antología. Como ahora el cholulaje de todo pelo y el jetoneo en cámara indica que hay que ir en procesión hasta la mina San José, cerca de Copiapó, a pararse arriba de los 33 mineros que desde el 5 de agosto último están enterrados a 688 metros, y como todas las pautas indican que hay que ser referente de algo para ir a llevarles energías, buenas ondas, salir en la tele, etc., la autora de La Casa de los Espíritus, sobrina de Salvador y en la vereda de enfrente cuando el tío fue gobierno y defensora del tío cuando se volvió negocio defender a uno de los paladines latinoamericanos, acompañó lustrosamente al actual presidente chileno, el multimillonario Sebastián Piñera, hasta el lugar. A la distinguida señora, que reside normalmente en EE.UU., le acaban de dar el Premio Nacional de Literatura de su país para recocijo de los buenos sentimientos, falta de envidia y otras efusiones loables por parte de sus colegas trasandinos. El más cariñoso, en una bitácora, dijo que no era una escritora: apenas una escribidora (sic). Sin importarle un rábano, la vida por una foto, lo mismo fue y los muchachos de Teletrece encontraron que podía ser una nota de color y en la presentación, como quien no quiere la cosa, para adornar con conocimientos porque el periodismo, antes que nada debe ser pedagógico, la María Laura dijo que el presidente trasandino había ido hasta donde siguen enterrados sus compatriotas acompañado por Isabel Allende, Premio Nobel de Literatura. ¡Puf! Ahora la duda sigue si el blooper fue tal porque cerca de Copiapó, el Valle del Elqui, aparte de pisco, dio a la pedagoga Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida por el seudónimo literario de Gabriela Mistral, que sí fue Premio Nobel, mucho antes que Pablo Neruda. ¿Se habrá equivocado por eso?
A todo esto, con un lenguaje bastante impreciso por razones obvias, los voceros informales de la Operación Rescate sigue afirmando que hasta noviembre, con suerte, no va a haber novedades. Es decir, no menos de 45 días más. Pero noviembre tiene 30 días y lo único que ha repetido Sebastián Piñera es que piensa brindar con ellos las próximas navidades, por lo que el pragmatismo indicaría los primeros días de diciembre, dado que dos de las tres perforadoras tienen problemas y la más cercana está a más de 250 metros. Mientras tanto, en un aluvión informativo que tiene por protagonistas a los que están al aire libre, cualquiera sea su condición, han aparecido algunos signos de agotamiento entre los que siguen enterrados, a pesar de que la comunicación audiovisual y escrita con familiares y autoridades ha cambiado sustancialmente.
Pero los fuegos de artificios de los figuretis, de los que Borges decían que integraban la facción mayoritaria como es la de ¡Figuración o Muerte!, entremezclados, aparecen más datos de la situación verdaderamente terrorífica de las condiciones de trabajo imperantes como es el caso de un minero cerca de Antofagasta, que lleva dos años enterrado, obviamente ya muerto, sin que nadie haya movido un dedo y una treintena de compañeros se hayan salvado providencialmente del desastre y puedan vivir para contarlo, pero no tanto para divulgarlo. Ver informe.