22.9.10

¿ISABEL O GABRIELA?

La exitosa escritora trasandina, el presidente Piñera y señora en la pasarela de lo que por momentos es un reality.

Antenoche, la experimentada conductora y locutora María Laura Santillán, de Canal 13, durante la edición de Telenoche, se mandó una de antología. Como ahora el cholulaje de todo pelo y el jetoneo en cámara indica que hay que ir en procesión hasta la mina San José, cerca de Copiapó, a pararse arriba de los 33 mineros que desde el 5 de agosto último están enterrados a 688 metros, y como todas las pautas indican que hay que ser referente de algo para ir a llevarles energías, buenas ondas, salir en la tele, etc., la autora de La Casa de los Espíritus, sobrina de Salvador y en la vereda de enfrente cuando el tío fue gobierno y defensora del tío cuando se volvió negocio defender a uno de los paladines latinoamericanos, acompañó lustrosamente al actual presidente chileno, el multimillonario Sebastián Piñera, hasta el lugar. A la distinguida señora, que reside normalmente en EE.UU., le acaban de dar el Premio Nacional de Literatura de su país para recocijo de los buenos sentimientos, falta de envidia y otras efusiones loables por parte de sus colegas trasandinos. El más cariñoso, en una bitácora, dijo que no era una escritora: apenas una escribidora (sic). Sin importarle un rábano, la vida por una foto, lo mismo fue y los muchachos de Teletrece encontraron que podía ser una nota de color y en la presentación, como quien no quiere la cosa, para adornar con conocimientos porque el periodismo, antes que nada debe ser pedagógico, la María Laura dijo que el presidente trasandino había ido hasta donde siguen enterrados sus compatriotas acompañado por Isabel Allende, Premio Nobel de Literatura. ¡Puf! Ahora la duda sigue si el blooper fue tal porque cerca de Copiapó, el Valle del Elqui, aparte de pisco, dio a la pedagoga Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida por el seudónimo literario de Gabriela Mistral, que sí fue Premio Nobel, mucho antes que Pablo Neruda. ¿Se habrá equivocado por eso?
A todo esto, con un lenguaje bastante impreciso por razones obvias, los voceros informales de la Operación Rescate sigue afirmando que hasta noviembre, con suerte, no va a haber novedades. Es decir, no menos de 45 días más. Pero noviembre tiene 30 días y lo único que ha repetido Sebastián Piñera es que piensa brindar con ellos las próximas navidades, por lo que el pragmatismo indicaría los primeros días de diciembre, dado que dos de las tres perforadoras tienen problemas y la más cercana está a más de 250 metros. Mientras tanto, en un aluvión informativo que tiene por protagonistas a los que están al aire libre, cualquiera sea su condición, han aparecido algunos signos de agotamiento entre los que siguen enterrados, a pesar de que la comunicación audiovisual y escrita con familiares y autoridades ha cambiado sustancialmente.
Pero los fuegos de artificios de los figuretis, de los que Borges decían que integraban la facción mayoritaria como es la de ¡Figuración o Muerte!, entremezclados, aparecen más datos de la situación verdaderamente terrorífica de las condiciones de trabajo imperantes como es el caso de un minero cerca de Antofagasta, que lleva dos años enterrado, obviamente ya muerto, sin que nadie haya movido un dedo y una treintena de compañeros se hayan salvado providencialmente del desastre y puedan vivir para contarlo, pero no tanto para divulgarlo. Ver informe.

10.9.10

NI LA OLIGARQUIA NI EL IMPERIALISMO: ¡LOS MOTOCHORROS!


"UN SUICIDIO EN DEFENSA PROPIA"

La intrepidez y el aventurerismo no tienen nada que ver con el coraje y la valentía. Un poco se parecen, pero nada más. Para un país entrenado para vivir en una crisis crónica el momento, sin embargo, es delicado. El gobierno no necesita oposición porque se tiene a sí mismo. Y la oposición no necesita gobierno porque están lo más entretenidos en el Don Pirulero, donde cada cual atiende su juego y busca las mejores localidades para las elecciones del 2011. El discurso de anoche de Néstor Kirchner, en medio de la maratón oral que con su mujer han lanzado a diario, vapuleando por enésima vez a Daniel Scioli e intimándolo a que dé nombres y apellidos a los que le tienen las manos atadas en su lucha contra la inseguridad bajo ningún punto de vista resultó una novedad cuando lo tuvo los primeros tres meses de gobierno, en el 2003, como vicepresidente, y ni siquiera lo atendía por teléfono. Pero ya es demasiado.

Cuando algunos índices de consumo, recaudación fiscal y comercio exterior indicaban cierto respiro para la gestión Kirchner II, una ola de salideras bancarias a cargo de motochorros, el baleo de una embarazada a punto de parir y la pérdida del bebé, una verdadera maratón a cargo de colectivos como superpetroleros matando gente todos los días y unos medios masivos de comunicación tan o más desaforados se han agregado a una ofensiva gubernamental contra el Poder Judicial que cuesta creer. Después de exhibir el logro de haber acabado con una Corte Suprema menemista de 9 miembros y mayoría automática, puestos en sus lugares algunos miembros por una prestigiosa currícula académica, el redoblar los esfuerzos en el tema de los derechos humanos aunque con treinta años de tardanza hizo sapo con el Síndrome Blumberg en el 2004, con movilizaciones masivas contra el garantismo que le hicieron temblar la pera a todas las autoridades y ahora, anoche, el mismo Kirchner, abogado, se tira de frente contra los jueces que dejan salir a los delincuentes por la otra puerta de la ingresaron. En el medio, claro, instauró un Consejo de la Magistratura aprovechando el tiempito que tuvo de viento de cola y poner en los lugares vacíos personajes a su gusto y semejanza, sin contar con que cualquiera que se quisiera retobar tenía una pistola apuntándole que iba a ir a parar al banquillo de los acusados.

Si hace seis años el clímax se alcanzó con el asesinato del joven hijo de un ingeniero que resultó no ser ingeniero y se convirtió en referente del proverbial miedo de las clases medias, base social de cuanta fachistonada ha tenido lugar en el país, ahora resultó ser el mortal resultado de una salidera bancaria en La Plata, donde una joven embarazada fue seguida desde el banco donde retiró 10 mil dólares, atracada en el momento de llegar a su casa, casi en pleno centro de la capital bonaerense, y baleada en la boca, cuando estaba en el suelo y había entregado el dinero. La cesárea con que se indujo el parto no pudo hacer nada para que el bebé muriera antes de una semana y el Caso Píparo se convirtiera hasta ayer, en que a la mujer de 34 años le dieron el alta, en primera plana de todas las noticias. Hay siete detenidos ya con prisión preventiva y muchos más interrogantes de fondo. Primero, semejante cantidad de gente para tan magro botín y segundo que un marcador al que le dicen Pimienta, cuando cayó porque lo buscaban hasta los bomberos, lo primero que hizo fue buchonear las conexiones policiales de su jefe. La mujer es empleada del Ministerio de Seguridad de la provincia, nada menos, y a pesar de lo conmocionante del hecho no dejó de llamar la atención el despliegue que incluyó al propio gobernador, el ex motonauta Daniel Scioli. El marido se negó a mantener todo contacto con la prensa hasta que su mujer no saliera de terapia intensiva y cuando eso sucedió dijo al aire, nada menos que en Canal 13, del Grupo Clarín, que la máxima autoridad provincial le había confesado que no podía hacer nada porque tenía las manos atadas. El baldazo de nafta en medio del incendio se hizo sentir. Ayer la víctima fue dada sorpresivamente de alta, no volvió a su departamento con el argumento del impacto de encontrarse otra vez en el lugar de los hechos y con tantas otras cosas hirientes, como la habitación que iba a ser para el chiquito, la ropa, etc., pero antes de las dos horas la tevé interrumpía las trasmisiones ordinarias para dar cuenta de un operativo policial en el lugar ante la denuncia anónima que el agua de la casa estaba envenenada... Todo esto casi simultáneo con las órdenes perentorias del ahora diputado Kirchner al gobernador para que dé los nombres de los que le tienen atadas las manos. La línea argumental del Poliladrón era mucho mejor, tenía mayor jerarquía y sobre todo, verosimilitud y credibilidad.

La modalidad salidera bancaria a cargo de jóvenes motochorros constituyó a lo largo de este último mes una verdadera ola multiplicada por las facilidades de las cámaras de seguridad y la entrega del video a los canales de tevé. Inmediatamente los paneles contaron con especialistas, las cifras acumuladas eran alarmantes y anteayer, luego de cabildeos y retaceos de la banca oficialista, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley para dotar a las entidades bancarias de algunas medidas preventivas, pero donde es más el ruido para la única realidad vigente, como es la mediática, que para los hechos. Del mismo modo, los paralelismos con lo sucedido en 1985, cuando el asesinato policial de Adrián Scaserra (15) en la cancha de Independiente desató una maratón jurídica para tapar el supuesto bache legal y por unanimidad dieron a luz la célebre Ley De la Rúa que iba a acabar en poco menos de 48 horas con el flagelo, que se sepa, ni en el TXT ni en la reglamentación, se contemplaba el charteo cuasi oficial de unos 300 al Mundial de Sudáfrica bajo el formato de una ONG palanqueada desde el oficialismo sin tapujos. De entonces a hoy salieron dos leyes especiales más y hay cuatro proyectos durmiendo el sueño de los justos en algún cajón del escritorio de sus autores.

Sin temor a las exageraciones ni generalizaciones se puede decir que jamás en la historia contemporánea, desde el Martín Fierro, los jueces han recibido semejante garroteada. Violadores con condena a los que les da prisión domiciliaria en la casa de al lado del menor sodomizado, homicida quíntuple, nacido en España, condenado a perpetua, que aparece a los 13 años volviendo de su país natal y comienza a amenazar al único sobreviviente de la masacre sin que nadie atine a contestar por cuál motivo lo dejaron salir y, más todavía, cómo pudo entrar con semejantes antecedentes, cárceles y comisarías rebalsando de detenidos, juicios orales que terminan en batallas campales por la disconformidad de una de las partes ante irregularidades manifiestas y otras perlas han irrumpido como si fueran un caño roto. El telón de fondo son las manifestaciones, sobre todo el conurbano, a la hora de los telenoticieros, reclamando justicia sobre todo por la muerte y/o violación de menores.

La policía ya ni siquiera es cuestionada. Ni siquiera nadie se toma el trabajo de recordar que el encubramiento de uno de los nuevos zares de la tevé, el actor, director y productor Adrián Suart se debe a la teleserie Poliladrón cuando tenía nada más que 26 años y corría el año 1994. Desde el título nomás no necesita un ensayo semántico y semiótico para explicarlo, menos que menos que uno de los sesudos críticos intelectualosos del género. El subtítulo, ahora, visto desde el tiempo, es revulsivo: Una historia de amor... Para colmo, en un tire y afloje en las administraciones nacionales y ex municipales, la negativa a dotar al nuevo estado autártico de una policía propia llevó a la creación de una nueva que debutó con una PyME de escuchas clandestinas y a exonerar nuevos miembros casi como los que tomaba, dado que los antecedentes que sacaban a relucir eran, en el sentido estricto del término, antecedentes.


Es bastante parecido a la dislexia un gobierno que entre los megaindicadores del crecimiento industrial se regocije con la industria automovilística cuando es la mayor causal de muerte, un verdadero autoexterminio argentino, y el trazado de calles, avenidas y autopistas ha colapsado de tal modo que los canales de noticias tienen servicios informativos especiales no se sabe para qué, ya que ningún modelo de auto viene con televisor y si está prohibido usar el celular, lo cual no quiere decir que se lo respete, menos un modelito con acceso a Internet y mirar de reojo, por allí, tevé en vivo. Con gobernantes que han hecho un estilo hablar de inundación cuando el agua ya está en la cumbrera del rancho y reaccionar a todo con discursos, ser curadores de palabras, enojarse con la prensa no sin asistirles algo de razón, pero los caracteriza a ellos ser ponedores de titulitos, no cumplir y cualquiera se atiene a la propaganda oficial hay una Nueva Argentina paradisíaca montada por un equipo de especialistas en comunicación a costos siderales. El pobre Guy Debord nunca pudo pensar hacer 40 años que la mejor representación de su anunciada Sociedad del Espectáculo iba a tener su escenario en un país del fondo a la derecha, si se mira el mapa desde París.

Los dibujos del INDEC se van a pagar caros no tanto por los costos económicos que van a acarrear, sino por las hijuelas socioculturales que va a dejar. La mentira oficial con desparpajo no es moco de pavo. Hacerse una costanera de 6 kms. a orillas del lago Argentino para revitalizantes caminatas que saquen el estrés del poder, a un costo de 50 millones de dólares, deja la pista para Jumbos que el Chango de Anillaco hizo para exportar aceitunas a la altura de una travesura adolescente. Sería hasta gracioso si en el medio no se hubiera producido semejante ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, la concentración del capital y la riqueza en pocas manos, sobre todo algunas nuevas de los amigos del Poder, y la droga se haya enseñoreado como un artículo de consumo diario, accesible a cualquier borrego del conurbano y en las últimas elecciones no hayan aparecido cheques provenientes del Delito Organizado.

La coyuntura es grave. Pero precisamente porque no es coyuntura sino estructura. La característica esencial del fenómeno, como es lo invertebrado, las reacciones disparatadas e inesperadas, se completan con la ubicación de la doctora Cristina Fernández como una de las diez mejores líderes del mundo. El aserto corrió por cuenta del último número del semanario Time y no hay por qué dudar de su honradez intelectual. Lo que sería bueno es que pusiera a la luz del sol los criterios utilizados para evaluar y llegar a semejante conclusión.

La exasperación, los insultos, el descrédito reemplazando al razonamiento, la facción a la tendencia o al disenso, el pasionismo a la elaboración crítica, indudablemente, remite a la primera etapa de la gesta peronista. Ahora es sabido por todos que la historia no se repite. El mayor problema es que se parece.

El título de esta entrada esta tomado de una frase textual de un barra brava de Vélez Sarsfield definiendo a la violencia futbolera y recogida por Ernesto Vadini, fallecido hace poco más de un año, en Crónica de una hinchada (1982), la única obra de ficción que mira el fenómeno desde adentro y nunca lo premiaron con viajes y entradas gratis.

6.9.10

30 DIAS CONVERTIDOS EN 30 SIGLOS

FASTUOSO ANIVERSARIO BAJO TIERRA

Ayer, poco antes de las 14:00, se cumplió exactamente un mes del derrumbe de la mina de oro y cobre San José, cerca de Copiapó, en el Norte Chico chileno, donde comienza el desierto de Atacama. Lo tan temido, tan anunciado tantas veces, por fin se producía. 33 hombres, de 19 a 64 años, quedaron allá abajo, las primeras cuatro horas en medio de una nube de polvo que casi los asfixia. Pasado el sofocón, mineros de toda la vida, buscaron la chimenea de ventilación para salir de ese pozo a casi 700 metros por debajo de la entrada al socavón y a 100 metros sobre el nivel del mar. La ortodoxia dice que es el escape lógico. Pero a poco de trepar, la escalera se terminaba quizá por un simple cálculo de costos y beneficios y por más que trataron de seguir como las arañas, a los pocos metros ya no había nada que hacer. Allá arriba, a 500 metros sobre sus cabezas, un pequeño orificio luminoso, color celeste, les marcaba donde estaba el cielo y la salvación.

Tuvieron que bajar. Es estremecedor solamente pensar aquella primera noche, con 36º de temperatura, agua hasta las rodillas y la frugalidad que se impusieron de dos horquilladas de tenedor con jurel -el pescado más barato, una caballa sosa, para los pobres-, y medio vaso de leche en polvo disuelta en esa agua no potable cada 48 horas como festín para sobrevivir lo máximo posible. Las diarreas fueron el primer flagelo. Y, por supuesto, aunque ahora menos, la total oscuridad paliada en algo por los focos de los vehículos que habían quedado con ellos.

La situación material, salvo permanecer en el lugar, ha cambiado drásticamente. Tienen poleras y bermudas de algodón, medias especiales contra los hongos, calzado, se afeitan, usan desodorante y dentífrico, camas inflables. Se entretienen con Play Station, proyectan videos que les mandan en chips, mantienen videoconferencias con sus seres queridos y autoridades, 74 palomas diarias suben y bajan con víveres, vituallas y mensajes. Ahora van a tener tevé en directo, ven los partidos del Cobresal en diferido y en una de esas en directo van a poder ver la presentación de La Roja dirigida por el Loco Bielsa en Ucrania.

Con Internet a la velocidad de la luz ayer guardamos deliberadamente silencio como conmemoración válida de entrecasa. La información empezó a decir desde la mañana temprano que fue una verdadería romería la marcha de Copiapó a la mina en todo tipo de vehículos, descontando los que no se mueven del Campamento Esperanza que levantaron familiares, funcionarios y rescatistas desde el mismo viernes 6 de agosto. Cerca de las 14:00 en el lugar y en todos los lugares poblados de la larga lonja de tierra entre la cordillera y el océano el aire se llenó primero con la canción nacional chilena y luego los bocinazos. Ellos se deben haber abrazado y llorado. ¿El famoso milagro del 22 de agosto, cuando se constató que estaban vivos, ya se ha devaluado a una desgracia con suerte?

En el video que abre esta entrada el minero sobreviviente apenas unas semanas antes de la catástrofe, sin dramatizar, habla muy claro del informe de situación no solamente en la San José. Para tratar de vivir un poco mejor los mineros deben decidiir afrontar cotidianamente lo peor. La información es confusa y se habla de un mínimo de 200 dólares a un máximo de 1600. Eso los convierte en asalariados privilegiados en un Chile con una media de 250 de ingreso promedio. Pero las miserias humanas necesariamente afloraron junto con la tremenda solidaridad y los grupos familiares comenzaron a quebrarse, sin contar el lugar común reidero del que se le destapó que en lo amoroso corría a dos puntas y las dos siguen firmes, esperando apropiarse de lo que ciegamente creen que les pertenece por derecho propio desde siempre y para siempre. Otros grupos familaires también se disputan y tironean los plus de las ayudas que han llovido. Estremecedor es el hecho de una adolescente, hija de un matrimonio anterior del minero que está allá abajo, ella con tres medio hermanos producto de la unión de su madre en la nueva pareja, y que se presentó ante la prensa y el campamento como la verdadera hija, no tanto para apropiarse indebidamente de alguna donación como de la eternidad de las imágenes y la ilusión de la consideración de tener un padre famoso, fuera del seguro NN de las estadísticas.

Cosas del encierro, a uno le ha aflorado la vena poética, el de la bitácora del principio sigue con los apuntes diarios y de España le llueven ofertas por la exclusividad de los originales, pero hasta se están terminando de mudar unos 3 kilómetros más abajo, 30 metros más hondo, para mejorar las condiciones del bendito refugio, y se han dividido en tres grupos con sus líderes naturales, manteniendo una actividad organizada de unas 12 horas diarias de trabajo organizado. El recuerdo de esta efeméride, que será borrada seguramente por la del día de la primera salida a la superficie, si es que antes no ocurre algún otro acontecimiento, se dio con el marco de una situación drásticamente mejor y aunque está dentro de lo probable que puedan surgir inconvenientes, las nuevas condiciones materiales les va a permitir hacerles frente mucho mejor pertrechados.

Corrección: pertrechados, simplemente. Porque hace un mes estaban en bolas y a los gritos, como Tarzán, inaugurando para la especie humana un acontecimiento inédito que ninguno de ellos hubiera elegido si les hubieran preguntado. "La mina tiene una falla geológica, del lado de adentro de la montaña", le explicó el ex minero Dartéz, con una pierna menos, al movilero de la tevé. "En uno de los bordes hay un precipicio interno inmenso: tirás una piedra y no cae nunca. Otro error es que al agua que se tira no la sacan toda de la mina, sino que se la arroja en el nivel 335, en una especie de laguna, y eso es fatal porque se filtra y empieza a romper el pegamento entre roca y roca”.

Los funcionarios han tenido que empezar a arbitrar para dividir los ingresos en disputa. La sobrevivencia antes del 5 de agosto último permitía tener bajo tierra no a los minerales, sino a cantidad de irregularidades en las relaciones humanas de muchos de ellos. Ahora han aflorado, lógicamente exacerbadas por la situación dramática que está lejos de haber desaparecido a pesar de los cambios para mejor que se han operado. La avalancha informativa, desordenada, no autocensurada pero sí aplacada por la ideología natural del stablishment que lleva todo periodista adentro, por ejemplo, ha dejado pasar de largo la cantidad de mujeres, casadas legalmente o no, concubinas, amancebadas, amantes part time, lo que sea, que son temporeras en la recolección frutihortícola de la zona, la otra riqueza junto con la minería. Con la llegada salvadora del pinochetismo, que le sacó a Chile el fantasma terrible del comunismo, se aquerenció en Chile, particularmente en la zona donde ahora ha sucedido esta desgracia como si antes hubiera sido una sucursal de Disneylandia, la United Fuit Co., un nombrecito que los mejor informados no sentían desde los '50, en las novelas de Miguel Angel Asturias, como sinónimo mismo de países bananeros, superexplatación, imperialismo, etc., etc. Con ella llegó la tecnología de punta, los abonos a la tierra y los pesticidas para que cada metro cuadrado de tierra rindiera al máximo. También, claro, llegó la contaminación ambiental. En los primeros años de los '90, sin tanta prensa como las bondades del neoliberalismo, la OMS en Chile registraba 30 mil nuevos seres con tres brazos, muñones, sin piernas, un solo ojo, etc. Humanoides, si se quiere buscar un califactivo no muy inclemente, porque mejor no hablar del sistema neurológico que los convertía en células con algo de vida.

El nuevo fenómeno social fue el de las temporeras golondrinas, en una zona central de Copiapó hasta Temuco, en una cantidad que oscilaba entre 30 mil y 40 mil mujeres jóvenes, medio difícil censarlas arriba de las cajas de los camiones y una chatarra de buses que las transportaban de un lugar a otro con un precario mono al hombro, las más pudientes con una rotosa valija de cartón. El resultado era algo conocido pero invertido en materia de género. El único franco de la semana consistía en pasarlo en el boliche del pueblo, mamarse, conseguir algo de sexo como se pudiera y darse también con lo que se pudiera, armas blancas y botellas preferentemente. En estos casos se impone la intervención de la autoridad y los carabineros, no caracterizados nunca por los buenos modales con los pobres, se encontraron con el atavismo de que no es lo mismo moler a palos a una mujer que a un hombre, sobre todo con algunas que habían aprendido a pegar y tener la potencia de Mike Tyson, cuando en el mejor de los casos, entre dos o tres las tiraban al piso y las reducían, al pretender arrastrarlas para su detención se encontraban que unas manos como garfios se le metían entre las piernas y en cualquier momento podían terminar como el zángano que goza del postrer honor de poseer a la abeja reina. Testigos presenciales, no sin humor, narraban batallas épicas, dignas de cualquier superproducción norteamericana rememorando la antigüedad que se había vuelto realidad cotidiana y contemporánea. De eso no se ocupó mucho nadie. Ni la prensa chilena ni la extranjera. ¿Ya pasó?

Las ganancias de la United Fruit Co. y sus sucedáneas chilenas, de la Anaconda y de la San Esteban, dueña de la San José, sufrieron un incremento cariocinético en sus ganancias. Chile pasó a la vanguardia en la exportación de minerales, sobre todo el cobre, salvo la etapa pálida del bajón en la cotización internacional, y sus frutas, consecuencia de un tierra ardiente y también rica químicamente, se distribuyeron por toneladas al norte del Ecuador dejando un balance más que favorable en materia de comercio exterior. También subieron al podio. No había como el monetarismo de los Chicago Boys.

Ayer hizo un mes del derrumbe en la veterana San José, que tiene un siglo de vida y ha conocido todos los sistemas de explotación. Del mineral y de los hombres, se quiere decir, pero siempre dando sus generosos frutos en materia de depósitos bancarios. "El tiempo pasa", como en la canción de Pablo Milanés, y no tanto nos vamos poniendo viejos, como constata el cantautor cubano, sino que la situación esencial del ser humano no parece cambiar de manera tan acelerada como la tecnología, por ejemplo, que permite ahora este tipo de comunicación. "Los tiempos y las distancias me arriaron lejos", cantó el entonces joven Atahualpa Yupanqui en la década del '30 a la moza del Porzuelo, "lo que ayer fue esperanza, hoy es recuerdo." Y cuando menos se lo quiera acordar, Los 33, como ellos quieren que los llamen, también pasarán a engrosar ese paisaje tan poblado de la memoria.

Ojalá sea pronto para evitarles en lo posible todo sufrimiento humano. Pero lo que hay que tratar de acordarse es que en las primeras jornadas, cuando todo era angustia, confusión, esperanza desesperada y demás, porque el drama minero es viejo y así lo dejaron asentado Jaime Dávalos y el Cuchi Leguizamón. La prueba está en el clic a la consolita de abajo con el Dúo Coplanacu.



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